El municipio valenciano de Alfafar construirá 36 torres de viviendas, entre dos fiascos urbanísticos, en su último espacio de huerta

El Ayuntamiento de Alfafar da el visto bueno a un proyecto de urbanización que construirá cerca de un millar de viviendas en uno de sus escasos enclaves de huerta. Aún con el recuerdo del PAI Nou Mil·leni de Catarroja y a pocos kilómetros de los esqueletos de Sociópolis, se proyecta un conjunto de 36 torres entre el casco urbano y varios polígonos industriales.

El recuerdo amargo del Nou Mil·leni de Catarroja o el fiasco de Sociópolis no son suficientes para frenar el proyecto, impulsado por una Agrupación de Interés Urbanístico. Sendas zonas están separadas por apenas 4 kilómetros cada una, que no son suficientemente disuasorios para emprender otra obra. El pasado abril el ayuntamiento de Catarroja enterraba el proyecto urbanístico que pretendía construir un centro comercial y sesenta torres -algunas de más de veinte pisos-, 13.000 nuevas viviendas, pero sin disponer de nuevos servicios ni tan siquiera agua corriente, lo que valió a la promotora varios recursos judiciales. Al otro lado, en dirección Valencia, queda la sombra de Sociópolis, un fiasco del urbanismo del Gobierno del PP que el actual ejecutivo del Pacto del Botánico quiere rescatar con una inversión públicoprivada de 256 millones de euros para construir 2.000 viviendas públicas.

La Agrupación de Interés Urbanístico de la Font Baixa, impulsora del proyecto, ha recibido la autorización del pleno municipal, que ha rechazado las últimas alegaciones. El convenio urbanístico entre el ayuntamiento y la agrupación se aprobó en 2015. El último pleno municipal, de mayoría conservadora y con los votos a favor de los socialistas, dio el visto bueno definitivo para el proyecto.

El ayuntamiento y la agrupación enmarcan el proyecto en el marco de la construcción sostenible frente a un modelo de “crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades”, como cita el borrador del plan redactado por los arquitectos, alojado en su página web. La superficie a construir es de 162.000 metros cuadrados y el estudio apunta a una distribución irregular, como se muestra en el mapa, por posible riesgo de inundaciones.

El actual espacio de huerta, que linda con varios descampados, se encuentra entre el casco urbano de Alfafar, varios polígonos industriales y zonas sin urbanizar de Lloc Nou de La Corona, frente a unos bloques de viviendas de protección oficial.

Compromís presentó alegaciones para evitar que el paréntesis verde del municipio, entre las vías del tren y el centro comercial MN4, donde se encuentra el centro de Ikea, pasara a ser el suelo para la construcción de las torres.

En su momento la coalición denunció que la obra “responde al modelo de la burbuja inmobiliaria” y “destroza áreas de gran valor ambiental, patrimonial y ecológico que concentran bienes patrimoniales, y plantea construcciones que atentan contra el paisaje urbano tradicional”. Según indicaron, parte del regadío medieval protegido transita la zona. La coalición valencianista llegó a recurrir el plan de acción territorial de ordenación y dinamización de La Huerta de Valencia, el PAT de L'Horta, que la formación sí defendió en las Corts Valencianes, por dejar fuera de la protección esta superficie municipal.

La agrupación local reclamó en su lugar “la regeneración y recuperación de más de 200.000 metros en la Font Baixa y l'Orba que se encuentran en situación de desprotección y degradación por la falta de ordenación urbanística del actual gobierno municipal”, pero las alegaciones fueron rechazadas.