Fue el pasado 20 de noviembre, tan sólo dos días después de que una multitudinaria manifestación recorriera las calles de Valencia convocada por los agentes sociales -empresarios y sindicatos- para exigir una financiación justa para los valencianos. Pedro Sánchez visitaba la ciudad junto a su ejecutiva para reunirse con la dirección de los socialistas valencianos de Ximo Puig.
El ahora presidente del Gobierno -entonces líder de la oposición desde fuera del Congreso de los Diputados- mostraba su “solidaridad” con el “pueblo valenciano”, denunciaba la “desidia” del Partido Popular y la “hipocresía” de Ciudadanos en el tema de la financiación autonómica, al tiempo que reconocía la “infrafinanciación secular” de la Comunitat Valenciana y pedía el reconocimiento de la deuda histórica. Insistió entonces que Mariano Rajoy había tenido cinco años de mayoría absoluta y uno con el apoyo de Ciudadanos y, sin embargo, decidió “postergar” la reforma del sistema, incumpliendo su compromiso. Sánchez exigía a Rajoy una propuesta para antes de que finalizara el año.
La pasada semana, siete meses después de estas palabras, el flamante jefe del Ejecutivo aplazaba la reforma del modelo de financiación autonómica hasta el próximo mandato, alegando -primero en el Senado y después en el Congreso- que no había “tiempo material” en la presente legislatura para acometer la modificación. A cambio, anunciaba que acometerá mejoras en todas las comunidades antes de las elecciones.
Este cambio de discurso ha dejado en evidencia al president de la Generalitat, el también socialista Ximo Puig, para cuyo Gobierno el tema de la financiación es su principal caballo de batalla. Además, ha provocado el malestar en el socio de Consell del PSPV, la coalición Compromís, que ha cargado duramente contra Sánchez por este anuncio.
Tanto la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, como el portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, han cuestionado públicamente el anuncio del presidente del Gobierno. Así, mientras Oltra ha advertido de que el Consell va a mantener sus reivindicaciones -“no hay motivo para cambiar nada, porque nada ha cambiado”-, Baldoví le espetó a Sanchez en el Congreso: “No me gustaría que hiciera lo mismo que el señor Montoro”.
La formación valencianista no se ha quedado sólo en las palabras. Compromís ha presentado una proposición no de ley en el Parlamento, con el mismo texto que una iniciativa impulsada por los socialistas en 2016, por medio de la cual se insta al Ejecutivo a iniciar los trámites para la aprobación de un nuevo sistema de financiación.
En clave electoral, la coalición valencianista puede sacar un rédito inesperado en las elecciones municipales y autonómicas de mayo del próximo año, si no se soluciona esta cuestión. Estamos ante la principal reivindicación del Consell del Botànic y es el PSOE, uno de los socios de Gobierno aunque sea en Madrid, el que descarta la reforma y, por tanto, una financiación justa para los valencianos.