Puig defiende que Pablo Hasél tenga derecho a ejercer la libertad de expresión aunque sus pensamientos sean “deleznables y de un contenido claramente fascista”

Europa Press

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El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha defendido este jueves que el rapero Pablo Hasél tiene derecho a ejercer la libertad de expresión aunque algunos de sus pensamientos le parecen “deleznables y de un contenido claramente fascista”, por lo que ha insistido en que “probablemente la prisión no es el camino adecuado”.

“Desde luego, combatiré las ideas que tienen actitudes totalitarias y neofascistas desde la palabra y desde la libertad de expresión”, ha garantizado en la sesión de control de las Corts Valencianes en respuesta a su socio de gobierno Unides Podem sobre si cree que hay “plena normalidad democrática en España”, como puso en cuestión hace unas semanas Pablo Iglesias.

Puig (PSPV) ha valorado así la situación de Hasél, encarcelado por enaltecimiento al terrorismo e injurias y calumnias a la monarquía y a las fuerzas de seguridad, afirmando que lo que diga “no quiere decir que no tenga derecho a ejercer la libertad de expresión en una democracia”, siempre “desde el respeto”.

Ha reconocido que “en un momento puede haber algún tipo de sobredimensión de quienes ejercen la autoridad”, en relación al uso de violencia en las protestas que apoyaban al rapero, además de recordar que nadie está fuera de la ley y que “en un estado de derecho todo el mundo tiene derecho a ser tratado con justicia”.

Por contra, ha vuelto a lamentar que los incidentes en las calles le produjeron una “enorme desazón” porque los ve como un síntoma de “cierto fracaso” y algo que hay que analizar. “Nunca se puede justificar la violencia: es el antítesis de la democracia”, ha advertido, y ha recordado más tarde que la libertad de expresión no es un derecho absoluto.

Al margen de la situación de Hasél, ha garantizado que en España se puede hablar con libertad y “protestar cuando es necesario o se piensa que es necesario, pero en un espacio de respeto porque es un sinónimo de la democracia”.

El presidente valenciano, en general, ha reconocido que todas las democracias tienen insuficiencias aunque “no hay ningún sistema mejor”, por lo que se trata de ver de qué manera se puede “profundizar, mejorar y avanzar hacia una sociedad más participativa y sobre todo con más igualdad”.

Ha rechazado poner adjetivos a la democracia porque “la democracia es democracia”, tiene unos fundamentos y en España “por supuesto están garantizados”, si bien ha insistido en que “se tienen que mejorar y actualizar permanentemente”. Por eso ha recordado que la Generalitat pidió hace años una reforma de la Constitución para avanzar en esta línea.

A partir de ahí, ha hecho hincapié en que “lo que jamás se puede consentir es poner en cuestión lo que era una dictadura y ahora es una democracia”, con ejemplos de leyes que la han ido “perfeccionando” como la de igualdad, violencia de género o sanidad. Son derechos que “acaban afectando incluso a los que los han combatido de forma dura” como la Ley de Divorcio.

Y ha apostillado, en clave autonómica, que la Comunitat seguirá la “vía valenciana” basada en el respeto, el diálogo y la profundización democrática, un camino iniciado en 2015 con el cambio de gobierno y que cree que debe seguir.