Héctor Illueca: “Si Unidas Podemos está con fuerza en la Generalitat vamos a regular el precio de los alquileres”

Laura Martínez

6 de mayo de 2023 22:04 h

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Héctor Illueca (València, 1975) es un hombre de convicciones firmes. Procedente de la tradición política de Julio Anguita, al que reivindica constantemente, está convencido de que se necesita un modelo republicano para profundizar en las transformaciones económicas del país, que su formación debe buscar al electorado descontento para aumentar su fuerza.

Illueca fue cabeza de lista al Congreso de Unides Podem por Valencia y ha sido director general de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en el ministerio de Yolanda Díaz. Desde hace año y medio es vicepresidente segundo de la Generalitat Valenciana, donde tiene las competencias en Vivienda, y ahora candidato a la presidencia con la coalición Unides Podem-Esquerra Unida.

Es su tercera campaña electoral. ¿Cómo lo lleva?

La llevo bien, con ilusión, con mucha esperanza de ver a la gente tan animada y tan movilizada para llevar nuestras propuestas hasta el último rincón. Es cierto que es exigente, pero vamos a darlo todo para llegar lo más lejos posible.

Al final concurren en coalición con Esquerra Unida, un pacto que se tambaleaba. ¿Cómo ha sido?

Hemos llevado en la Comunitat Valenciana la lógica de la unidad hasta las últimas consecuencias. Hemos conseguido una alianza amplia donde están Izquierda Unida, Els Verds, Alianza Verde, y creo que representa algo más que una alianza, representa la síntesis política de tres tradiciones: el ecologismo político, la lucha por los derechos sociales y la democracia y la tradición de los indignados, la gente que se fue a las plazas a tratar de transformar el país y acabar con la corrupción. Hay un broche que une las tres tradiciones, que es la figura de Julio Anguita, el primer dirigente estatal que dialogó en serio con el ecologismo político, el fundador de Izquierda Unida y el único dirigente político al que el 15M reconoció como interlocutor. Creo que es una síntesis muy provechosa, es un espacio que está ilusionado.

¿Les hubiera gustado que Compromís se sumara al acuerdo?

Sobre esto he dicho todo lo que tenía que decir. Creo que hemos aplicado la lógica de la unidad hasta las últimas consecuencias. No ha sido posible ampliar más esa alianza porque Compromís ha rechazado cualquier posibilidad de coalición con nosotros. Es su decisión, la respeto y no tengo nada más que decir al respecto. Es la hora de movilizar cada uno a su electorado y de discutir proyectos y programas.

Sobre Sumar, comentaron hace un par de semanas que estaría bien que hubiera un acuerdo antes de las elecciones autonómicas.

Sumar no se presenta a las elecciones autonómicas. Es un proyecto ilusionante que abre una expectativa de ampliación real de las alianzas políticas y sociales en el ámbito de la izquierda y tengo plena confianza en que Yolanda Díaz será capaz de lograrlo después de las elecciones. Pero Sumar no se presenta a estas elecciones. Nosotros hemos conseguido una alianza amplia, una síntesis de tres tradiciones que creo que es imprescindible en la izquierda y que va a estar con mucha fuerza en el Gobierno valenciano.

¿Cómo verían que Yolanda Díaz hiciera actos de campaña con Compromís?

Aspiro a que la campaña sea lo más unitaria posible, a que nuestro proyecto recabe el apoyo de todos los referentes del espacio político donde están Ione Belarra, Irene Montero, Enrique Santiago, Alberto Garzón y, por supuesto, Yolanda Díaz. En todo caso, lo importante es que la base de nuestra campaña va a ser el esfuerzo de los simpatizantes para llevar nuestro proyecto.

¿Los tres socios del Pacto del Botánico comparten espacio político?

Creo que somos socios de Gobierno. Tenemos coincidencias pero también diferencias. Lo que nos une es una voluntad permanente de diálogo para ir superándolas. Sí que es verdad que a lo largo de este año y medio, lo he percibido como vicepresidente de la Generalitat Valenciana, el Partido Socialista no asume la pluralidad de la izquierda. Nunca quiso gobernar con nosotros y lo ha hecho porque le han obligado las circunstancias, la aritmética electoral, pero se resiste a aceptar una realidad ineludible: solo va a poder gobernar con nosotros. Creo que eso ha debilitado una acción de gobierno. Es importante que la ciudadanía sepa cuál es la dialéctica real en el Gobierno de España y la Generalitat Valenciana. Yo he estado en las dos administraciones y cuando se plantea un avance social, cualquier medida que afecta a las estructuras de poder, Unidas Podemos empuja para llevarla a cabo, trabaja para que los cambios sean profundos y siempre choca con el PSOE. Aspiramos a un gobierno progresista con una correlación de fuerzas que permita políticas valientes a la altura de lo que la sociedad necesita.

Esa dialéctica se ha traducido en puntos de conflicto. En esta precampaña ha habido varios choques con el PSPV y Compromís. ¿Hay tensión?

Hay diferencias que son absolutamente normales en cualquier gobierno de coalición donde coexisten proyectos distintos. Eso lo vemos cada día en el esquema de negociación de cualquier medida que afecta a las estructuras de poder. Lo hemos vivido esta legislatura con la tasa turística, con la reforma fiscal, con la negociación del decreto ley para combatir el acoso inmobiliario, que se llevó al límite para introducir obligaciones a los fondos buitre. Yo creo que las diferencias son normales en un gobierno de coalición, pero es muy importante que la ciudadanía conozca cuál es la dialéctica real dentro del gobierno, donde cada avance tenemos que pelarlo, y choca con una resistencia del Partido Socialista.

Cuando estas diferencias se hacen públicas generan bastante conflicto. ¿Les preocupa que pueda desmovilizar al electorado?

Creo que es importante que la ciudadanía sea consciente de lo que significa un gobierno de coalición. Es un foro donde coexisten diferentes proyectos políticos que se ponen de acuerdo sobre una base programática. Hay diferencias que unas veces se superan con diálogo y otras veces nos exigen seguir dialogando. Esta es la realidad de un gobierno de coalición, es lo que eligió la ciudadanía y creo que van a seguir existiendo. Lo que sería desmovilizador sería ocultar a la ciudadanía estas diferencias y transmitir la imagen de que somos el mismo proyecto político, porque no es verdad: nosotros somos un proyecto político autónomo y diferenciado con respecto al PSPV y Compromís, que peleamos cada medida en defensa del interés general de las clases medias y trabajadoras. Creo que las próximas elecciones solo se pueden ganar por la izquierda, movilizando a sectores escépticos y desencantados como nuestros jóvenes, que encadenan una crisis tras otra y necesitan volver a creer en la promesa de la política, que diría Hanna Arendt. La única fuerza política que puede movilizar a los sectores desencantados se llama Unidas Podemos.

Hablaba antes de la tasa turística, la reforma fiscal y las renovables, en el año y medio que lleva siendo vicepresidente segundo del gobierno valenciano ¿Le gustaría haber ido más allá?

Sin duda. Nos hubiera gustado que la tasa turística fuera más ambiciosa, que las renovables apostaran de forma más intensa por la democratización del acceso a la energía, por un sector público potente, que la reforma fiscal llegara más lejos en el impuesto de sucesiones, que el decreto para combatir el acoso inmobiliario implicase obligaciones adicionales para los fondos buitre y los fondos de inversión, pero no ha sido posible. Creo que la ciudadanía entiende que en un sistema parlamentario los gobiernos de coalición se constituyen en proporción a la fuerza relativa que nos dan los votos. Nosotros tenemos el peso que tenemos y por eso queremos estar con más fuerza, para que los cambios sean más profundos.

¿Y qué implicaría que Unidas Podemos tuviera más fuerza en el gobierno valenciano?

Implicaría, de entrada, algo muy sencillo: los cambios trascendentes que se han llevado a cabo en las políticas de vivienda, donde hemos sentado las bases para construir un sistema público en nuestra tierra, que además han sido un referente para otros territorios, pudieran extenderse a otras áreas de gobierno. En el ámbito de la sanidad pública, si Unidas Podemos está en el gobierno, haremos realidad los tres ejes que tienen que vertebrar esta área: alcanzar el 25% de la inversión en atención primaria, continuar el proceso de desprivatizaciones y mejorar las condiciones del personal sanitario.

¿Significa eso que quieren gestionar la Conselleria de Sanidad?

Unidas Podemos aspira a un nuevo gobierno progresista con una correlación de fuerzas distinta favorable a la alternativa al Partido Socialista. La distribución de las responsabilidades dentro del Consell no es algo que tenga que debatirse ahora, es momento de hablar de propuestas, proyecto y programa.

A veces da la sensación de que centran más su campaña contra sus socios de gobierno que contra la derecha y la extrema derecha.

En lo que a nosotros respecta, no es así en absoluto. Aspiramos a un nuevo gobierno progresista, no podemos consentir que el pasado nos atrape. No hay alternativa al gobierno del Botánico. La derecha está viviendo una crisis orgánica sin liderazgo, sin proyecto, con un pasado de corrupción, despilfarro y degradación de los servicios públicos que está muy presente en la sociedad valenciana. Pero al mismo tiempo hay que añadir que el gobierno progresista tiene que tener unas bases diferentes al actual, tiene que fortalecer el bloque alternativo al PSOE, porque nuestra sociedad lo necesita.

Ese modelo sin proyecto y del pasado tiene bastantes posibilidades, según las encuestas, de empatar o incluso ganar alguna alcaldía, con un modelo absolutamente contrario al suyo.

Las encuestas son un instrumento de intervención política de primer orden de los medios de comunicación y de las fuerzas políticas. Las hay para todos los gustos. Nosotros vamos a trabajar para crear las bases de un nuevo gobierno progresista que esté a la altura de lo que la sociedad necesita. Estamos convencidos de que la sociedad valenciana va a respaldar ese modelo.

¿Están cómodos con el modelo del Botánico? En la coalición, el acuerdo, el mestizaje...

Yo me siento cómodo desde el primer día. Dije que venía a fortalecer la unidad del Gobierno. Es cierto que he tenido posición propia en todos los temas, creo que cumplí mi palabra, pero también respecto a la lealtad con los socios. Mis socios se han enterado siempre por mí, no por los medios de comunicación, de mis posiciones. Me gusta la discreción en política, que las negociaciones sean honestas y lo hemos practicado estos años. Me siento cómodo con mis socios de gobierno sabiendo que tenemos diferencias.

Además de vicepresidente es conseller de Vivienda. ¿Cómo ha evolucionado el parque público esta legislatura?

Comienzo con un dato: cuando empezó la legislatura la conselleria tenía un presupuesto de 100 millones de euros y hoy es superior a los 400 millones. Los datos son reveladores de la centralidad que hoy tienen las políticas de vivienda en el conjunto de la acción de gobierno de la Generalitat Valenciana. Hay varios aspectos que me parecen remarcables, como la ampliación del parque público, donde hemos adquirido más de 1.300 viviendas esta legislatura. En ese proceso ha tenido un peso decisivo el derecho de tanteo y retracto, que el PP recurrió al Tribunal Constitucional y una sentencia reciente ha ratificado de modo pleno. Además, habrá que añadir las 600 viviendas que estamos pendientes de cerrar con la Sareb para ser incorporadas al parque público. Estamos hablando de una ampliación histórica del parque público, de casi el 10%, que va a permitir que muchas familias puedan tener un hogar.

Hemos puesto en marcha el programa de rehabilitación de barrios más ambicioso, sin precedentes en otra comunidad autónoma, con más de 140 millones de euros para regenerar barrios vulnerables en 23 municipios, donde están las grandes ciudades. Hemos reactivado la promoción de vivienda, dictado el decreto ley contra el acoso inmobiliario, que impone multas de hasta 950.000 euros frente a conductas inaceptables que hostigan a inquilinos vulnerables para que los fondos puedan especular con las viviendas. Recientemente llegué a un acuerdo con el presidente Ximo Puig para incrementar en 30 millones de euros las ayudas del bono joven, para que ninguna persona se quedase fuera por falta de presupuesto este año. Lo mejor que podemos decir es que después de esta legislatura la Generalitat Valenciana ha creado las bases para construir un sistema público de vivienda, tenemos políticas públicas de vivienda. Pero nos movemos en un ámbito en el que las necesidades son dramáticas, todo será poco.

¿Las ayudas al alquiler y movilizar las viviendas vacías son suficiente para las demandas actuales? ¿Cree que hace falta construir vivienda pública?

Creo que es necesario construir, hemos reactivado la promoción pública. Tenemos el caso de la Torre, en Valencia, que va a suponer la construcción de 200 viviendas, el 40% para destinar a la gente joven. Era un símbolo de la corrupción y el pelotazo urbanístico que hoy va camino de convertirse en viviendas sociales. Pero la construcción de un sistema público de vivienda, como de sanidad o educación pública, no es cosa de una legislatura, es un esfuerzo de la sociedad valenciana que tiene que prolongarse en el tiempo. Lo que hemos hecho es crear las bases para que ese sistema sea una realidad, hemos empezado a andar, pero el camino es largo; por eso es tan importante el mientras tanto. Mientras construimos un sistema público de vivienda y hacemos un esfuerzo para garantizar el derecho a una vivienda es fundamental tender la mano a los jóvenes y regular el precio de los alquileres. La gente no espera, las necesidades son dramáticas, los precios son desorbitados. Por eso es tan importante la regulación; cuando esté en vigor la ley de vivienda la vamos a llevar hasta el final.

¿Ahora que existe ese instrumento que unifica las competencias, qué harán con él?

Ahora mismo la pelota está en el tejado de las comunidades autónomas, que deben aplicar la ley de vivienda, regular el precio de los alquileres y desplegar los mecanismos que prevé. Nos enfrentamos dos modelos: el gobierno que protege al dinero frente al pueblo y el gobierno que protege al pueblo del dinero. El primer caso lo ilustra la señora Díaz Ayuso; ya ha dicho que no va a aplicar la ley de vivienda y que la va a recurrir. Si nosotros estamos con fuerza en el gobierno valenciano vamos a llevar la ley hasta las últimas consecuencias, vamos a declarar zonas tensionadas y vamos a regular el precio de los alquileres.

¿Alguna cosa que quiera recalcar de su campaña?

Nosotros aspiramos a estar con más fuerza del Gobierno para colocar en el centro del Consell el cambio de modelo productivo. Es el gran reto que tiene la Comunitat Valenciana: pasar de un modelo injusto y sostenible a otro justo, sostenible, democrático, que integre a los sectores productivos, a las pequeñas y medianas empresas, a los trabajadores autónomos y asalariados, economía social y cooperativismo. Vamos a llevar al Botànic la idea de planificación ecológica: es fundamental que el nuevo gobierno sea capaz de pilotar la transición ecológica con una administración a la altura de las circunstancias. Yo lo llamo una Generalitat republicana, que tenga la capacidad de intervenir en sectores estratégicos como la energía o la industria farmacéutica; que ponga en pie una alianza con los ayuntamientos para planificar desde las comarcas un desarrollo sostenible en todo el territorio. Es el gran reto que tenemos por delante y va a ser nuestro eje fundamental.