Un proyecto de Fisabio analizará la exposición de la población valenciana a sustancias nocivas

El proyecto Biomoval, creado por la Área de Seguridad Alimentaria de Fisabio-Salud Pública, arranca con la recogida de muestras para determinar los niveles de exposición de la población adulta valenciana a distintas sustancias perjudiciales para la salud.

La exposición de la población a sustancias químicas procedentes del medio en el que vivimos, incluidos los alimentos, se ha convertido en una de las prioridades de salud pública. Por este motivo, proyectos de biomonitorización humana como Biomoval son una herramienta imprescindible para conocer los niveles de exposición tanto de la población general como de grupos específicos.

El responsable del Área de Seguridad Alimentaria de Fisabio, Vicent Yusà, explica que “la biomonitorización humana es la medida de contaminantes en matrices biológicas como sangre, orina, pelo, etc. Es una herramienta muy adecuada para evaluar el grado de exposición de la población a sustancias químicas como los plaguicidas, metales, dioxinas, plastificantes y otros contaminantes alimentarios y ambientales, así como conocer el riesgo vinculado con esta exposición”.

Además de determinar la exposición a estas sustancias, Biomoval busca establecer valores de referencia para la exposición a contaminantes y conocer qué determina la exposición. Respecto a los resultados, el proyecto aspira a proporcionar datos comparables internacionalmente, evaluar la efectividad de programas destinados a reducir esta exposición y proporcionar recomendaciones para reducir riesgos.

Organismos internacionales como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) consideran la biomonitorización humana como una herramienta de gran utilidad para la protección de la salud de la población. La Unión Europea impulsa que los diferentes países pongan en marcha proyectos de biomonitorización que permitan a las autoridades de salud pública tomar decisiones para minimizar la exposición de la población a sustancias químicas nocivas.

La contaminación ambiental y alimentaria se puede estudiar mediante la evaluación de los niveles de contaminantes en el aire, el agua y los alimentos, y a partir de los niveles encontrados estimar la exposición y el riesgo para la población. Es lo que se denomina evaluar la exposición externa.

En cambio, la metodología de este proyecto es más real ya que, como resalta Yusà, “mide la exposición interna, la que realmente está presente en nuestro cuerpo procedente de las distintas vías (agua, aire, alimentos). Es muy importante conocer los niveles internos de contaminantes como objetivo de salud pública, sobre todo en los ámbitos de seguridad alimentaria y sanidad ambiental”.

El estudio tiene especial interés en profundizar cuál es la exposición de la población adulta a contaminantes orgánicos persistentes, ya que hay una notable escasez de estudios en España sobre la dosis interna de estos compuestos. Según los datos de estudios previos, se estima una exposición alta a estas sustancias especialmente tóxicas a través de la dieta.

El reclutamiento de personas voluntarias y la recogida de muestras se llevarán a cabo en distintos Servicios de Prevención Ajenos de la Comunitat Valenciana de la asociación Serprecova. El estudio tiene como objetivo obtener sangre y orina de 550 personas, que se considera el número suficiente para obtener resultados significativos con un nivel de confianza del 95%. En el estudio se evaluará la exposición a distintos contaminantes como plaguicidas, dioxinas, metales, ftalatos, entre otros.

Las personas que participarán en el estudio se distribuirán en las provincias de Alicante (205 muestras), Valencia (280 muestras) y Castellón (63 muestras). Así mismo, se procurará que la muestra final esté compuesta por individuos de todos los sectores económicos (agricultura, industria, construcción y servicios) de forma similar a su distribución en la población según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística para el primer trimestre de 2020.