La presidenta de las Corts Valencianes, la ultraderechista Llanos Massó, deseó a todos los presentes un buen verano el lunes a mediodía. Lo hizo de corazón, porque no volverá a verles las caras hasta dentro de dos meses. Será especialmente un buen verano para los integrantes del Consell, que, salvo catástrofe, no tendrán que pasar por la Cámara parlamentaria hasta que finalicen las vacaciones, pese a acabar de ponerlo todo patas arriba.
El nuevo Ejecutivo de Carlos Mazón, reformado de manera exprés, no tendrá control parlamentario en al menos dos meses. Finalizado el periodo de sesiones este lunes, con un pleno escoba para despejar cuestiones pendientes, las nuevas incorporaciones a la primera línea -Miguel Barrachina, Vicente Martínez Mus, de un lado, y Salomé Pradas y José Antonio Rovira en sus nuevos cargos- no comparecerán hasta que la Cámara reanude su actividad, aún sin fecha. Lo habitual es que un dirigente que accede al cargo dé cuenta de las líneas de acción, aunque el cambio se deba a un movimiento interno.
Para programar los plenos del nuevo curso, lo habitual es celebrar una Mesa y una Junta de Síndics entre la última semana de agosto y la primera de septiembre, que fijaría las sesiones de las semanas siguientes. En verano también suele darse una convocatoria de Diputación Permanente, una comisión con un número reducido de diputados que atienden cuestiones urgentes.
Este año, primero completo de gobierno tras las elecciones, toca además celebrar el debate de política general, un monográfico sobre las líneas del Ejecutivo autonómico. Compromís pidió la semana pasada que compareciera Carlos Mazón para explicar la reforma del Consell, algo que queda pospuesto hasta septiembre. También plantean una moción de confianza para saber si la mayoría de la Cámara sigue respaldando al presidente tras romper con Vox.
El Pleno del Consell se seguirá celebrando semanalmente hasta el 5 de agosto, cuando empezarán las vacaciones del Ejecutivo. El año pasado, tras las elecciones, las incorporaciones, nombramientos y primeras medidas se hicieron durante el verano, tarea que dejó a muchos sin descanso estival.
El primer pleno ordinario de la Cámara fue el 5 de octubre, con una sesión de control al Consell que inauguró el propio PP. Antes vinieron un par de sesiones con las comparecencias de los consellers y el pleno de la investidura de Mazón. Este año, no se espera que sea hasta mediados de septiembre cuando alcance la actividad y se programen las comparecencias de los consellers para explicar sus líneas de gobierno. Tras ello, habrá que arrancar la negociación de los órganos estatutarios, el debate del macrodecreto de simplificación administrativa y la elaboración y presentación de los presupuestos para que la Cámara los debata.