El anteproyecto de la nueva Ley de Señas de Identidad del PP será presentada este viernes en el Pleno del Consell, una nueva ley que arrebata la máxima autoridad lingüística a la AVL (Acadèmia Valenciana de la Llengua) recogida en el Estatut d'Autonomia, para quedársela la Generalitat Valenciana. Se trata así de un episodio más de la lucha del gobierno valenciano contra los postulados científicos de defensa de la unidad de la lengua con el catalán para someterlo a sus intereses políticos.
El anuncio lo ha hecho el conseller de Gobernación y Justicia, Luis Santamaría, en un marco muy significativo, el Foro de Diálogo de Lo Rat Penat, entidad secesionista combativa con los criterios filológicos de la comunidad científica internacional, las universidades, la Real Academia Española de la Lengua, pero especialmente contra la AVL.
En su intervención Santamaría destaco especialmente los artículos referidos al valenciano, apuntando que el artículo 6 reconoce como señas de identidad del pueblo valenciano “la lengua valenciana y sus usos”. Por otro lado el artículo 7 define que “la lengua valenciana es la lengua propia y el idioma oficial de la Comunitat Valenciana y es además la principal seña de identidad del pueblo valenciano”.
Así se añade en este apartado que “la dignificación y el respeto de la lengua valenciana como seña de identidad será plenamente compatible con los usos de aquella que obedezca a su configuración histórica, popular y tradicional”. Pero se incide especialmente en que “el respeto a la lengua valenciana” implica “defender su individualidad respecto a las demás lenguas del estado”, en una clara referencia a rechazar la unidad lingüística con el catalán.
Además, el conseller resaltó que la Ley recogerá que todas las instituciones de la Generalitat, empresas púbicas, asociaciones y entidades, “deberán adecuar sus actuaciones en respeto a la individualidad de la lengua valenciana”. Ante esta situación se superpone el criterio discrecional y político de la Generalitat al científico y normativo establecido en ley de creación de la AVL que en su artículo 3 especifica que “Las decisiones de carácter normativo de la AVL, en el ejercicio de sus funciones, deberán ser observadas por todas las instituciones de la Generalitat, por los poderes públicos, por el resto de administraciones públicas, por el sistema educativo y por los medios de comunicación, entidades, organismos y empresas de titularidad pública o que cuenten con financiación pública”.
Este es un nuevo paso con el que la el gobierno autonómico del PP trata de desarmar a la AVL especialmente después de que en su nuevo Diccionari Normatiu reconociera la unidad lingüística. Tras presionar sin frutos a la Academia para que modificase su definición de valenciano, querer desprestigiarla afirmando que no se trata de una auténtica “academia”, de recortarle sus miembros y de amenazarla con dejarla sin presupuesto, ahora ha llegado el momento de vaciarla de competencia estatutaria. Cabe añadir también que la amenaza del mismo conseller Santamaría, afirmando que la AVL había “cruzado el Rubicón” al defender la unidad lingüística, le valió una distinción de Lo Rat Penat en el 9 d'Octubre “por su defensa del valenciano frente a la AVL”.
Ataques a la oposición
Durante su intervención el conseller Santamaría habló en diversas ocasiones de “consenso” y de buscar “espacios comunes”, pero en cambio dio como únicos válidos los postulados del PP frente a los defendidos por el resto de grupos parlamentarios progresistas que sí respetan los criterios filológicos.
Luis Santamaría pidió también “no ser débiles frente a las injerencias externas”, en referencia a Catalunya, a la vez que se preguntaba “¿cómo sería un 9 d'Octubre, una fiesta tan nuestra, con un gobierno liderado por la izquierda radical que aspira a gobernar en nuestra Comunitat?”.
Reprochaba así que la izquierda política de la Comunitat “pone la identidad y la cultura de los valencianos como un elemento más de la deriva radical que se está instalando de manera progresiva en ese espectro”. Además afirmaba que “aún me gustan menos los proyectos que, desde nuestra tierra, aspiran a integrarse en esa supuesta comunidad lingüística y en estos países imaginarios que nunca han existido”, continuaba. Con este argumenteo llegó a pedir “impedir que ese País Valenciano del que habla la izquierda de esta tierra pueda llegar a ser una realidad”.
Por contraposición el conseller de gobernación defendía la unidad española afirmando que “mi compromiso en nuestra historia y nuestra cultura no choca con la identidad que compartimos con España”. Sentenciaba de este modo Santamaría que lo que espera del pueblo valenciano “es que sea patriota. Así pues, la Generalitat apuesta por la defensa de la diversidad y la pluralidad y el trabajo para que en esta tierra, en España y en Europa coexistan personas, lenguas y creencias diversas”.