El pasado 23 de septiembre, con motivo del debate de política general, el president de la Generalitat, Alberto Fabra, se sacaba de la manga el anuncio de una rebaja de impuestos aplicada por medio de una modificación del tramo autonómico del IRPF, que aseguró iba a suponer un ahorro de 830 millones de euros para las familias valencianas. Poco duró la alegría del anuncio.
Apenas unos días después, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, rebajaba las expectativas del Consell al asegurar que la citada rebaja de impuestos anunciada por el jefe del Consell sería “prácticamente simbólica”, para recriminar a los populares valencianos que hagan “determinados anuncios alegres” cuando “se quejan” de “graves problemas financieros”, por lo que reclamaba “extrema prudencia” a la administración valenciana.
Además, estos días hemos conocido las previsiones de déficit para la Comunitat Valenciana para 2014 según el Observatorio Fiscal y Financiero de las Comunidades Autónomas (Fedea), que situaba el desvío en el 2,7%, 1,7 puntos por encima del objetivo marcado por Madrid para este año (el 1 por ciento). El dictamen de Fedea, que ve “prácticamente imposible” revertir esta situación con los actuales ingresos y ante la falta de recortes, coincide con la previsión que realizó el pasado mes de julio la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Y mientras tanto, desde Hacienda no desaprovechan cada oportunidad que se les pone delante para asegurar que no habrá más dinero para la Comunitat Valenciana -un nuevo modelo de financiación más justo- y reclamar más recortes al Consell. El último de ellos, el número dos del ministerio, Antonio Beteta, quien esta misma semana afirmaba que no habrá más fondos hasta que no “crezca la riqueza”.
Es más, insiste en que son necesarios más recortes y que hay margen para realizarlos. Si el pasado mes de junio Beteta ya advirtió que van a exigir recortes porque la Comunitat Valenciana “tiene dónde recortar”, ahora recuerda que ahí están las empresas públicas, de dónde se puede sacar dinero.
Y Fabra no tiene más remedio que asumir esta situación, como ha reconocido el jefe del Consell en una entrevista con Carlos Herrera en Onda Cero “tenemos que esperar” ya que “las circunstancias no lo propician” y no hay recursos para un nuevo modelo de financiación, 'conformándose' con el dinero del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y el Plan de Pago a Proveedores.
Ante este panorama, con una Generalitat camino a la bancarrota, parece poco probable que Fabra pueda llevar a cabo la prometida rebaja de impuestos y poco creíble el discurso de que no habrá más ajustes.