El pasado mes de abril, a raíz de una denuncia de la diputada provincial de Esquerra Unida Rosa Pérez, saltaba a la luz el escándalo en la empresa pública de la Diputación de Valencia Imelsa por una presunta trama de corrupción relacionada con el cobro de comisiones y la financiación ilegal del Partido Popular. La denuncia había sido presentada ante Fiscalía meses antes por EU.
En el centro de las denuncias se encontraba el exgerente de la sociedad, Marcos Benavent, que fue mano derecha del expresidente de la institución, el ahora detenido Alfonso Rus, expresidente del PP en la provincia de Valencia. Precisamente, todas las denuncias surgen por unas grabaciones realizadas en los últimos tiempos por el propio Benavent -más de diez horas- en las que aparecen el propio Rus o el vicepresidente de la Diputación Máximo Caturla. También aparecen en los audios la exconcejala en el Ayuntamiento de Valencia María José Alcón, además de referencias al propio Rus, a miembros del Consell o la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
El escándalo de Imelsa supuso la caída en desgracia del exalcalde de Xàtiva -a quien se relaciona con una grabación contando dinero-, quien primero fue suspendido de militancia por su partido y posteriormente perdió tanto la alcaldía como la presidencia de la Diputación de Valencia.
El pasado mes de junio, un Benavent irreconocible reaparecía. Primero acudía al juzgado, donde advertía a los periodistas que iba a provocar “mucho daño” y apenas unos días después testificaba ante los agentes de la UCO de la Guardia Civil, a quienes entregó numerosa documentación sobre el caso.
Desde entonces, agentes de la Guardia Civil han realizado diversas operaciones en la sede de la empresa pública en busca de información. Hasta este martes, cuando se han desencadenado los acontecimientos con el desarrollo de una macrorredada contra el PP que hasta el momento ha provocado varias detenciones, entre ellas la del propio Rus.