El teatro Rialto de València estrena el próximo viernes, 12 de mayo, el espectáculo 'Els quatre genets de l'apocalipsi', una versión teatral de la novela de Vicente Blasco Ibáñez 'Los cuatro jinetes del apocalipisis', que se mantiene “fiel” al texto original y recuerda la faceta más “internacionalista y de ciudadano del mundo” del escritor.
La obra, que estará en cartel hasta el 28 de mayo, ha sido adaptada por Juli Disla y dirigida por Inma Sancho y se trata de la segunda vez que la narración de Blasco se sube a las tablas después de la versión del dramaturgo valenciano Enrique Rambal de 1923 en el Teatro Principal.
Así lo han destacado este martes en la presentación del espectáculo el director general del Institut Valencià de Cultura (IVC), Abel Guarinos, el director adjunto de Artes Escénicas del IVC, Roberto García, Juli Disla, Inma Sancho y parte del elenco de actores.
La historia que creó Blasco está protagonizada por dos familias enfrentadas y dos amantes enamorados que viven un destino impuesto por la Primera Guerra Mundial. Los cuatro jinetes que acechan a los protagonistas son la guerra, el hambre, la peste y la muerte.
Para esta versión “fiel”, 'El Teatre del Poble Valencià', sello propio del IVC, ha contado con un elenco compuesto por ocho artistas y una escenografía sencilla para viajar por los distintos escenarios en los que transcurre el texto: una estación de tren, dos casas y el frente bélico.
Entre los intérpretes, se encuentran artistas jóvenes y veteranos, por lo que comparten cartel Empar Canet, en el papel de Luisa, una mujer que representa el sufrimiento que viven las madres en tiempo de guerra; Vanessa Cano, en el rol de amante de Julio; Enric Juezas, Borja López Collado, María Marcelo, Carles Sanjaime; Guillermo Zavala en el papel de Pepe Argensola y Bruno Tamarit, que dará vida a Julio Desnoyers. La escenografía es de Carlos Montesinos, la iluminación de Victor Antón y el vestuario de Pasqual Peris.
La guerra es el personaje invisible sobre el que recae el peso de la acción y el destino de los personajes en una obra que pese a ser considerada una tragedia alberga espacio para el humor, según han explicado desde la dirección artística.
“La tragedia es un concepto teatral y literario pero en nuestras vidas la tragedia y la comedia están muy mezcladas”, ha señalado Sancho. “Es cómica en cuanto a que no se pone el acento en el temor de los personajes sino en las situaciones que se ponen de manifiesto mientras la guerra entra lentamente en sus vidas”, ha explicado la directora de la obra.
A su juicio, se trata “del Blasco más internacionalista”, un Blasco que “quiere ser ciudadano del mundo” pues en su escenario conviven personas de diferentes nacionalidades.
Para Juli Disla, la adaptación no ha resultado sencilla, pero respeta “el qué y el cómo” de la original. “Es una novela interesante y apasionante y pensamos que la adaptación está bien encaminada”, ha señalado. “Hay cierta ironía y humor en Blasco para contar el drama de la gente y la tragedia de los personajes”, ha añadido.
Respecto a la versión de Enrique Rambal, Disla ha puntualizado que la adaptación de 2017 “va mucho más allá, se ha recreado la historia, está llena de colaboraciones y se ha restaurado un telón de la escenografía de Carlos Montesinos”.
El objetivo común, expresado por Disla y Sancho, es que “la gente venga a ver teatro público”. “La obra es para todos los públicos, abarca un espectro de público muy amplio”, han señalado.