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Una oleada de indignación ha recorrido este sábado las calles de València, donde se han congregado decenas de miles de personas —130.000, según la Delegación del Gobierno— para protestar por la gestión “negligente” del temporal que el pasado 29 de octubre arrasó la comunidad y se llevó la vida de al menos 223 vecinos de distintos municipios. La de esta tarde ha sido la manifestación más masiva de la historia en València desde la que se convocó contra la guerra de Irak en 2003.
Entre los concentrados, venidos desde todas las partes de la Comunidad Valenciana había todo tipo de reproches a la administración pero también un clamor común: la petición de dimisión del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, al que buena parte de los congregados responsabilizan de los cientos de muertos por culpa de su gestión durante el temporal y las horas siguientes.
Diversas columnas de manifestantes han salido a partir de las 17h desde diferentes municipios de l’Horta Sud, la comarca más perjudicada por el temporal. Los manifestantes han recorrido kilómetros a pie y han llegado repletos de barro tras haber pasado la mañana colaborando en las tareas de limpieza, ataviados con pancartas, escobas y utensilios de limpieza para evidenciar su indignación.
Decenas de entidades habían convocado una “manifestación silenciosa” que finalmente ha acabado siendo muy ruidosa. La rabia de los congregados era evidente y se percibía entre los manifestantes la necesidad de desahogarse después de diez días durísimos.
“El president, a [la cárcel de] Picassent”, gritaban los manifestantes, muchos de ellos con pancartas en las que destacaban la larga comida que tuvo el líder del Ejecutivo valenciano mientras decenas de pueblos ya se estaban inundando. “Nos sentimos abandonados”, rezaba otro de los carteles que se veían frente al Ayuntamiento de Valencia. “Estoy aquí por los que no pueden venir”, clamaba otra.
La gente no solo levantaba pancartas. Algunos llevaban escobas en alto, botas colgadas en palos, crespones negros y trajes desechables llenos de barro. También se veían banderas de la comunidad valenciana e incluso señeras y alguna estelada.
Fina Castell, 37 años, había venido a la manifestación desde Benetússer, uno de los pueblos en la llamada ‘zona cero’ de la DANA. “He perdido amigos, conocidos, compañeros de trabajo y también mi coche”, explicaba junto a sus hijas. “He venido a pedir explicaciones, pero también a salir del pueblo y desahogarme”, añadía. Diez días después del temporal, afirmaba que todavía no tiene agua potable en su domicilio.
Otras manifestantes, como las hermanas Teresa y Amparo Martínez, 63 y 65 años, respondían que Mazón no debería dimitir aunque le culpaban del desastre. “Cuando alguien hace las cosas mal debe pagar por ello”, explicaban. “Ahora que se coma el marrón y acabe en la cárcel”.
Si bien Mazón ha sido el principal objetivo de las críticas, los manifestantes también han dirigido su enojo hacia la gestión que hizo el Gobierno central tras la catástrofe. Muchos de los entrevistados reprochaban al Ejecutivo de Pedro Sánchez haber tardado varios días en desplegar al ejército en los municipios más devastados por el temporal.
“Sánchez y Mazón, la misma mierda son”, gritaban algunos de los manifestantes. Inicialmente esta proclama había sido recibida con silbidos, pero a medida que avanzaba la concentración el grito también ha sido unánime. “Asesinos”, gritaba a pulmón los miles de personas reunidas en València.
“No se puede invertir tanto tiempo en echarse las culpas unos a otros”, lamentaba Mónica León, 28 años, llegada desde Puzol, en la Horta Nord de València. “Mazón debe dimitir, si dejas morir a la gente te conviertes en un criminal”, añadía Dani, un amigo también de Puzol.
Las heridas de la catástrofe, todavía muy lejos de cerrarse, han marcado una manifestación a la que han acudido vecinos de todas las edades,con mayoría de gente joven y de mediana edad, en la que era palpable la rabia de unos vecinos que llevan diez días entregados a intentar limpiar las localidades más lastradas por el temporal.
A las 19.30 horas la cabecera de la manifestación ha llegado al Palau de la Generalitat Valenciana, en la Plaza Manises, donde había colocada ropa manchada de barro en señal de protesta. A su llegada, tras gritos de “Mazón dimite, sal de tu escondite”, y “mentre dinava, el poble s'ofegava” (“Mientras comía, el pueblo se ahogaba”), los manifestantes han guardado un minuto de silencio estremecedor por las más de 200 víctimas.
La protesta se ha replicado también en otros puntos del Estado como en Madrid, donde ha arrancado a las 18 horas una concentración solidaria, o en Barcelona (a la que han acudido unas mil personas), donde ya el jueves decenas de personas arrojaron barro a la sede del PP local.
En Alicante, varios miles de ciudadanos han gritado 'Mazón dimisión' por las calles de la ciudad en una manifestación sin incidentes. El mismo lema ha acaparado la gran pancarta que ha abierto la marcha en las escalera del instituto Jorge Juan, que ha partido a las 18.15 horas en dirección a la avenida de la Estación y la estación de Adif para terminar frente a la sede de la Generalitat Valenciana en la ciudad, en la Casa de las Brujas de la avenida Doctor Gadea, informa EFE.