Los negocios inmobiliarios del ala cristiana del PP en el barrio de El Carme de València

La Fundació Vives ha tomado un nuevo rumbo. La entidad que impulsó el ala cristiana del PP -con el expresidente de las Corts Juan Cotino y el exedil de València Miquel Domínguez como principales referentes- para convertirla en una verdadero “think tank” donde se formaran sus cuadros ha visto reducida su actividad a un curso de liderazgo en la Universidad Católica de València. En su patronato quedan pocas personas vinculadas a los populares y desde 2013 –con la crisis y la llegada de Alberto Fabra– dejó de recibir importantes subvenciones públicas.

Aunque no siempre fue así. La Fundación Vives se situó a la sombra de los ejecutivos de Eduardo Zaplana y sobre todo de Francisco Camps, de los que recibió importantes ayudas públicas. Tantas, que sus gestores pudieron comprar un edificio de dos plantas en el barrio de El Carme para acoger su sede. Ese inmueble es desde hace unos meses un edificio de apartamentos turísticos. La entidad tuvo que vender los dos pisos y el bajo para poder hacer frente a la hipoteca.

Curiosamente, la que fuera sede de la Fundación Vives albergó antes la promotora de Ramón Congost, el que fuera presidente del Instituto Tecnológico de la Construcción (Aidico), ahora investigado por un juez de Paterna por la presunta desaparición de siete millones de euros de ayudas europeas.

Curiosidad o negocio, en el mismo bajo donde la Fundación Vives puso su cartel estaba antes Centro Histórico Ciutat Vella SL, la promotora-inmobiliaria de Congost, que en los años 90 vendió muchos de los pisos del centro histórico. En la actualidad, la empresa está en proceso de liquidación.

Pero esta no fue la única operación inmobiliaria en la que aparece vinculada el ala cristiana del PP y Ramón Congost. Juan Cotino y Miquel Domínguez vendieron un solar de 289 metros cuadrados a una promotora del expresidente de Aidico en el número 13 de la plaza de Mossen Sorell, muy cerca de la que era sede de la Fundación Vives. Domínguez y Cotino habían comprado este inmueble en el año 2000, según dijeron cuando se hizo pública la venta, como gesto de generosidad con la Fundación Vives a la que pretendían cederlo.

Sin embargo, la donación nunca se hizo efectiva. La compra del solar de Mossen Sorell, denunciada por el PSPV en el año 2000, levantó polémica porque se produjo poco antes de que una modificación del planeamiento municipal, en cuya votación participaron los dos concejales, excluyera los terrenos de una expropiación prevista desde 1991. Ni Domínguez ni Cotino declararon la adquisición del solar en el registro de intereses de cargos públicos, como indica la ley. En la propiedad del solar también participó el exdirector del Instituto Valenciano de Finanzas Enrique Pérez Boada, un empresario y el exalto cargo de los consells de Camps Rafa Ripoll a través de una comunidad de bienes.

La Fundación Vives vendió el inmueble en diciembre de 2016 y ha decidido tomar un nuevo rumbo. Juan Cotino y Ramón Congost siguen imputados en diferentes casos de corrupción.