La persecución al 'topo' del Palau se está convirtiendo en un sainete. Desde que el año pasado comenzará a filtrarse información comprometida para Presidencia -desde la contratación de un coach para Fabra hasta el ascenso del cocinero del president a asesor, pasando por las compras de ñoras o alcohol de Esther Pastor, mujer de confianza del jefe del Consell-, la tensión ha ido aumentando en la Generalitat.
A pesar de que el president ha asegurado que no le “quita el sueño” las comprometedoras filtaciones del 'topo', lo cierto es que el Consell tuvo que justificar los gastos que se hicieron públicos como propios de Presidencia y se inició una investigación en la que se interrogó y grabó a diversos funcionarios -con su consentimiento- para intentar averiguar quién era el responsable de que se hicieran públicas esas informaciones.
La 'caza del topo' -que todavía no ha dado sus frutos- ha provocado que aumente la tensión en el Gobierno valenciano, y más cuando la pasada semana se conocía que el jefe de los escoltas de Fabra, un miembro de la Policía Autonómica valenciana, interrogó al responsable de prensa del vicepresidente Císcar en dos ocasiones -la segunda de ellas durante tres horas- para intentar averiguar quién filtra documentación comprometida, unos hechos que indignaron al también conseller de Agricultura.
Este polémico episodio obligó al conseller de Gobernación, Luis Santamaría, a ordenar que se investigasen los hechos y acabo con el cese del jefe de escoltas, al dictaminar que los interrogatorios fueron “a iniciativa individual”, ya que Santamaría insistió en que “no existía investigación policial alguna”.
Evidentemente, este esperpéntico episodio no ha pasado desapercibido para los grupos de la oposición, que consideran que se trata de una “guerra” interna en el seno del Partido Popular en la que “se espían unos a otros”.
Así, mientras la diputada de Compromís Mònica Oltra calificaba toda esta trama de ser “digna de un guión de Berlanga” y que el Partido Popular “está escenificando Torrente”, el popular policía casposo de Santiago Segura, el diputado de Esquerra Unida Ignacio Blanco tiraba de un clásico del humor como el dibujante Ibáñez al asegurar que el Consell había encargado la investigación a la TIA de Mortadelo y Filemón.
Y de momento el 'topo' sigue suelto mientras el president Fabra pide “prudencia” hasta conocer los resultados de la investigación.