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El retrato de Felipe V viaja boca abajo de Xàtiva a Almansa en el aniversario de la batalla que acabó con el autogobierno valenciano

El cuadro de Felipe V en el Museu de Belles Arts de Xàtiva.

Toni Cuquerella

24 de abril de 2022 22:20 h

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Es un símbolo no solo de Xàtiva, sino también de todo el País Valenciano, y ha llegado a ser una forma propia de rechazar a una figura histórica. El cuadro boca abajo de Felipe V que se encuentra en Xàtiva vuelve a ponerse sobre la palestra cada 25 de Abril, y este año con más interés, puesto que viaja temporalmente a Almansa, allá donde empezó todo.

'Quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança' (Cuando el mal viene de Almansa, a todos alcanza) es el dicho valenciana que recuerda el desastre del 25 de abril de 1707, fecha de la batalla de Almansa, en la cual las tropas borbónicas de Felipe V derrotaron a las austracistas del Archiduque Carlos en el marco de la denominada Guerra de Sucesión. Con aquella derrota llegó la ocupación, la pérdida de los Fueros valencianos y el incendio de Xàtiva en represalia por su última resistencia, que por perder llegó incluso a perder incluso su nombre al ser rebautizada como Colonia Nueva de San Felipe. Y de ahí la inquina de Xàtiva hacia el primer Borbón de España.

Este año, cuando se cumplen 315 años de aquella derrota, la imagen de Felipe V vuelve al lugar de los hechos, la localidad de Almansa. Será así uno de los atractivos destacados de las conmemoraciones que se realizan en la ciudad manchega cada año, con recreaciones del combate en el mismo histórico campo de batalla. Dichas recreaciones, las citas más espectaculares desde hace años, congregan este fin de semana alrededor de 400 aficionados de varios países europeos que muestran desde la indumentaria al armamento y toda la intendencia de los ejércitos de inicios del siglo XVIII.

Pero será este lunes 25 de Abril cuando se inaugure la exposición 'Felipe V. Una guerra, dos ciudades', que homenajea así a Xàtiva, una muestra que estará abierta al público hasta el 27 de mayo en el Centro Documental y Festero.

En todo momento boca abajo

La visita del cuadro de Felipe V a Almansa no podía hacerse de cualquier manera. Así, respetando la tradición setabense, la pieza se transporta con la imagen cabeza abajo a lo largo de los 65 kilómetros que separan a la localidad valenciana de la manchega, y su exposición también se hace con la pieza invertida.

Y es que Xàtiva no perdona a Felipe V, porque el primer Borbón se ensañó con la ciudad, llegando a quemarla tras la batalla de Almansa. “La obstinada rebeldía con que hasta los términos de la desesperación resistieron la entrada de mis armas los vecinos de la ciudad de Xàtiva [...] empeñó mi justicia a mandarla arruinar para extinguir su memoria, como se ejecutó para castigo de su obstinación, y escarmiento de los que intentasen seguir su mismo error”. Así se justificaba el monarca, que el 19 de junio ordenó incendiar la ciudad. Posteriormente, sus campos fueron sembrados con sal para condenarla a la pobreza, y finalmente cambió su nombre por el de 'Colonia Nueva de San Felipe'.

La ciudad tras la infamia pasó de 12.000 habitantes a sólo 400, y tardó casi 80 años en volver al mismo nivel demográfico; el nombre de Xàtiva volvió con las Cortes de Cádiz, más de un siglo después, en 1812. Pero no fue hasta 1957 cuando la ciudad señaló al culpable de su ignominia. Ese año, según cuentan la mayoría de crónicas, el director del Museu de l'Almodí puso boca abajo el cuadro de Felipe V, un cuadro pintado por el artista local Josep Amorós en 1719 por encargo del gobierno local. Además encomendó que así permaneciera la imagen del rey incendiario hasta que un monarca sucesor suyo pidiese tres veces perdón por los sucesos delante del cuadro.

Pese a esta asentada tradición, no ha dejado de haber gestos que han provocado ampollas años después. Así, casi 40 años más tarde del castigo al cuadro, en 1995, el entonces nuevo alcalde de Xàtiva, Alfonso Rus, del PP, propuso medio en broma medio en serio que el también entonces Príncipe Felipe fuese a la ciudad para pedir perdón y así voltear el cuadro de su antepasado. El rechazo de la ciudad fue prácticamente absoluto. A ese rey ya no se le perdona.

Posteriormente, casi 20 años después, la situación fue muy diferente, en 2014, Felipe VI fue proclamado rey un 19 de junio, el mismo día histórico del incendio de la ciudad, y lo quiso recordar el mismo gobierno de Rus, ya en la puerta de salida. Desde entonces Felipe VI ocupa el trono del infame Felipe V.

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