“En 2014 nos planteamos ser madres mi pareja Sonia y yo, pero como en la sanidad pública eliminaron la reproducción asistida a mujeres solas o parejas de mujeres, fuimos a informarnos a una clínica privada; nos sentimos discriminadas, pagamos los mismos impuestos que las parejas heterosexuales, pero no pudimos acceder a estos tratamiento por nuestra condición sexual”.
Así vivió Marisa Marín la clara discriminación que sufrió este colectivo cuando en el año 2012, en plena oleada de recortes por la crisis, la Generalitat dirigida por el PP excluyó a este colectivo de la posibilidad de someterse a técnicas de embarazo en la sanidad pública valenciana.
Sin embargo, en el año 2015, con la llegada del Govern del Botánic, este derecho quedó restituido para todas las mujeres.
Según informan fuentes de la Conselleria de Sanidad, desde el año 2016 hasta el 2018 se han realizado en la Comunitat Valenciana 441 tratamientos de reproducción asistida, 351 a mujeres solas y 90 a parejas de lesbianas.
En concreto, en el año 2016, primero tras la restitución del derecho, se realizaron 19 tratamientos, un año después se practicaron 271 y el pasado año se llevaron a cabo 151.
Marín cuenta que se enteró escuchando la radio y que a los pocos días llamó a Sanidad para pedir información: “había confusión porque no tenían claro que pudiéramos acceder por el hecho de ser lesbianas, de hecho, todos los formularios estaban hechos para parejas heterosexuales y tuvimos que aguantar algún comentario fuera de tono, pero al final todo fue bien y Marc nació en 2017 por inseminación artificial”.
Marisa espera que pase lo que pase después de las próximas elecciones, “no se elimen este tipo de derechos tan sensibles por el bien de muchísimas mujeres que tienen todo el derecho a ser madres independientemente de su condición sexual o estado civil”.