Las presiones de “los satélites de Génova” han surtido efecto sobre la dirección del PP valenciano. La presidenta del PPCV y portavoz en las Corts Valencianes, Isabel Bonig, ha comunicado a la dirección nacional que no optará a la reelección en el Congreso que la formación debe celebrar en los próximos meses.
El PP ha convocado este lunes a la junta directiva autonómica para el próximo jueves 6 de mayo con el objetivo de marcar una fecha para el próximo Congreso, en el que la militancia designará a un nuevo líder. Génova ya trasladó dos semanas atrás a Bonig su preferencia por el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, y su interés en tener un congreso pacífico. La decisión de Bonig le allana el terreno.
En un comunicado de apenas dos párrafos, la dirección autonómica ha confirmado que “la Presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, ha trasladado a la Dirección Nacional del Partido Popular que no se presentará a este proceso”. La dirección alicantina, que parece dispuesta a pelear el liderazgo del partido autonómico, no ha tardado en enviar un comunicado para comunicar que “el PP provincial aplaude y agradece la dedicación y generosidad que ha mantenido en todo momento desde que asumió las riendas del PP autonómico hace ahora seis años, en un momento difícil. Bonig se ha volcado como presidenta del PP regional compaginando su gran labor de oposición para hacer frente al tripartito de izquierdas”. La dirección nacional también ha agradecido su trabajo a Bonig, que se hizo cargo del partido en 2015 como sucesora de Alberto Fabra: “En estos casi seis años Bonig también ha destacado por su importante trabajo de oposición, que ha dejado al descubierto la mala gestión del gobierno valenciano de Ximo Puig”.
La dirección destaca que “Bonig seguirá siendo un actor clave para el partido a nivel autonómico y nacional”, sin expresar qué solución de continuidad tendrá la dirigente autonómica. Hasta hace unos días, la presidenta del PPCV expresaba en público que la relación con la cúpula madrileña era “fantástica” y advertía a esos “satélites” que no tuvieran tanta prisa por enseñarle la puerta.