La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) tiene previsto aprobar el pliego de bases y condiciones para la construcción y explotación de la nueva terminal de pasajeros del puerto de Valencia en el próximo Consejo de Administración que se celebrará el 19 de diciembre.
Así se ha anunciado en el transcurso del comité asesor del Puerto de Valencia celebrado este jueves. El Comité, presidido por el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha contado con la presencia de representantes del ayuntamiento y de la Generalitat.
Por parte de la APV han asistido el presidente, Aurelio Martínez, el director general, Francesc Sánchez, y el subdirector general, Manuel Guerra.
La construcción de la terminal de cruceros en los astilleros Unión Naval (junto al barrio de Natzaret), cuya titularidad indirecta del cien por cien de las acciones es de Boluda Corporación Marítima (BCM), viene como consecuencia de los cambios introducidos en el proyecto de ampliación del Puerto de València por parte de sus actuales responsables, con Martínez a la cabeza, por lo que implicará la eliminación de la actual terminal ubicada en la zona norte, en un punto mucho más alejado del casco urbano.
Para aprobar este traslado de la terminal de la zona norte a los astilleros de Boluda, la APV aprobó una compensación al empresario mediante una concesión de 35 años para construir dos torres de oficinas de 13 pisos a cambio de rescatar la de los astilleros de Unión Naval que ya no utilizaba y cuyo contrato expiraba en 2027.
En comité asesor, ha existido un gran consenso sobre los requisitos que debe cumplir esta nueva infraestructura. En concreto, se ha apostado por una terminal ecológica, accesible y con buenos accesos para el transporte público.
En este sentido, el comité ha respaldado que la futura línea de tranvía Línea 10 de tranvía conecte Natzaret con la Marina de València y el Cabanyal pasando por el puente de Astilleros.
La nueva terminal respetará los edificios de la Unión Naval catalogados como históricos por la Cátedra Demetrio Ribes. La nueva estación exigirá que los buques de cruceros puedan apagar sus motores y conectarse a la red eléctrica cuando estén trabajando en el puerto.