El PP ha salido en defensa del arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, criticado a diestro y siniestro por su llamada a la desobediencia de las leyes de igualdad y sus advertencias contra el “imperio gay”. La presidenta popular en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, ha reivindicado la libertad de expresión para amparar al cardenal - se limita a “exponer la doctrina de la iglesia católica, sus valores”- y ha criticado la “desproporcionada e impropia campaña de ataques” que estaría sufriendo el representante de la curia.
Bonig si que criticó la llamada de uno de los obispos más conservadores a la insumisión contra las leyes de género. “Las normas se deben cumplir, aunque no nos gusten”. Dicho eso, Bonig, conocida por presumir de sus posiciones conservadoras, ha hecho una defensa cerrada de Cañizares. No le parece criticable la expresión “imperio gay” y se suma sin fisuras a la filosofía del cardenal: “Yo también defiendo los valores católicos”.
Bonig incluso ha suscrito una petición popular al presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, para que cese “la campaña” contra el “cardenal Cañizares”. La misma líder popular ha difundido su apoyo a la campaña en twitter.
Repulsa generalizada contra el cardenal
El PP ha sido la excepción. El resto de partidos con representación en las Corts Valencianes han atacado sin piedad a Cañizares. El portavoz del PSPV-PSOE, Manolo Mata, ha manifestado su “repulsa” contra el “intento de una persona influyente de volver al medievo”. Su partido promoverá una declaración institucional contra sus palabras.
El de Compromís, Fran Ferri, asegura que Cañizares “fomenta el odio y la homofobia. Es el portavoz de la derecha más rancia”. El de Ciudadanos, Alexis Marí, cree que daña la “convivencia pacífica” y habla como un “misógino”. El de Podemos, Antonio Montiel, asegura que es “un irresponsable”.