LEER ESTE TEXTO EN CATALÁN
Vicent Marzà (Castelló de la Plana, 1983), parlamentario europeo electo por Compromís-Sumar, recibe a elDiario.es en el edificio de los grupos políticos de las Corts Valencianes. Lo hace después de haber mantenido diversos encuentros telemáticos con otros parlamentarios europeos de Esquerra Republicana, el BNG o Los Verdes. El que fuera conseller de Educación, Cultura y Deporte durante siete años con los dos gobiernos del Pacte del Botànic está a la espera de cesar como diputado autonómico para poder viajar a Bruselas, coger el acta de eurodiputado y empezar a trabajar desde allí. Reconoce que tiene ganas, y los idiomas no serán un problema, ya que además de castellano y valenciano domina el inglés y el francés (su profesión es la de maestro y sus asignaturas son precisamente las relacionadas con estos idiomas).
Para empezar, le querría pedir un comentario de los resultados de Compromís-Sumar. Ustedes han sacado menos votos que en 2019, pero han conseguido recuperar la representación que perdieron hace cinco años.
La valoración que hacemos es que el objetivo principal que teníamos, conseguir un eurodiputado que defienda los intereses valencianos y luche por una nueva Europa, está conseguido. Por tanto, estamos satisfechos, porque el objetivo prioritario, que era tener voz directa en Bruselas, lo hemos logrado. Pero también estamos preocupados por el escenario global que hay en Europa, con un ascenso de la derecha y la extrema derecha que nos muestra y nos demuestra todavía más que son necesarias políticas valientes que vayan al fondo de los problemas. Se podría decir que estamos satisfechos y moderadamente contentos por los resultados de aquí (la Comunitat Valenciana), pero evidentemente nos gustaría que hubieran llegado a más.
Ustedes acudieron a las elecciones en coalición con Sumar. ¿Cómo ve los resultados de Sumar y las repercusiones que han tenido?
Nosotros siempre hablamos desde el máximo respeto a todas las organizaciones de izquierdas, y si uno es internacionalista lo es de esta manera. Cada uno en su territorio hace su reflexión y la respetamos, ni las criticamos ni las valoramos. Por tanto, las decisiones que tome Sumar las deberá valorar Sumar. Nosotros no formamos parte de Sumar. Lo que ha pasado refuerza nuestra posición, porque siempre hemos dicho que, si tiene sentido que haya una cooperación entre las diferentes fuerzas de izquierda transformadora en los países y territorios del Estado, debe ser de una forma en la que la fuerza prioritaria de cada territorio sea la que aporte y que coopere con el resto, no que haya un espacio que intente de alguna manera diluir al resto. Así no suma. Y lo hemos dicho desde el principio, por eso nosotros no formamos parte de Sumar, cooperamos con ellos en determinados momentos como cooperamos con otras fuerzas, pero siempre manteniendo nuestra capacidad de acción centrada en el País Valenciano.
Ustedes siempre han reivindicado tener una voz y una marca propia en este tipo de elecciones.
Lo que se ha visto en estas elecciones es que si se quiere tener un resultado de impacto, se tiene que hablar de igual a igual y cooperar entre las fuerzas territoriales, porque es necesario estar arraigado en el territorio, en la militancia y el discurso directo. Si la coalición hubiera tenido en todo el Estado el mismo porcentaje de apoyo que hemos tenido nosotros en el País Valenciano estaríamos hablando de casi seis eurodiputados, prácticamente nadie dudaría de que habría sido un éxito. Por tanto, nos reafirma en nuestra posición y esperamos que esto sirva para que entre todas las diferentes fuerzas se haga una reflexión y se mire desde el punto de vista que nosotros siempre hemos planteado en positivo: no se pueden sumar proyectos si no se hace desde la cooperación de los diferentes proyectos, si no se hace de igual a igual y respetando los ámbitos territoriales. Eso es lo que multiplica el resultado. Y eso es por lo que nosotros hemos apostado siempre. Nos hubiera gustado que hubiera ido más gente en la coalición, que es lo que tendría que pasar. Esa reflexión la tiene que hacer quienes integran Sumar. Nosotros no integramos Sumar.
¿Eso es lo mismo que pasó en su día con Podemos, que quiso capitalizar ese espacio a la izquierda del PSOE?
Así es. Nosotros lo hemos dicho en muchas ocasiones. Con la irrupción de Podemos se cometieron muchos errores a la hora de articular toda esa expresión ciudadana que había de renovación, de cambio y transformación. No se articuló de una forma novedosa desde el punto de vista político e institucional, sino que irrumpió como si el resto de fuerzas que ya existíamos y que ya estábamos trabajando en nuestros territorios no estuviéramos en ese espacio también, queriendo fagocitar todo eso y unificarlo dentro de una misma decisión, como siempre, dentro de la M-30 en Madrid, con decisiones tomadas únicamente en Madrid. No funcionó. Ya pasó con Podemos y ese modelo no funciona. Nosotros hemos planteado muchas veces que el modelo que puede funcionar es el de la cooperación entre diferentes territorios, siendo cada uno la propia fuerza con su propia identidad, y aglutinando. Nosotros seguimos con la voluntad de aglutinar dentro del País Valenciano a toda la izquierda transformadora, valencianista, feminista, ecologista... dentro de Compromís, con generosidad hacia todo el mundo. Y queremos hacerlo con la participación de los movimientos sociales, la gente de base. Creemos que ese espacio que nosotros hemos definido, lo tenemos que seguir ampliando; y creemos que eso, cooperativamente con otros, de igual a igual, puede llegar a multiplicar el resultado. Creo que tenemos que aprender de la historia, y ya hemos visto lo que pasa cuando se quiere aplicar un modelo muy centralizado. Porque ese espacio existe en todos los territorios, y esa supuesta diversidad que aparece en los discursos tiene que estar reflejada en las organizaciones.
BNG, Bildu o nosotros hemos demostrado que las fuerzas territoriales arraigadas, con militancia y con bases, que trabajan el día a día de sus municipios, somos no solo las que resistimos sino también las que trabajamos a largo plazo y, en consecuencia, somos capaces de transformar a largo plazo. Esa es la otra parte de la reflexión que debemos hacer. Necesitamos una política que piense en el largo plazo y no siempre en lo inmediato, porque eso no tiene consistencia. En Compromís también tenemos ese hecho diferencial, estamos en este proyecto, en esta tierra desde hace mucho tiempo. Nuestra única razón de ser es construir un País Valenciano más solidario, más libre, más verde, más feminista... Y por tanto sabemos que todo tiene sus pasos, que habrá veces que tu posición, que ideológicamente tienes que defender, no será la mayoritaria, pero siempre nos posicionará mejor después, porque seremos coherentes. Insisto, creo que ese trabajo a largo plazo se puede desarrollar mejor si se trabaja desde cada ámbito territorial.
Sumar se identifica directamente con Yolanda Díaz. ¿Qué me dice de la impulsora de este proyecto?
Yolanda Díaz creo que es una ministra de Trabajo excelente, que tiene una capacidad –que nunca había existido en el Estado español– de trabajo, de lucha y de saber cuáles son las necesidades de la mayoría trabajadora. Eso es así. Creo que se merece, después del paso que ha dado a un lado a nivel orgánico, hacer la reflexión que necesite sin ruido alrededor. Opino que desde el ministerio aporta mucho y que ha dado un paso valiente y digno, al que no estamos acostumbrados, apartarse de la faceta orgánica cuando ha visto que el proyecto no ha funcionado como ella también quería. Por lo tanto, respeto y paciencia con lo que pueda decidir.
Le tengo que preguntar por Mónica Oltra, que también ha sonado para Sumar. ¿Cuál es su futuro en Compromís?
Mónica Oltra es un gran activo de Compromís, y no solo eso, sino la persona que propició que hubiera un cambio en el País Valenciano después de décadas de gobierno del Partido Popular. Sin Mónica, y sin el instrumento de Compromís, eso no hubiera pasado. Una formación arraigada en el territorio y una figura carismática que tiraba hacia adelante: eso fue. Lo hemos dicho muchas veces, cuando ella diga y cuando ella quiera escucharemos, miraremos y trabajaremos juntos. Nosotros no vamos a decirle lo que debe hacer, porque es ella quien debe decidir. Ya ha sufrido bastante y ha pasado demasiado tiempo, con una situación totalmente injustificada. Como siempre hemos dicho, no vamos a añadir ruido ni presión, sino que ha de ser ella. Y con lo que diga, lo hablaremos quienes tengamos que hablarlo, especialmente la gente de Compromís si ella lo quiere así. Y evidentemente, a trabajar todos juntos, porque aquí no sobra nadie; al contrario, falta mucha gente. Tenemos que ser muchos más, y personas como Mónica son más que necesarias en cualquier proyecto.
¿El futuro de Compromís pasa por Mónica Oltra?
El futuro de Compromís, lo decidiremos entre todas y todos, y el futuro de Mónica lo decidirá ella, cuando y como quiera. Nos sentaremos, hablaremos y actuaremos en consecuencia, que es lo que tenemos que hacer. El futuro de Compromís, como decía antes, pasa por mirar más a largo plazo y no en lo inmediato. Hay personas que ahora están emergiendo, que están trabajando muy bien, y seguro que vendrán más, porque nuestra vocación es prevalecer y pervivir, es continuar y de seguir. Ahí está el ejemplo de Bildu, que han ganado representación estos años hasta ganar las pasadas elecciones europeas, y no se han puesto nerviosos exigiendo estar en coaliciones extrañas y romper su coherencia. Tienen claro que ellos quieren representar un modelo diferente al resto, y construir y sumar más gente. Eso es lo que tenemos que hacer nosotros, porque ya hemos visto que gobernar con el Partido Socialista, siendo la parte más pequeña de la coalición, no solo comporta muchas incoherencias sino que muchas veces te lleva a situaciones en las que no puedes transformar tanto como querrías. Hay espacio, hay voluntad y hay personas suficientes como para ser la alternativa real a estas políticas, y eso pasa por ser constantes, trabajar mucho, tener paciencia, trabajar a largo plazo e ir sumando cada día a más gente. La política también es eso y no el hoy para mañana, porque el mundo no se acaba. Las cosas bien hechas se cocinan a fuego lento y ahí es donde debemos ir.
Volviendo a su futuro inmediato como europarlamentario. Su intención es integrarse en el grupo Los Verdes-Alianza Europea. ¿Qué objetivos se plantea?
Se pueden hacer muchísimas cosas. Lo primero, desde el mismo lunes comenzamos a tener relación con eurodiputados y eurodiputadas de otros grupos, de otras coaliciones, para intentar integrar un grupo parlamentario lo más próximo posible, que aúne sensibilidades y que se coordine también con otros compañeros y compañeras que estarán en otros grupos y con los que también compartimos muchas cosas. Lo más importante es transformar las políticas desde la base y no ir a maquillar el sistema. Y eso pasa por influir en las decisiones que se tomen a nivel europeo, denunciar lo que está haciendo el Gobierno de la Generalitat Valenciana en las instituciones europeas para poder pararle los pies y, evidentemente, construir esa nueva Europa representando los intereses valencianos. Y para ello hay que ver en qué comisiones podemos estar. A mí me gustaría estar en aquellas en las que pueda defender los intereses valencianos y también en aquellas en las que se pueda hacer frente al ascenso de la ultraderecha. Ahí vamos a batallar y hay que sumar a mucha gente.
Parece que usted ve en Europa una oportunidad para la izquierda...
Debemos ser conscientes de que Europa sirve para construir entre todos los marcos que después afectan a políticas estatales y valencianas. El Parlamento Europeo es una oportunidad para comenzar a trabajar estratégicamente juntos toda la izquierda europea. Me hubiera gustado que hiciéramos una candidatura todavía más amplia de lo que es, y creo que eso se tiene que trabajar allí, de forma transversal con diferentes partidos que están en diferentes grupos para concentrar las ideas desde la diversidad, trabajar para generar marcos que favorezcan a la izquierda y no a la derecha, como está ocurriendo hasta ahora. Y eso pasa por reflexionar colectivamente sobre cuál es el horizonte que queremos para la Europa que deseamos, todos juntos para que eso afecte aquí. La derecha y la extrema derecha tienen mecanismos de reflexión, think tanks, grupos de presión, muchos de ellos han estado influyendo por debajo, desde fuera del radar, han ido creado una conciencia muy favorable a ellos. Debemos hacer lo mismo, pero que sea favorable a la izquierda. Y eso se puede hacer desde Bruselas, con trabajo, con organizaciones diversas que están representadas allí y de territorios diversos. Me gustaría trabajar en esa transversalidad de poner en común lo que tenemos de forma colectiva. El 80% lo compartimos, así que trabajemos en horizontes comunes y estratégicos. Allí se puede hacer, porque está más alejado del día a día de las decisiones de hoy para mañana. Más una reflexión a largo plazo que nos ayude a cambiar el marco. Yo creo que eso es necesario, aunque sea complicado, porque somos mucha gente diversa, pero es donde se debe hacer.
¿Qué opina del crecimiento que ha experimentado la extrema derecha en toda Europa?
Lo más preocupante es que lo que estamos viviendo no es una ola ni una tendencia efímera, sino que ya llevamos varias señales claras, como hemos denunciado desde Compromís muchas veces. Hay que cambiar el rumbo completamente de los gobiernos que están a la izquierda para hacer políticas realmente de izquierdas y transformadoras, y que vayan realmente a solucionar los problemas de la gente y no únicamente a maquillar el sistema. Ahí está la gran apuesta que debemos hacer, porque plantar cara no es solo decir '¡cuidado, que viene la derecha!', sino que hay que cambiar estructuralmente las acciones que se hacen desde las instituciones. Se tienen que desarrollar políticas sociales mucho más valientes, políticas económicas transformadoras y valientes.
¿Qué le parece que Von Der Leyen haya coqueteado con la extrema derecha, diferenciando a Meloni de otras formaciones ultra?
Es lo que le ha servido al PSOE para crecer, para que mucha gente de izquierdas vote al Partido Socialista, sin saber que después, en el 90% de las veces, votan con el Partido Popular. En cambio, el PSOE ha hecho una campaña como si fuera a hacer políticas de izquierdas, cuando han anunciado que van a pactar para sacar adelante los órganos de gobierno, la Comisión Europea y el resto de instituciones, incluido el Parlamento. Creo que han jugado ambos, tanto populares como socialistas europeos, al miedo a la ultraderecha para que nada cambie. Y ese es el gran problema, que nada cambia, y lo que tenemos que hacer es que cambie en profundidad, porque no será suficiente que vuelva a haber el mismo pacto de siempre para que hagan las mismas políticas de siempre. Eso lo único que hará será alimentar a la extrema derecha y su discurso. Por tanto, es necesario ir al fondo, y allí estaremos nosotros, para apretar. Y si no se va al fondo, denunciarlo y construir la alternativa. Ese es el espacio que queremos trabajar.