El fantasma del catalanismo es un recurso habitual en los discursos del PP, que intenta constantemente hacer bandera de las señas de identidad valencianas. El líder del PP valenciano, Carlos Mazón, ha optado por reincidir en esa vieja estrategia de la derecha valenciana con la incorporación del exdirigente del PP catalán Daniel Sirera.
El fichaje del también exconsejero en la Corporació Catalana de Mitjans de Comunicació se promociona desde la derecha como la preparación estratégica de Mazón para la campaña electoral de 2023. El líder alicantino, prácticamente un desconocido en las comarcas del norte valencianas, encomienda al que fuera concejal en Barcelona y diputado en el Parlament trabajar su imagen para hacer frente a Ximo Puig, después de que el partido quedara al borde de la desaparición, con un 3,85% de votos en toda la Catalunya.
En sus primeras entrevistas, publicadas en el diario El Mundo y en Las Provincias, Sirera asegura: “El gobierno de Puig y Oltra quiere convertirse en un delegado del nacionalismo catalán en Valencia. Algunas de sus decisiones y discursos me recuerdan a lo que pasaba en Cataluña hace diez años en el inicio de procés”. Entre ellas, cita la tasa turística, la colaboración de À Punt con TV3 o “el tema de la lengua” en los colegios.
Las acusaciones de pancatalanismo al PSPV y a Compromís desde la bancada derecha han sido una constante en el parlamento valenciano desde el cambio de gobierno. Los populares agitan esta bandera con cada convocatoria de subvenciones o ayudas públicas que se otorgan a empresas con sede en Catalunya, aunque operen en ambos territorios, o a entidades que mencionen el País Valenciano -denominación que se recoge en el Estatut de Autonomía. A su juicio, socialistas y valencianistas son una suerte de sucursal del nacionalismo catalán en la Comunitat Valenciana. Con la incorporación del exdirigente, que asegura que habla valenciano y catalán, los populares se preparan para incidir en su discurso de siempre.