La reapertura de Radio Televisió Valenciana (RTVV) fue motivo de debate el pasado jueves tanto dentro de la esfera política durante la investidura del nuevo presidente de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig, como en la pública a través de la tertulia que se celebró por la tarde-noche en la Librería Bartleby de Valencia desde la reflexión y el análisis de cinco periodistas y escritores que conocen muy de cerca el panorama audiovisual valenciano como extrabajadores del ente público o como analistas y testigos de su proceso de resquebrajamiento y posterior clausura.
En el debate -moderado por la periodista digital Miriam Reyes-, Manolo Jardí, miembro del Colectivo Ricard Blasco, lamentó que no existiera un plan B para “reemplazar audiovisualmente” RTVV que permita a los valencianos poder seguir conociendo de primera mano las historias que suceden a su alrededor. También valoró los pasos a seguir necesarios para poder reabrir el ente público, entre los que se encuentra derogar la ley que permitió el cierre del medio por parte de la Generalitat Valenciana y reincorporar nominalmente a todos los trabajadores para que un nuevo ERE “legal y transparente” mantenga a unos, que no deberían exceder los 800 en total, en su puesto laboral e indemnice “como es debido” al resto. “El reto de la izquierda es recuperar el espacio público en lengua valenciana que se ha perdido”, añadió Jardí.
Por su parte, el periodista Toni Mollà, afirmó que, según los estudios realizados desde el Colectivo Ricard Blasco, del que también es miembro, “87 días serían suficientes para poder reabrir RTVV, si quienes gobiernan lo toman como algo prioritario”. Mollà apuesta por una televisión replanteada desde el punto de vista económico-empresarial e informativo que cuente con gente joven que aporte ideas innovadoras. El desafío pasa también, según Mollà, por recuperar la lengua, la música y el doblaje en valenciano en el medio audiovisual, es decir, volver en cierta manera a la RTVV que conocieron los que vivieron su nacimiento en 1989.
Perspectiva histórica
Este último argumento lo retomó Emili Piera, escritor, periodista y guionista, que consideró que, aunque “en aquella época ya había temas y palabras prohibidos a la hora de emitir”, es necesario “hacer perspectiva de su historia” y ofrecer de nuevo a la sociedad una televisión que sirva de “mayor proyección” a la cultura valenciana. En una tertulia que se solapó con la agitada jornada de actos políticos que se celebraba en Les Corts, Piera opinó que “Ximo Puig todavía no sabe lo que va a abrir” y que lo primero que tiene que hacer es “pedir responsabilidades” al anterior gobierno autonómico.
Desafección universitaria
En sus intervenciones, Javier Marzal, catedrático de la Universitat Jaume I de Castellón, aprovechó para denunciar el 92% de desempleo que se registra actualmente en el sector audiovisual a raíz del cierre del ente público. Una cifra que consideró “incomprensible” y un “atentado” contra la libertad de expresión y de información. “Estamos formando a alumnos en Periodismo que no pueden trabajar en su tierra y que tienen que emigrar fuera”, subrayó Marzal. Unos estudiantes con los que, además, no se ha contado “apenas” desde la radio y la televisión valencianas y que les ha provocado una desafección “enorme” hacia estos medios de comunicación.
Una novela negra que bebe de RTVV
Durante el debate, el periodista y también extrabajador de RTVV, Marcos García, tuvo la oportunidad de presentar su primer libro como escritor, Temporada de cizaña (2015, 360 Grados Libros), una novela negra que recoge desde la ficción casos de corrupción política y de acoso sexual que beben de aquellos que se gestaron durante sus años de trabajo como guionista en RTVV. “Allí se veía venir lo que se estaba mascando y coincidías cada día con lo mejor y con lo peor de la profesión periodística, afirmó García Martí, que añadió que, a pesar de todo, muchos como él ”aprendieron a trabajar“ en este medio audiovisual para luego ”exportar esta experiencia laboral“ a nivel nacional.