El PSPV reúne este lunes su Comisión Ejecutiva Nacional, un encuentro del que saldrá el mandato para convocar el congreso que renueve el liderazgo del partido tras la etapa de Ximo Puig. Los socialistas han retrasado dos veces esta cita, en busca de un acuerdo entre las corrientes que optan a encabezar la formación, sin avances reseñables en la negociación.
El expresidente valenciano quiere realizar un congreso antes de que finalice el primer trimestre, una cita rápida que evite las cuitas internas que se desencadenaron la última vez que los socialistas perdieron el poder, en los años noventa. Pero los críticos con Puig quieren hacerle sudar. En las últimas semanas, las tres corrientes han buscado apoyos que refuercen su posición y los exhiben en el ámbito interno del partido. Con todo, hay un compromiso tácito de no oficializar las candidaturas hasta que la Ejecutiva apruebe el calendario y se superara la convención en Galicia.
Todos los pesos pesados del socialismo valenciano han acudido a Coruña este fin de semana. El secretario general, Ximo Puig; el secretario de Organización, José Muñoz; la vicesecretaria y delegada del gobierno, Pilar Bernabé. También los tres rostros que mueven las corrientes para la futura dirección: la ministra Diana Morant, el presidente provincial de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, y el diputado en el Congreso Alejandro Soler. Los tres tienen apoyos significativos: la primera cuenta con la confianza de Moncloa y Ferraz; el segundo, con el respaldo de alcaldes de la provincia; el tercero, con el sector de Alicante y la órbita de José Luis Ábalos. Con tres corrientes en liza, la clave son los pactos.
La ministra cuenta con un perfil a valorar: es una mujer, es joven, tiene formación científicotécnica -es ingeniera-, tiene sensibilidad valencianista y una plataforma política, el Ministerio de Ciencia e Innovación, que le puede hacer ganar posiciones, según traslada el entorno de la dirección. Un currículum que le ha hecho ganar puntos a nivel estatal. En cambio, Soler y Bielsa tienen apoyos arraigados, especialmente en los ayuntamientos, que se han ido trabajando en los últimos años. Desde el Congreso, el primero tiene más proyección e implantación orgánica que el segundo, que cuenta con el hándicap de no haber podido lograr los votos para presidir la Diputación de Valencia, aunque controle el partido en la provincia.
El fantasma de una alianza entre los cabezas de Valencia y Alicante planea sobre las negociaciones. Ello supondría plantar cara a la actual dirección y a la dirección nacional, un paso bastante arriesgado y alejado de los deseos de Ferraz. Los socialistas podrían pactar una candidatura integrada entre dos corrientes o ir a unas primarias. Hasta la fecha, todas las opciones están abiertas. La cita de A Coruña resulta clave para apaciguar. La de este lunes, que activará el proceso, decisiva.
Este viernes, el también alcalde de Mislata ha reunido a un equipo para trabajar en el programa de renovación. No se trata de una candidatura formal, pero el secretario provincial da un paso mostrando un equipo con implantación en las tres provincias para “un programa político de renovación, modernización e impulso del PSPV, abierto a la participación de toda la militancia”, apuntan desde su entorno. Según las fuentes consultadas, trabajarán para crear una plataforma de colaboración y participación de toda la militancia para que sea un programa abierto y participativo, ante la posibilidad de presentar una candidatura. El paso del dirigente provincial es una forma de presionar a la actual dirección.
Entre las piezas que se mueven en torno a Bielsa están Bartolomé Nofuentes, teniente alcalde de Quart de Poblet;, Elisa Valía, concejala en València; Salvador Broseta exsubsecretario de la Conselleria de Justicia; Pep Lluís Grau, exsenador por Castellón; Sabina Escrig, exdiputada y concejala en Villareal; Naiara Fernández Olarra, exconcejala en Mutxamell; Juan Guillermo Algado, concejal de Finestrat, y Laura Barrios, de Juventudes.