Las inversiones que hay que vigilar no son las escasas que se plasman en los Presupuestos Generales del Estado del gobierno de Mariano Rajoy, y las que hay que fiscalizar realmente son las que haga el Consell de PSPV-Compromís.
El PP valenciano da un paso más en pasar la página de críticas a las cuentas del PP Madrid (obligados desde Génova) y han anunciado que su grupo va a solicitar la creación de una comisión de seguimiento de la inversión territorializada del Consell, afirmando que el ejecutivo de Ximo Puig y Mónica Oltra, “predica lo contrario de lo que hacen. Se pasan el día reclamando inversiones al tiempo que abdican de sus competencias de manera irresponsable tal y como demuestra la baja ejecución de los presupuestos de la Generalitat en materia inversora o en áreas tan sensibles como la dependencia”.
Así se ha expresado el coordinador de Economia del grupo popular, Rubén Ibáñez, quien ha explicado que el objeto de la citada comisión es “conocer la fotografía real de las inversiones de la Generalitat, estimular el desarrollo de iniciativas y proyectos y generar consensos para mejorar la capacidad del Consell a la hora de ejecutar su presupuesto siempre en beneficio de los valencianos”.
Ibáñez ha puesto como ejemplo que el ejecutivo autonómico “solo ejecutó el 50% de las inversiones previstas en 2016. Lo que se traduce en que Puig y Oltra han incumplido sus compromisos en materia inversora en el ejercicio pasado”. Así, ha incidido en que en el ejercicio 2016 había un presupuesto definitivo para el capítulo VI de inversiones de 570,5 Millones de euros del que se han ejecutado apenas 292,8 Millones de euros.
“Si comparamos la ejecución de la inversión de los ejercicios 2015 y 2016 a cierre de diciembre podemos observar que el grado de ejecución en 2015 es más de 4 puntos superior que en 2016. Así en 2015 el grado de ejecución de las inversiones a cierre del ejercicio es del 55,6% y en el 2016 es del 51,3%”, ha explicado.
“Es una evidencia que el Consell está dando la espalda a las necesidades de las comarcas de la Comunitat y que cuando decide el destino de sus exiguas inversiones lo hace en función de intereses partidistas”.
Rubén Ibáñez considera que “el discurso victimista que Puig le ha comprado a Oltra cae por su propio peso y choca con la dramática situación y el sectarismo con que el tratan a los municipios de la Comunitat. Se han situado en una posición que no se sostiene y que nada tiene que ver con su obligación de gestionar, sino con la necesidad que tiene Puig de sobrevivir a Oltra y a su debilidad orgánica”.