La mayoría del PP en el Ayuntamiento de Valencia ha aprobado el plan que destruiría más de 1.000 viviendas del barrio marítimo del Cabanyal contra el criterio de la oposición y de muchos vecinos, al menos los que este viernes se pronunciaron en el pleno.
El PP, inasequible a los reveses políticos y judiciales, sigue alimentando el sueño imposible de la alcaldesa, Rita Barberá: conectar el centro de Valencia con la fachada marítima. Para ello, ha aprobado el primer trámite para adaptar la prolongación de Blasco Ibáñez al acuerdo alcanzado entre el ayuntamiento y el Ministerio de Cultura.
Ese pacto, pendiente de revisión por el gobierno y de aprobación definitiva por la Generalitat, con competencias en la materia, adaptaría el proyecto municipal a la protección legal que tiene parte del barrio. Según la alcaldesa, gracias a varios retoques (un 35% menos de derribos, inicialmente de 1.600 o la protección de La Lonja de Pescadores, un edificio protegido y singular) la prolongación de Blasco Ibáñez sería una realidad.
La oposición, sin embargo, cree que el proyecto es un “expolio”. Y que además es “irrealizable” por su coste económico y desaconsejable, por alterar la fisonomía de un barrio histórico y expulsar a cientos de personas de sus viviendas. Varios vecinos, miembros de colectivos contrarios al plan, también han acudido al pleno para expresar su oposición al proyecto, impulsado a finales de los 90.