El expresident de la Generalitat y exministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ha advertido que el PP “ha renunciado a tener un relato sobre lo que ha aportado a esta tierra desde el año 95” y ha afirmado: “Sin saber bien de dónde se viene, asumiendo los errores que haya que asumir, resaltando los logros obtenidos, es muy complicado explicar bien dónde quieres ir”.
Así se ha pronunciado este lunes el que fuera jefe del ejecutivo valenciano entre 1995 y 2002 durante la conferencia 'El éxito de la España de las autonomías y las reformas necesarias', que ha impartido en el Ateneo Mercantil de València y que ha contado con la presencia del conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz.
Al respecto de la posición de los partidos políticos en la Comunitat actualmente ha considerado que el PSOE “está limitado por su pacto y la falta de empuje de sus siglas a nivel nacional”, mientras que Ciudadanos (Cs) “presenta un cierto desconocimiento del ADN de esta tierra”, ha opinado.
Al mismo tiempo, a su juicio, “Podemos está diluido por el Gobierno y por no formar parte de él, en una amalgama de cierto radicalismo ideológico”. “Pero tampoco desde la sociedad civil se vislumbran iniciativas para mostrar propuestas y empujar a cambios que son imprescinibles”, ha alertado.
Durante su intervención, ha advertido que la Comunitat Valenciana “lleva años sin un proyecto claro, gastando los esfuerzos en criticar al adversario, en mirar el pasado o buscar fantasmas sin encontrar un ideario propio y el rumbo que debemos tomar”.
El exdirigente popular ha censurado que “en lugar de aprovechar la herencia recibida”, ha tenido lugar una “embriaguez colectiva”. “Giramos sobre nosotros mismos sin un proyecto claro”, ha advertido.
Zaplana ha señalado que la Comunitat “tiene un nuevo Gobierno y que él no ”alcanza a saber cuál es su rumbo“. ”Con todo el respeto hacia todo el mundo, creo que carecemos del pulso político que requieren los tiempos actuales“, ha agregado.
Para el exjefe del Consell, “nadie duda de que esta tierra tiene un grave problema, mucho más allá de la clase política”. “No se puede decir que las responsabilidades sean de todos”, ha puntualizado“, pero tampoco ”hacer de la política el chivo expiatorio“.
Crisis política “sin precedentes”
En este sentido, cree que hay una “crisis política de magnitud sin precedentes”, tanto a nivel regional como nacional e internacional, una quiebra que va “mucho más allá de nuevos y viejos partidos políticos y dirigentes”. Esta crisis política es la “principal causa de desafección”, ha apuntado.
Así, ha relacionado el “descrédito” con “operaciones judiciales contra la corrupción” en las que, “en ocasiones, el ruido mediático es superior a los hechos”. “No todos tienen la misma magnitud”, ha defendido.
Ante esta situación, “la clase política adoleció de capacidad de reacción”, con la que “el daño hubiese sido menor”. Ello ha derivado en un “caldo de cultivo de tendencias más críticas con la democracia” y en la “asepsia política”, ha remarcado.
Esta clase política “busca el acomodo fácil en la trinchera política”, ha censurado, antes de criticar que “los partidos han sido incapaces” de plantear “proyectos e ideas” para “superar el deterioro”, “basando su estrategia en pedir perdón” y “estudiando sus propuestas en base a que caiga mal en una opinión pública cada vez más en su contra”.
Debates “mutilados” sobre financiación
Sobre la Comunitat, ha señalado que “hace falta realizar el relato de lo que aquí ha pasado desde que accedió al autogobierno”. “Nadie lo hace ni tiene interés en hacerlo, sin esa base, los debates sobre financiación siempre estarán mutilados y se convertirán en meros instrumentos de ataque y márketing de las formaciones políticas”, ha advertido.
Sobre este punto, ha resaltado que las “reivindicaciones localistas, por justas que sean, no pueden sustituir la necesidad de impulsar un proyecto para hacer de esta tierra un referente potente del Mediterráneo y de Europa”. “Nuestro futuro tendrá más que ver con el liderazgo que con la reivindicación”, ha asegurado.
Zaplana ha criticado que “se mire a Madrid solo para pedir y no para aportar y exigir un modelo autonómico que, con las reformas necesarias, ha sido un éxito colectivo y lo debe seguir siendo”.
En cuanto al debate sobre “qué ha pasado desde que accedimos al autogobierno”, ha señalado que “el fruto de aquel proceso de negociación de transferencias no fue el mejor” para la Comunitat Valenciana. “Algunos de nuestros problemas financieros los arrastramos de entonces”, ha añadido, antes de matizar que las “decisiones fueron las lógicas que se debían adoptar por los gobernantes autonómicos”, y que “fruto de ellas” se ha registrado un “avance espectacular”.
Proyectos políticos “razonables”
La “prosperidad”, a su parecer, “duró mientras había proyectos políticos razonables”. “Luego nos dedicamos más al márketing y a ocuparnos lo que hacían los demás, y no de lo que deberíamos hacer nosotros. En lugar de creer en nosotros mismos, resaltamos ciertos complejos hacia nuestros vecinos del norte, en lugar de seguir abriéndonos para ser más líderes, nos comenzamos a cerrar y quisimos ser no menos que nadie para terminar desdibujándonos”, ha subrayado.
Sobre lo “que hay que hacer”, ha instado a “dejar debates del pasado” y a que la “transformación digital sea el primer punto de la agenda política”, y ha pedido “no perder el tiempo y asomarse a lo que está pasando”.
Ha reclamado una reforma de la Constitución, “no para abrirla en canal, pero para apuntalar lo que necesita ser apuntalado y dar salida a la complejísima situación en la que nos hemos metido”.
“En esta nueva etapa no vale la vieja política ni los viejos esquemas”, ha agregado, antes de reivindicar que hay que introducir la lealtad institucional en la Constitución, del “Gobierno con las autonomías, las autonomías con el Gobierno y las autonomías entre sí”.
“No soy partidario ni de la recentralización de competencias ni del cantonalismo de los derechos de autodeterminación”, ha manifestado, antes de reivindicar que “la soberanía nacional debe corresponder al conjunto del pueblo español”.
Zaplana también ha defendido que “debe existir un cierto criterio de eficacia en el reparto competencial, no tener miedo a la descentralización pero al mismo tiempo evitar la tentación localista”.
Sobre Catalunya: “La concordia es posible”
Por otro lado, en relación a “crisis políticas como la de Catalunya”, cree que “la concordia es posible y es lo que desea la mayoría de la sociedad”. “El futuro de todos no puede caer en manos de la minoría que considera que cuanto peor mejor”, ha enfatizado, antes de aclarar que “no se trata de mirar a otro lado ante los desafíos que se han producido, pero sí de mirar adelante”.
Asimismo, ha insistido en que “no hay que tener miedo a enfrentarse a situaciones complejas como las de carácter identitario” y que “las lenguas no están para enfrentarnos”, sino que, en su opinión, son “riqueza”. “No un medio de enfrentamiento o imposición de programas ideológicos. La educación no se puede poner al servicio de proyectos de ingeniería social a costa de los derechos y libertades de las familias”, ha zanjado.