- Enrique Arnal, director financiero de la depuradora saqueada en la época del PP, niega que haya ocultado su patrimonio a la justicia en el juicio por alzamiento de bienes
El ex director financiero de Emarsa Enrique Arnal ha declarado este miércoles en el juicio en el que se encuentra procesado por alzamiento que vendió sus participaciones empresariales y bienes inmuebles debido a su adicción a las pastillas y a la depresión que sufría. Emarsa es una empresa pública supuestamente saqueada -el juicio está pendiente de celebración- en la época del PP.
Dicha venta, que efectuó a su hermano Antonio, también procesado, la hizo, según ha asegurado, antes de saberse imputado en la pieza principal del caso Emarsa, la empresa que gestionaba la depuradora de Pinedo, por el supuesto desvío de más de 20 millones de euros de fondos públicos.
Arnal y otros seis investigados han declarado hoy en la primera sesión del juicio de la pieza 4 del caso Emarsa (de un total de 11) por la supuesta ocultación de patrimonio con el que cubrir deudas o posibles responsabilidades civiles.
En el inicio de la vista, la Abogacía de la Generalitat ha pedido la suspensión de la vista hasta la celebración del juicio por la pieza principal del caso “a efectos de tener clara la culpabilidad de los acusados”, y por entender que el supuesto alzamiento es un delito accesorio y que una supuesta malversación sería el principal.A esta petición se han sumado cuatro de las defensas y se han opuesto tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), tres defensas, y también la presidenta del tribunal, que ha rechazado esta posibilidad por entender que son tipos delictivos independientes, que se pueden juzgar por separado sin que se requiera condena previa.
Así, los bienes supuestamente enajenados por los procesados fueron participaciones empresariales, vehículos y propiedades inmobiliarias que, según las acusaciones, podrían haber sido obtenidos de forma ilícita mediante el desvío de fondos de Emarsa.
Finalmente, a Arnal únicamente se le embargó un plan de pensiones de Emarsa y una moto antigua, a pesar de que entre 1996 y 2010, periodo en el que estuvo empleado en la empresa pública, se hizo con numerosos locales, plazas de garaje, coches de lujo, participaciones e empresas e incluso un piso en Ibiza.
De hecho, tanto Arnal como su exmujer, Eva María Marsal, también procesada, dirigieron empresas que facturaron a Emarsa por servicios que se sospecha simulados y ella fue propietaria de otro inmueble en Formentera, que vendió dos semanas después de ser imputada, tal y como ha reconocido en el juicio.
Según Arnal, el valor patrimonial de sus participaciones empresariales era negativo, de modo que su hermano le hizo un favor al admitir el traspaso de las mismas y responsabilizarse de la gestión, dado que él estaba de baja desde mediados de 2010 por su adicción a las pastillas (conoció su imputación en enero de 2011).
Por su parte, su exmujer, Eva María Marsal, ha declarado que vendió el piso de Formentera por necesidad de liquidez en su empresa de azafatas.
“La compraventa fue pactada antes del verano de 2010 y se cerró cuando ya llevaba un par de semanas imputada, pero no tiene nada que ver con una voluntad de eludir mis responsabilidades”, ha señalado.
Tanto Arnal como Marsal han respondido únicamente a las preguntas de las defensas. Este juicio se suspendió en dos ocasiones por la renuncia de varios letrados. Se trata del juicio por la pieza separada número 4 del caso Emarsa, en cuya causa principal se investiga el desvío de más de 20 millones de euros de la empresa pública -del mismo nombre- que gestionaba la depuradora de Pinedo (Valencia).
En su escrito de acusación, el fiscal solicita para los acusados penas que varían entre el año y medio y los tres años de cárcel