La diferencia entre los salarios de hombres y mujeres continua siendo notable. Los últimos datos disponibles, correspondientes a las retribuciones de 2018, indican que en la Comunitat Valenciana la llamada brecha salarial es del 21,6%. Es decir, una mujer cobra, de media, una quinta parte menos del salario respecto a un hombre.
La evolución de la desigualdad salarial es aún una incógnita. Un informe de la Conselleria de Economía sostenible señala que entre 2015 y 2018 “se ha reducido en más de cuatro puntos, el doble que la media española, que lo ha hecho en dos puntos porcentuales”, pero los colectivos profesionales temen que la pandemia pase factura. Según los informes de los sindicatos, el salario medio de una mujer en la Comunitat Valenciana es de 19.235,72 euros y el de los hombres, 24.537,07 euros, lo que deja una diferencia superior a los 5.300 euros por “trabajos de igual valor”.
La asociación de Empresarias y Directivas de Valencia alerta que la pandemia agravará esta desigualdad, dado el empobrecimiento de las mujeres durante 2020. Para Eva Blasco, portavoz, “las cifras no muestran ninguna reducción significativa” de esta brecha de género, una situación que “todo apunta” que la crisis derivada de la covid-19 “agravará todavía más”. Según la Organización Internacional del Trabajo, en el primer semestre de 2020 los salarios de las mujeres se redujeron en un 15% frente a una reducción de un 11% en los salarios de los hombres, mientras que el paro uamentó un 4% para las mujeres.
El estudio de Economía Sostenible indica que la desigualdad salarial “fuertemente condicionada” por la “diferente” incidencia de la jornada parcial en mujeres y hombres y se incrementa en función de la edad. En concreto, a partir de los 50 años, ya que desde esta edad hasta los 59 años es del 26,19%. La brecha se reduce en profesiones altamente cualificadas, pero incluso en los puestos de responsabilidad existe. Además, en las profesiones cualificadas las mujeres cobran un 20% menos que los hombres, de media, en los mismos puestos de trabajo.
Sobre las causas de esa relativa mejora, el sindicato UGT se muestra crítico. En su análisis, el sindicado indica que “la brecha por razón de sexo para las mujeres en estos doce años se ha reducido, consecuencia de la caída de la tasa de actividad para los hombres. Es decir, la realidad de ellas no ha mejorado, sino que ha empeorado la de ellos”. Así, indican, la media de la población ocupada del 2019 y 2020 sigue siendo inferior a la alcanzada en el 2008, habiéndose incrementado la brecha en este año consecuencia de la pandemia: “Se han perdido respecto al 2008 cerca de 200 mil empleos. Incluso este año de la pandemia se han perdido casi 70.000 empleos, de los que 20.000 eran ocupados por mujeres”.
Según la Encuesta de Población Activa, que ambos estudios utilizan como fuente, durante el 2020 la tasa de paro se ha incrementado dos puntos hasta situarse en el 16,4%, ligeramente superior en el caso de las mujeres, que mantienen la temporalidad en el 27%, mientras que en términos globales ha pasado al 25% y para los hombres roza el 7%.
El peso de los cuidados es esencial para comprender la ecuación, según detalla el estudio de Eocnomía Sostenible. El 20% de las mujeres con jornada parcial la solicitan por razones de cuidados, mientras que en los hombres es del 4%. Además, el empleo parcial involuntario respecto al total de empleo parcial en la Comunitat Valenciana se sitúa en torno al 50%.
El estudio destaca que “dada la existencia de brechas de género en el mercado laboral, así como las relacionadas con las tareas de los cuidados y el trabajo doméstico, son necesarias políticas públicas que contribuyan a su eliminación, a la efectiva igualdad en las tareas de cuidados y domésticas, además de cambios en la organización y diseño del trabajo en las empresas”. Para ello, considera que el Salario Mínimo Interprofesional pueda ser un “instrumento eficaz”, como indicó el Parlamento Europeo y varias expertas en la comisión de reconstrucción de las Corts Valencianes.