“Estoy esperando a los talibanes, vendrán y me matarán”. Así se expresaba hace unos días Zarifa Ghafari, la alcaldesa más joven de Afganistán, en una entrevista con el medio británico Inews. Ghafari, de 27 años y activista por los derechos de las mujeres, tuvo que huir de Maidan Wardak -capital de la provincia de Vardak- tras numerosas amenazas, varios atentados fallidos y el asesinato de su padre, que se produjo el año pasado.
Ahora, el alcalde de la localidad valenciana de Casinos, Miguel Navarré (Compromís), ha remitido una carta a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, la socialista Gloria Calero, en la que ofrece el municipio para acoger a Ghafari, a su marido e hijos “no ya por ser una sociedad acogedora y empática con el ser humano, sino porque es todo un símbolo de lo que los talibanes quieren destruir y enterrar”.
Navarré explica que, como alcalde, “me dolería que la única alcaldesa afgana, que es la voz de las que van a ser oprimidas por el nuevo gobierno talibán, sea asesinada o sus derechos sean pisoteados por orden del nuevo régimen que acaba de instalarse en Afganistán”.
En su escrito, el primer edil valenciano recuerda que Zafira Ghafari, “activista e icono para las mujeres afganas”, se ha quedado “sin ayuda” y no ha podido huir de su país tras la toma del poder por parte de los talibanes. “Ante la represión democrática que se avecina -la última vez que los talibanes estuvieron en el poder pisotearon los derechos fundamentales de mujeres y niños-, la vida de muchos afganos corre peligro”, explica.
Como alcalde “de una población pequeña”, Navarré insta a Calero a que realice las gestiones necesarias ante el Gobierno y la misión diplomática española en Afganistán para que Ghafari y su familia “puedan salir del país y establecerse en un lugar seguro”.