Més Compromís, día 1: a la búsqueda del proyecto plurinacional desde las izquierdas

Laura Martínez

28 de junio de 2021 07:00 h

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En el debate entre pragmatismo y esencia identitaria se impuso el pragmatismo. El VIII Congreso del Bloc Nacionalista Valencià, rebautizado como Més-Compromís, abre la formación a una nueva etapa que busca ensanchar la base social del valencianismo político acercando su discurso a las formaciones de izquierdas. Una forma de construir país tejiendo redes con otros movimientos que pelean por el autogobierno en sus respectivos territorios, cosiendo mayorías con un discurso de clase, feminista, ecologista y antifascista.

La candidatura liderada por Àgueda Micó, que revalida el cargo, ha obtenido el apoyo del 62% de los delegados de un congreso que buscaba ser abierto a todos los militantes de Compromís, pero que las restricciones de la pandemia obligaron a cambiar por este sistema de designación. La rama mayoritaria de la coalición, el segundo partido en el Gobierno de Botánico, aleja de su nombre la etiqueta nacionalista y valenciana que introdujo en su última refundación, cuando en 1996 Unitat del Poble Valencià pasó a llamarse Bloc Nacionalista Valencià. Un 56% de los delegados ha avalado la tesis de renombre, casi un 80% las propuestas de estatutos y políticas y un 62% la estructura ejecutiva.

La del nombre ha sido la principal pugna del congreso, que excede lo simbólico. Cambiar la marca política implica “abrir” el valencianismo a otros movimientos, reformular el concepto de “soberanía”, como marca la ponencia defendida por el conseller de Educación y ahora coordinador político, Vicent Marzà, adaptándola a nuevos marcos. Més Compromís se define como “la organización política unitaria del nacionalismo valenciano progresista, de izquierdas, ecologista, feminista y antifascista” tras la aprobación de los estatutos. Y, aseguran sus dirigentes, no renuncia a nada: “Lo que hacemos es dar pasos adelante en la construcción de esa sobernía popular del pueblo valenciano y hacerlo además ampliando la base, llegando a mucha más gente, para llegar al partido hegemónico”, indicaba Marzà, que incorporaba cuestiones como la renta básica universal o la defensa de los derechos LGTB a la estructura del partido.

Frente al debate identitario, la postura ganadora propugna sumar para ser útiles, ser mayoría para lograr políticas transformadoras. Para hacerlo en los ayuntamientos, en los gobiernos autonómicos y en el Gobierno central, a quien advierten de la necesidad de “escuchar” a los territorios, a la España periférica. Micó, arropada por dirigentes de Más País, Més Balears, Eusko Alkartasuna, Chunta Aragonesista, los andalucistas, entre otros territorios, sentenciaba que el Gobierno central debe entender la diversidad española: “El Estado español sera plurinacional o no será”. Desde Íñigo Errejón, líder de Más País, hasta Eba Blanco, de Eusko Alkartasuna, pasando por Nueva Canarias, los representantes de la España plurinacional compartían la tesis de tejer alianzas.

La realidad de Estado es “una realidad que necesita ser entendida” y las fuerzas que la conforman con representación en el Congreso necesitan “cooperar para que el Gobierno central entienda que no se puede construir un Estado sin tener en cuenta a la gente que vive en él”. En su discurso de clausura, Micó indicó: “Estamos en un momento esencial porque la extrema derecha y la derecha extrema quieren volver y lo quieren hacer desde el centro, desde Madrid”; por ello es importante que las fuerzas periféricas tejan una red.

La vocación de apertura y la búsqueda de alianzas se evidenció en los invitados al cierre. Representantes de los partidos que conforman el Pacto de Botánico, sus aliados de Gobierno; representantes de los partidos con los que pactan en el Congreso; representantes de las formaciones que componen Compromís y representantes de los sindicatos, de las uniones de trabajadores, de las reivindicaciones que han ido floreciendo en las últimas décadas, desde la financiación hasta el derecho civil; de aquellos colectivos que Més Compromís quiere sumar a su idea de partido-movimiento.

La apuesta por reforzar la coalición Compromís no se evidenció solo con el cambio de nombre. Una amplia representación de sus dirigentes, encabezados por Mónica Oltra, asistió al acto de cierre. La vicepresidenta del Consell y portavoz de la coalición pronunció el discurso más largo en el cónclave, solo por detrás del de la reelegida Micó, en el que recordó las reivindicaciones de la formación: financiación autonómica, gestión pública de la sanidad, oposición a la ampliación del puerto de Valencia, leyes feministas y transinclusivas. Oltra dejó caer la posibilidad de “ir un poco más allá” en Compromís, un guiño a la federación de partidos que plantea el hasta ahora Bloc: “En este congreso ganamos todos, gana el pueblo valenciano y gana Compromís (...) Lo importante no es cómo se llaman las cosas, qué continente tienen, son las personas que forman los proyectos”, añadió.

El proyecto de la secretaria general aspira a conseguir la “hegemonia social y política para el País Valenciano”, a obtener la fuerza suficiente para ser “útiles” para las mayorías. Construir mayorías es reforzar la coalición con Compromís, construir el Gobierno del Pacto del Botánico, construir plurinacionalidad. Tejer una red diversa pero tejerla desde abajo, construyendo mayorías, construyendo pueblo.