Mónica Oltra: “Tenemos una forma de hacer política más horizontal, más amable, menos fálica”
Con el proyecto político en el que trabaja la vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz en el ambiente, un proceso de escucha, un foro político ha adquirido relevancia en la última semana. Iniciativa-Compromís, uno de los partidos que sustentan al Gobierno del Pacto del Botánico en la Comunitat Valenciana, celebra en València, en el marco de su próximo congreso, una jornada que reúne a la vicepresidenta Díaz y cuatro dirigentes de las izquierdas españolas: la vicepresidenta del Consell y portavoz de la coalición, Mónica Oltra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de En Comú; la portavoz de Más Madrid, Mónica García y la portavoz de Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, Fátima Hamed. Bajo el lema 'Otras políticas', las cinco dirigentes pretenden “parar el reloj” y abrir un espacio de reflexión sobre las políticas públicas emprendidas y por emprender. A pocos días de celebrarse el acto, la dirigente de Compromís, Mónica Oltra, explica la iniciativa.
El acto de este sábado ha generado mucha expectación. ¿A qué cree que se debe?
Estamos en una etapa en la que todo está efervescente. Después de 20 meses de pandemia, de la contención... València ha sido escenario de muchos congresos y convenciones de partidos, parece que se está dando un epicentro político.
¿El lema del acto, 'Otras políticas', es un 'otras' respecto a qué?
Es un lema polisémico. Hablamos de otras políticas a hacer y reivindicar: la lucha contra las desigualdades, contra la emergencia climática, el construir matria. Y también en el plano subjetivo: somos otras mujeres, liderazgos femeninos, que tenemos otra forma de hacer política, más horizontal, más amable, menos fálica. Hemos elegido liderazgos que se alejan de eso; también hay liderazgos femeninos fálicos, pero hemos elegido otras formas de hacer política.
Además de la presencia, llaman la atención las ausencias. ¿No hay representantes de Podemos que encajen en esa concepción de la política?
En la génesis del acto no se pensó en las siglas porque entonces volvemos a la dialéctica identitaria, muy masculinizada. Entendíamos que estaba bien que hubiera una representación plural, que representara el espacio de Unidas Podemos, cubierto con la vicepresidenta del Gobierno y con la alcaldesa de Barcelona, que la sociedad las percibe como líderes sociales de ese ámbito. También una representación de otros liderazgos femeninos que vienen de otro ámbito, como Fátima Hamed Hossain, que es la representante del primer partido de la oposición en Ceuta, reconocida en su batalla contra la extrema derecha, y Mónica García, que se ha convertido en la líder de la oposición en la Asamblea de Madrid gracias a ese liderazgo social, del boca a boca, de lo pequeño, de la escucha, frente a otros modelos de liderazgo. En esos perfiles también teníamos el Gobierno de España, un ayuntamiento, un Gobierno autonómico... Que no encajan en otros moldes, pero liderazgos muy parecidos, que trascienden a la política de los 'zascas', reunidos en una conversación serena, en un momento donde el frenesí, especialmente en las redes sociales, lo invade todo.
En las redes sociales y en los parlamentos. Hemos visto otros liderazgos, femeninos también, que parecen estar en bronca permanente. ¿En este sentido, estos cinco liderazgos buscan representar un modelo alternativo al que puede representar la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso?
Busca otro patrón de relación en la política basado más en la dialéctica, en el debate de ideas, bajando los decibelios y la agresividad, conquistando el tiempo. Una de las pérdidas más graves para la política ha sido el tiempo. No se da tiempo a la política; los eslóganes, rápidos, fáciles, fungibles, lo invaden todo. Esto es también una especie de conquista en el tiempo, poder compartir las ideas. Evidentemente, hay liderazgos ejercidos por mujeres que son así. Pero aún así a ellas, a nosotras, no se nos trata como a ellos. Somos intrusas. Los poderes son intrínsecamente de ellos, está asumido en el imaginario colectivo como algo de ellos. Cuando una mujer disputa un liderazgo parece una intrusa. Escuchaba hoy en las noticias que habrá conflicto en el PP porque ella [Ayuso] se niega a ceder; no porque ninguno se niega. Se supone que las que tenemos la obligación de ceder somos las mujeres, incluso ejerciendo liderazgos masculinos.
Como vicepresidenta debe de ser algo que le suene...
Me suena mucho. Al final parece que tengamos que llevar en el ADN la cesión. Claro que tenemos que ceder todas las partes en un debate, pero todas, no una.
En los perfiles que se han escogido para el debate de este sábado hay muchos nexos comunes. Son dirigentes feministas, el lema matria se ha usado en otras formaciones –Compromís lo utilizó en 2015–, la definición de los partidos como ecofeministas, una llamada a los cuidados y a repensar el tiempo... Se ha hablado mucho de un proyecto electoral. ¿Pero, dado que no hay elecciones convocadas, este es un espacio para forjar un proyecto político común entre las formaciones representadas por estos liderazgos?
Es un espacio para ganarle tiempo a la política de las ideas. Avanzar acontecimientos no suele ser bueno. Yo no sé lo que pasará; la pandemia nos ha enseñado lo volátil que es todo. El objetivo es ese: parar el tiempo, el frenesí, e intentar mostrar otra forma de hacer política que reconcilie a la gente. El electoralismo se ha comido la política. Por eso, ahora que no hay elecciones, es un buen momento para parar el reloj.
Pero sí es una jornada de trabajo, que tendrá un horizonte.
Sí, en devolver un poco la dignidad y la complicidad de la política con la ciudadanía. Me parece importante que la ciudadanía vea que hay otra manera de hacer otras políticas y otras políticas que lo hacen de otra manera.
Ya no como vicepresidenta del Consell, ni como portavoz de Iniciativa. ¿A Mónica Oltra le gustaría que hubiera un proyecto común de las izquierdas en España?
Yo voy a trabajar por que consigamos que los Gobiernos practiquen esas políticas. Se nos acaba el tiempo. Se les acaba a la gente joven, por eso están tan enfadados con nosotros. No tenemos derecho a robarle el futuro a las generaciones que están naciendo y es algo que nos tenemos que plantear seriamente.
¿Qué le gustaría que saliera de esta jornada de trabajo?
Otra dialéctica en la política. Que la agresividad y la violencia no lo invadan todo. Me gustaría, pues eso, otras políticas. Además, me hace mucha ilusión conocer personalmente a Fátima, a quién admiro, por ver cómo está creciendo esa oposición democrática. Me hace ilusión que estemos todas en una charla amigable. El debate público lo protagonizan temas a veces estúpidos, queremos hablar de las políticas que interesan a la gente.
Hay una afinidad que fue bastante evidente cuando vino Yolanda Díaz a reunirse con usted. ¿La dirigente de Unidas Podemos ha planteado esa alianza política con la que se especula en ese proceso de escucha?
Bueno, lo dijo públicamente, en ese proceso de escucha. La jornada tiene que ver con esta dialéctica más amable y conciliadora.
El acto coincide con el congreso del PSPV en Benidorm, en el que Ximo Puig será ratificado como secretario general.
No es fácil cuadrar seis agendas. El día que coincidió era ese, nadie estaba pendiente de un congreso.
No deja de ser simbólico.
No deja de ser una casualidad. Es un sábado, que hay los que hay... Hasta que no empezó a preguntar la prensa no fuimos conscientes.
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