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Joan Baldoví: “Me he sentido como el llanero solitario en la defensa de la reforma de la financiación autonómica”

Laura Martínez

25 de septiembre de 2021 21:22 h

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“Trabajar, persistir, esperar”. A este lema que el historiador y figura de relevancia valencianista Nicolau Primitiu colocó en su ex libris recurre Joan Baldoví (Sueca, 1958) cada vez que siente decepción en la política. El diputado de Compromís en el Congreso lleva treinta años con la bandera de la financiación autonómica y ha tenido que echar mano de todo recurso creativo para obtener visibilidad en un tema tan complejo como poco atractivo en el discurso público. “Me he sentido muy solo”, reitera durante la conversación, recriminando a sus compañeros valencianos en Madrid no defender activamente esta reivindicación.

El discurso del único diputado de la formación valencianista en el Congreso destaca por su claridad y su vehemencia, plagado de dichos populares; desde su sillón en el hemiciclo ha protagonizado intervenciones que han corrido como la pólvora, abroncando a diputados de extrema derecha, del PP o del PSOE en sus exigencias, lo que le ha hecho ganarse la simpatía de buena parte del parlamentarismo y la ciudadanía.

Baldoví conversa con elDiario.es horas después de que la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero, recalcara en la Cámara Baja que el Gobierno cumplirá su compromiso con la reforma del sistema de financiación autonómica, una cuestión vital para la Comunidad Valenciana, la peor financiada, que el diputado negoció en la investidura de Pedro Sánchez y trasladó al parlamento en forma de acuerdo político.

La ministra confirmó este miércoles en el Congreso que el Gobierno presentará la propuesta para la reforma del sistema de financiación en noviembre. ¿Después de tanto tiempo, cómo reciben el compromiso?

En el acuerdo de investidura ya lo exigimos, pero vino la pandemia, que lo retrasó. También en el acuerdo de presupuestos y con la moción que presentamos en el Congreso, suscrita por una amplia mayoría. Los acuerdos están para cumplirse, pero se han incumplido durante tantos años que el anuncio me sorprendió gratamente. Sobre todo en los términos en los que lo dijo: voy a cumplir el acuerdo que tengo con usted, señor Baldoví, un acuerdo entre el PSOE y Compromís. Nosotros hemos cumplido nuestra parte y parece que van a cumplir la suya.

La financiación siempre ha sido para nosotros un tema fundamental, siempre lo hemos puesto sobre la mesa, bien en la investidura, bien en otros acuerdos; nosotros votamos en contra de algún reparto de fondos Covid porque entendíamos que perpetuaba el modelo injusto del sistema de financiación. Recibimos el anuncio con alegría y esperanza.

La comparecencia de la ministra, solicitada por ustedes, fue distinta este miércoles. Fue la primera vez que un titular de Hacienda reconocía que parte de la deuda valenciana es fruto del sistema de financiación.

De un lado, anunció, tal como dice nuestro acuerdo, que antes de acabar el año había que presentar un modelo. Por primera vez un ministro reconocía dos cosas: la diferencia de financiación entre la comunidad autónoma mejor financiada y la peor, que somos nosotros, de 800 euros por habitante. Pensemos que somos cinco millones de habitantes en la Comunitat Valenciana. Y por primera vez se reconocía que esa deuda de más de 50.000 millones de euros que tenemos es fruto de la infrafinanciaciónn y que se debe solucionar, que no puede seguir creciendo. El Estado debería asumir esa deuda, que no compute más; al final, la deuda del Estado es la deuda del conjunto de las administraciones públicas. Y permitiría que la segunda conselleria del Gobierno valenciano no fuera la conselleria de la deuda `[se refiere al volumen de recursos destinados a pagar préstamos en el Ejecutivo autonómico, superior al de departamentos como Sanidad], que pudiéramos dedicar recursos que ahora van a pagar una deuda que no hemos generado a cosas tan necesarias como políticas sociales, económicas o educativas.

La deuda histórica es una cuestión que no gusta mucho a otras autonomías, como tampoco a otros ministros de Hacienda.

Los ministros de Hacienda siempre han sido muy cautelosos a la hora de asumir el concepto de deuda histórica. Ayer la ministra asumió que una parte importante de la deuda valenciana y de otras comunidades autónomas es fruto del sistema. A Andalucía en algún momento se le reconoció. Yo creo que sin la persistencia de Compromís... A veces me he sentido como el llanero solitario; se lo he reclamado a Rajoy, a Sánchez, a Montoro y a Montero, y a quién se ponga por delante.

Comentábamos antes de la entrevista que ya hablaban de infrafinanciación en la campaña de 1991 desde Unitat del Poble Valencià...

En la primera campaña nos veían como a marcianos; preguntaban: ¿infrafinanciación? Eso qué es. Y era un tema que estaba ahí y del que no se hablaba. Que tengamos esos 50.000 millones de euros de deuda no se debe solo a que los gobiernos hayan sido derrochadores; una parte sí, pero otra viene de que hemos de abrir hospitales y escuelas todos los días, que tenemos que prestar servicios esenciales y cuando sólo te dan una parte de lo que cuestan esos servicios debes endeudarte, pedir préstamos. Así que creo que es significativo el reconocimiento, pero también que en este tema recurrente, sin la acción de algunos que lo hemos reivindicado siempre, sin nuestra persistencia, no estaríamos donde estamos. Hoy es fácil hacerse fotos, firmar documentos, pero nosotros siempre hemos puesto como condición para nuestro voto que esto pudiera ser.

Usted y el president Ximo Puig han conseguido desde sus espacios poner en agenda una cuestión que llevaba atascada años. Eso ha provocado una reacción en distintos partidos. ¿Cómo lo ve?

Bueno, bienvenidos. Ya era hora de que el PSOE se sumara. No he escuchado a ningún diputado socialista en el Congreso hablar de este tema, ni siquiera Ximo Puig cuando era diputado. Me alegra que el trabajo de Compromís lleve a los demás a reclamar algo que es un clamor. A veces he reclamado que los otros 31 diputados tuvieran este ímpetu. Hoy es fácil, pero bienvenidos.

Bueno, me refería en realidad a los llamados barones territoriales. Page, Lambán, Mañueco...

Ellos siempre están atentos para no perder. Pero nosotros no queremos que nadie pierda. El documento que firmaron Moreno-Bonilla y Puig en Sevilla dice lo que nosotros hemos dicho durante años: que hay que aportar más dinero al sistema, que es insuficiente. Entiendo que un presidente de una autonomía quiera preservar el estado de bienestar de su comunidad, pero esto no es una guerra entre territorios. Es, simplemente, que los servicios que se prestan se tienen que pagar.

Aquí coincide en lo que ha indicado también el conseller de Hacienda, Vicent Soler: que se necesita una reforma horizontal (del reparto entre territorios) y una vertical (que el Estado aporte más a las comunidades).

Sí. Nosotros hemos apuntado en esa línea. El último punto del acuerdo es algo que hemos planteado durante el estado de alarma: un fondo transitorio de compensación. Una idea que también apunta la fundación Fedea, que lo calcula en unos 2.500 millones de euros para equiparar a las autonomías infrafinanciadas a la media. Hemos apuntado muchas alternativas, con técnicos del Ministerio de Hacienda y Presidencia: una forma de mitigar la infrafinanciación son los Presupuestos Generales del Estado, a través de inversiones y transferencias. Por ejemplo, en el transporte metropolitano valenciano.

¿Los fondos europeos pueden ser una forma de compensación?

Los fondos europeos son una forma de estimular la economía valenciana para que vayamos convergiendo con las comunidades autónomas más desarrolladas. Tenemos una renta 12 puntos por debajo de la media y estas inversiones son una forma de estimularla.

La ministra de Hacienda también dijo que fue la Comunidad de Madrid la que se opuso a una votación de la creación del fondo de compensación en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera. ¿Se acabará creando o se irá a otros modos de compensación?

Madrid es la república independiente. Yo confío en la creatividad de la ministra Montero. Hay otras formas de compensar que no pasan por las conferencias sectoriales o por las conferencias de presidentes, como los Presupuestos o aumentar la financiación para dependencia o educación. Hay margen para que no se necesite una mayoría cualificada en el Congreso sino una mayoría simple.

Montero emplazó al PP, como partido mayoritario, a sumarse a la reforma. ¿Con esa estrategia de bloqueo permanente que ha desarrollado confían en que negocien?

El PP está en la política que enunció Cristóbal Montoro: dejad que se hunda España que nosotros la salvaremos. Me parece una actitud irresponsable y peligrosa dejar que los problemas de los ciudadanos se pudran. El PP solo es un partido de Estado cuando tiene mayoría para imponer sus políticas. Es perverso. No confío en el PP. Cuando se ponga el primer documento sobre la mesa habrá comunidades del PP como Andalucía y Murcia a las que les interese que la reforma avance; veremos qué hace el partido cuando se presente el modelo. Pero por lo que dijo su diputada en el debate, no harán nada.

Otro apunte en el discurso fue que la propuesta no gustaría a todo el mundo. ¿Qué tendría que tener para gustar a Compromís?

Que sea algo que se entienda: que los servicios transferidos se paguen y podamos hacer algo que no sea 'pasar casa' como hasta ahora. Las políticas básicas del estado de bienestar las presta la autonomía y se endeuda -en el caso valenciano- y hay otras políticas que autonomías como Navarra, País Vasco o La Rioja, de ayudas a empresas, a vivienda, a jóvenes, empleo, pueden poner en marcha. Si queremos cambiar el modelo productivo hemos de invertir en ello y con este sistema no podemos. Queremos que se paguen los servicios y se puedan hacer las políticas que el Estado delega en las autonomías. Y un reparto de fondos que no sea arbitrario.  

El criterio de población ajustada centrará el debate. ¿Qué criterios serían los deseables en ese cómputo?

Entiendo que otros dirigentes quieran hablar de dispersión geográfica o envejecimiento, pero se deben contemplar otros criterios. Por ejemplo, la población atendida en el sistema de dependencia, en los hospitales, el número de habitantes. Si no, seguimos perpetuando un modelo. El modelo debe ser uno en el que los valencianos tengan el mismo estado del bienestar.

¿Que se presente el documento es una condición para apoyar los presupuestos?

No me gusta poner líneas rojas. Pero hemos lanzado varios mensajes: los acuerdos no puede cumplirlos solo una parte. Yo no votaría nunca en contra, que no quiere decir que votara a favor, de un presupuesto que mejorara la vida de los ciudadanos, pero no podría votar a favor de un presupuesto que incumpliera una parte importante de los acuerdos. No es una exigencia descabellada, es justa, es algo que se debe resolver por ley, el sistema lleva siete años caducado. Con los tres del Consejo General del Poder Judicial nos parece un escándalo.

El mismo miércoles durante la tarde tuvieron un encuentro con el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, para preparar los Presupuestos Generales del Estado.

Hablamos antes con Hacienda para trasladar algunas cuestiones, como que deben incorporar lo que indica el Estatuto de Autonomia: que la inversión debe acercarse a nuestro peso poblacional. Y con el ministro Bolaños, en el primer encuentro, reiteramos que para que los Presupuestos cuenten con nuestro voto deben ser satisfactorios para el PSOE y para Compromís, como indicó Más País.

¿Negociarán de forma conjunta con Íñigo Errejón?

Acudimos juntos a las negociaciones, pero Compromís tiene su agenda valenciana. Más País no puede tener agenda madrileña porque Madrid lo tiene todo (ríe).

¿Y cuál es esa agenda?

Financiación, inversiones y transporte; metropolitano y cercanías.

¿Después de 30 años reivindicando lo mismo (la financiación, las inversiones) no está harto?

Si quiero representar los intereses valencianos no puedo estar harto de reivindicar algo necesario para el bienestar de esta sociedad. A veces me he sentido desanimado, solo... Pero siempre he entendido esto como dijo un prohombre de mi pueblo, Nicolau Primitiu: trabajar, persistir y esperar. Eso hemos hecho 30 años.