El PP valenciano ha sido especialmente beligerante en defensa de la reforma electoral que plantea Mariano Rajoy para las elecciones municipales de mayo de 2015. La lugarteniente de Alberto Fabra, presidente de la Generalitat, en la dirección del partido, la consellera Isabel Bonig, ha llegado a acusar de “atentar contra la democracia” a aquellos que se oponen a la reforma, aunque sus detalles aún se desconocen.
Bonig, como el resto del partido, no recuerda nunca como Rita Barberá accedió a la alcaldía de Valencia allá por 1991: merced a un pacto de gobierno con un partido regionalista ya desaparecido, Unió Valenciana. Entonces, el partido más votado fue el PSPV-PSOE, que sigue en la oposición 23 años después.
Sin embargo, Bonig, limita los efectos de la reforma, cuyo único objetivo sería evitar “cambalaches” o que los gobiernos municipales “se decidan en los despachos”. Con unas pésimas expectativas electorales, sin embargo, el PP espera que el nuevo modelo electoral le mantenga en alcaldías que, de otra manera, bien podrían ir a manos de eventuales alianzas de izquierda. En 2011, ya se dieron varios casos.
En Orihuela (90.000 habitantes), por ejemplo, una alianza entre los 13 concejales del PSOE, Los Verdes y un partido independiente se hizo con la alcaldía costa de la lista más votada, la del PP, que obtuvo 12 ediles. Gran parte del grupo municipal popular está bajo investigación judicial.
En Alcoy (72.000 habitantes), una alianza entre el PSPV, Compromís y Esquerra Unida (14 concejales) impidió que la lista del PP, las más votada con 11 ediles, gobernara. La coalición nacionalista abandonó más tarde el tripartito, siempre criminalizado por los populares, pero el PP sigue en la oposición.
En Villarreal (51.000 habitantes) el PP obtuvo en 2011 más de 10.000 votos , a gran distancia de la siguiente lista en apoyos, el PSPV (6.800). Ahora bien, los socialistas, Compromís, un partido independiente y EU sumaron más votos y un concejal más (13) que los populares. La alcaldía es ahora de uno de los nuevos valores del PSPV, José Benlloch.
El PP valenciano dice que estos pactos subvierten la voluntad ciudadana y limita los efectos de la reforma a evitar estos y otros casos similares (Villena, Burjassot, Buñol, Alaquàs..) pero un estudio del PSPV-PSOE asegura que, con el actual sistema, el partido hegemónico en la política valenciana en los últimos 20 años perdería hasta 219 alcaldías.