El obispo auxiliar de València, Esteban Escudero, ha asegurado este miércoles que era el fallecido cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo emérito de la diócesis, quien decidía y mandaba en la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias (FVEMF), nacida para la organización de la visita del Papa Benedicto XVI a la ciudad.
Escudero ha prestado declaración este martes como investigado ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia, que investiga presuntas irregularidades en las contrataciones de la FVEMF para la visita del pontífice.
El obispo auxiliar ha respondido a las preguntas de jueza, fiscal anticorrupción y abogados en una comparecencia en la que ha explicado que la fundación se creó pensando en la organización del V Encuentro Mundial de las Familias, en un momento en el que aún no se sabía de la visita de Benedicto XVI a la ciudad. Cuando se confirmó esta noticia, la Iglesia solicitó la colaboración de las administraciones, según Escudero.
También ha indicado que se proyectó un presupuesto basado en el anterior encuentro mundial de las familias, que tuvo lugar en Manila, y en el que participaron aproximadamente tres millones de personas.
En el caso de València, la cifra de asistentes quedó en cerca de la mitad que en la capital filipina pese a que había previsión de mayor presencia de público y, por tanto, se había consignado más presupuesto.
Por esta razón, ha sostenido Escudero, se produjo un déficit con las empresas organizadoras que se trató de solucionar negociando rebajas con las mercantiles y, sobre todo, a través de una importante cantidad de donaciones.
Además, la Generalitat aportó dos millones de euros, que se sumaron a los 1,8 de los que se hizo cargo el Arzobispado de València.
En cuanto a las contrataciones que se efectuaron a través de la Fundación V Encuentro Mundial de las Familias, el obispo auxiliar ha dicho que no tenían conocimiento de que tuvieran que adaptarse a la ley de contratación de las administraciones públicas.
Asimismo, ha relatado que en la fundación cada uno aportaba sus conocimientos y que todo era voluntariado. En lo relativo a las empresas que fueron contratadas para la organización, ha comentado que cualquiera sugería el nombre de una firma de la que tuviera buena opinión o referencias y se votaba. Sin embargo, Escudero ha señalado que quien finalmente decidía era el entonces arzobispo Agustín García-Gasco, dado que la FVEMF se organizaba en una “estructura piramidal”.
La conciencia “tranquila”
El obispo auxiliar ha evitado a los periodistas a su llegada a la Ciudad de la Justicia de València, a donde ha accedido por la puerta trasera, por donde únicamente está permitido la entrada a profesionales colegiados de la abogacía y la judicatura.
Sin embargo, a su salida, por la puerta principal, tras comparecer ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Valencia por más de hora y media, se ha encontrado con los medios que le esperaban, a quienes ha dicho en repetidas ocasiones que no tenía nada que declarar.
En un primer momento, únicamente ha asegurado que ha contestado a la jueza, al fiscal anticorrupción “y a todo el mundo”. Preguntado por su entrada a los juzgados por una zona por la que en teoría no podría acceder, el obispo auxiliar únicamente se ha reido, mientras que tampoco ha respondido a las cuestiones relativas al caso.
Por el contrario, preguntado por si tenía la “conciencia tranquila”, ha dicho que sí y ha añadido: “Si no no podría dar misa mañana”. Además, ha insistido en que está “perfectamente tranquilo”. “Sí, claro. Soy sacerdote”, ha manifestado. Finalmente, inquirido por si se ha “confesado” ante la jueza, ha declarado: “Hoy he confesado”.