La Sala Escalante está cerrada desde 2017, pero su deterioro se alarga desde el año 2016 -cuando tuvo sus primeros desprendimientos- hasta la actualidad, un deterioro que no se ha frenado y que le ha valido para que Hispania Nostra la ponga en su 'Lista Roja', donde se registran más de 1.200 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores
Hispania Nostra, una asociación no lucrativa, declarada de utilidad pública, cuyo objetivo es la defensa, salvaguarda y puesta en valor del patrimonio cultural y natural español ha señalado a tres elementos patrimoniales valencianos, entre los que destaca la Sala Escalante.
La asociación señala que “pese a tratarse de un Bien de Relevancia Local (BRL), presenta problemas estructurales graves, por lo que ha cerrado su acceso al público”. Recuerda que está situado en un palacio tardo-renacentista; fue adaptado en el año 1920, año del que data su apariencia actual.
Su último tramo de vida lo vivió a partir de 1985, cuando la Diputación de València lo integra en un proyecto lúdico y educativo para potenciar el teatro entre los niños, dándole como nombre el del dramaturgo valenciano Eduardo Escalante. En 1995 pasa a ser el 'Centro Teatral Escalante' y, en octubre de 2017 debido a los problemas estructurales del edificio, se abandona.
Tiene elementos modernistas propios de la época en la que se construye; destacan las guirnaldas que adornan los palcos y la boca del escenario. La fachada conserva una entrada con dintel de piedra y escudo heráldico de la familia de los barones de Cortes y Ruaya, sus primeros propietarios. El patio central se sustenta en dos arcos rebajados. Aún se conservan un arco y una columna originales en el piso superior, así como una pequeña capilla. El patio era la entrada de carruajes y las caballerizas estaban situadas en lo que hoy es el patio de butacas. Destacan los colores llamativos que recubren la sala y las columnas de hierro visto procedentes de un barco hundido en la guerra del 1914-1918.
¿Y por qué se encuentra en este estado? Nadie quiere hacerse cargo de su rehabilitación. La Diputación señala que los entre 5 y 6 millones de euros que costaría la intervención de un inmueble que lo tenía alquilado lo hacían inasumible, por su parte la Fundación Patronato de la Juventud Obrera fundación dependiente del Arzobispado y propietario del edificio, tampoco se hace cargo y quería que fuese la corporación provincial la que asumiese el coste.
En esta lista roja de Hispania Nostra también se han incluido dos bienes patrimoniales de Vila-real. El primero de ellos el Molino de la Roqueta, cuyo origen se remonta a 1360, y el segundo las pechinas de la Iglesia del Convento del Carmen cuyas pinturas han sido atribuidas a Vicente Gosalbo y probablemente se hicieron entre 1660 y 1680, una vez terminada la iglesia. En ambos casos se considera que el estado de conservación es “muy deficiente”.