El cónclave de la concordia arrancó con gestos y terminó con acciones. El 40º Congreso del PSOE ha servido para la reconexión entre el partido con la federación valenciana, para escenificar otra sintonía entre Pedro Sánchez y Ximo Puig cinco años después del convulso Comité Federal que llevó al partido dividido a la anterior cita congresual. La guerra, afirman, es cosa del pasado. PSPV y PSOE caminan de la mano.
El 40º Congreso arrancó con el gesto de Ferraz de nombrar a Puig presidente de la cita, dándole al dirigente valenciano un papel visible, y terminó integrando a parte de su núcleo duro en la Ejecutiva del partido. Ferraz pidió a los dirigentes autonómicos un perfil municipalista, joven y feminista para la renovación de la Ejecutiva, que en el caso valenciano se materializan en el conseller Arcadi España, mano derecha de Puig; la diputada nacional por Alicante Patricia Blanquer; la ministra de Ciencia, Diana Morant; y la alcaldesa de Castelló de la Plana, Amparo Marco. La dirección nacional también encontró acomodo en el Comité Federal para otros dirigentes que quedan fuera de este organismo -Susana Ros, José Manuel Rodríguez Uribes, José Luis Ábalos, Andrés Perelló y Alejandro Soler- y para nuevas incorporaciones: Manolo Mata, Carlos Fernández Bielsa, Michel Montaner, Trini Amorós, Luis Planas y Francisco Polo.
El cónclave arrancó con un discurso de Puig reclamando el reconocimiento de la diversidad del Estado y terminó con esa diversidad plasmada en los documentos oficiales. En las ponencias políticas la delegación valenciana pudo dejar algunas huellas. El PSPV se apuntó un tanto con el texto sobre la financiación autonómica, la desconcentración y descentralización de instituciones públicas del Estado y la propuesta abolicionista. Celebraron también que no se incluyera en las comisiones una propuesta contra el trasvase Tajo-Segura, un arma que el PP de Alicante no duda en sacar cada vez que encuentra la ocasión.
El abolicionismo es una de las reivindicaciones que ha impulsado la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, que celebró recientemente un encuentro con el expresidente Zapatero, donde este aseguró que su objetivo en el congreso era impulsar una ley contra la prostitución. Ya no será considerado el oficio más antiguo del mundo sino la discriminación más antigua del mundo, apuntó el expresidente en su doble intervención del sábado. La consellera y el president reivindican constantemente la necesidad de una reforma integral de la legislación que penalice a los consumidores de prostitución como parte de una política feminista. El texto acordado indica: “Es imprescindible un marco legal, incluida una ley integral para la abolición de la prostitución, con el esfuerzo de este gobierno para que sea en esta legislatura”.
La propuesta de la financiación autonómica reconoce que el conjunto de comunidades autónomas están infrafinanciadas y que la respuesta debe tener en cuenta las características de la población. No se incorporan los conceptos que plantean Puig y su conseller de Hacienda, Vicent Soler, en los consejos territoriales, -población ajustada o deuda histórica-, pero consideran que el texto los recoge con otros vocablos equivalentes. En esencia, se trata de que el ministerio de Hacienda ponga más recursos en la cesta de las autonomías, que el Estado redistribuya sus recursos. La ponencia, indicó Puig, avanza en “una solución que signifique la suficiencia financiera para el estado autonómico” y “al mismo tiempo en la equidad e igualdad”.
El presidente de la Generalitat apuntaba este domingo que las enmiendas aceptadas trabajan por “generar mayor capilaridad en el territorio” y “mayores centros de poder diversificados como en cualquier país compuesto”. Para Puig, la desconcentración de la capital parte de una “mirada avanzada propaís y no al pasado centralista, que nunca ha aportado nada a España”. El dirigente cree que las élites de la capital patrimonializan el concepto de España y privan al resto del Estado, a quienes no son Madrid, de formar parte de un proyecto nacional. Por ello, cree que los socialistas salen del Congreso “con miradas diferentes pero con una cuestión que nos une, la igualdad”. “España es diversa y no puede ser un factor negativo, al contrario, igualdad y diversidad caminan juntos”.
“Lo que estamos intentando es generar una España más real, en la que se entienda que la diversidad es la gran riqueza de este país”, sentenció Puig. La primera piedra, en el lado izquierdo, ya se ha colocado.