La salida del exministro José Luis Ábalos del PSOE ha trastocado por completo los equilibrios internos del socialismo valenciano, aún en la mesa camilla tras la derrota de Ximo Puig en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo. “Es obvio que ahora, sinceramente, todo lo que es el 'abalismo' no existe”, afirma una fuente de la dirección en funciones del PSPV-PSOE.
Los fieles a Ábalos no han ocultado su decepción con el PSOE tras la decisión de apartarle del partido. La diputada autonómica Mercedes Caballero cree que Ferraz ha caído en la “trampa de siempre del PP”, cuando “el objetivo siempre ha sido y es el presidente del Gobierno”. “La estrategia de mi partido está equivocada”, afirma con rotundidad.
“Justo el PP, que está sentenciado por corrupción como partido, nos quiere dar lecciones de cómo actuar ante la corrupción. No es bueno para nosotros ni para la democracia que caigamos en su trampa”, agrega Caballero. Se trata, según la diputada autonómica socialista, de una “decisión muy dura” por parte de Ábalos pero “adecuada”. “Una persona no puede acabar su vida política repudiada por su propio partido”, advierte.
La federación valenciana afronta el próximo congreso en Benicàssim (Castelló) con el liderazgo de Diana Morant, actual ministra de Ciencia, Innovación y Universiddaes, asegurado por la designación de Pedro Sánchez, el aval de Ximo Puig y el pacto entre las familias del PSPV-PSOE. La candidatura de Morant, una figura joven de cara a una renovación del partido tras la debacle electoral, pretende integrar como 'número dos' a Alejandro Soler, diputado nacional y jefe del PSPV en la provincia de Alicante, y a Carlos Fernández Bielsa, secretario del partido en València.
Los actuales dirigentes en funciones del PSPV-PSOE no olvidan las maniobras del 'abalismo' en las primarias de 2017, cuando presentaron al alcalde socialista de Burjassot, Rafael García, contra Ximo Puig, entonces presidente de la Generalitat Valenciana.
Puig, prácticamente de camino a su nuevo puesto de embajador de España ante la OCDE en París, defendió este miércoles que el PSOE ha actuado “adecuadamente” y dijo que Ábalos “habría hecho lo mismo”.
Las familias agrupadas en torno a Ximo Puig son 'pedristas' de tercera o cuarta generación. Se apuntaron a rebufo del liderazgo de Pedro Sánchez mientras, paradójicamente, Ábalos salía del Gobierno de Pedro Sánchez. Sin embargo, la salida del PSPV del Palau de la Generalitat, tras una derrota electoral ante el PP de Carlos Mazón que finiquitó la experiencia del Pacte del Botànic, prefiguró un nuevo liderazgo en el partido a cargo de Diana Morant.
A la espera del Congreso de Benicàssim, previsto para el 22 al 24 de marzo, las fuentes consultadas por este diario en el PSPV recuerdan que “Ábalos, ahora mismo, es una figura a superar en el partido” y prevén que su caída “va a trascender a su feudo”. Las mismas fuentes consideran que, sin el 'abalismo', Morant “va atener mucha más libertad para configurar su equipo”. “Si ya tenía las manos libres para hacer el equipo y el proyecto que considerara, esta situación le da aún más libertad”, afirma un dirigente socialista.
Los últimos 'abalistas'
Los soldados 'abalistas' refutan esa posibilidad. Aarón Cano, diputado provincial de València del PSPV-PSOE muy cercano a Ábalos, considera que la baja del exministro del partido y su paso al grupo mixto no tiene por qué tener consecuencias de ningún tipo dentro de la federación valenciana y tampoco en el próximo congreso: “No tiene por qué tener repercusión, al menos es lo que espero, por nuestra parte no la va a haber. Hay una nueva secretaria general elegida y ya está”, dice Cano.
Los últimos 'abalistas' siguen al dedillo el argumentario del exministro. Aarón Cano manifiesta abiertamente lo “tremendamente injusto” que, a su juicio, ha sido la dirección federal del PSOE con el exministro y defiende que “ni está imputado ni acusado de nada, ni aparece en ningún momento en la causa ni en la denuncia, e incluso se dice que el contrato está bien hecho”, en referencia a las adjudicaciones de las mascarillas a empresas de la presunta trama.
“Es muy duro que un partido al que le has dado todo toda tu vida intente tirarte por la puerta de atrás bajo el concepto de corrupto”, abunda Mercedes Caballero. La diputada autonómica cree que, “como pasa en todos los partidos, no todos los militantes” están de acuerdo con las decisiones de la dirección.
Aarón Cano sostiene que “ahora parece que la línea roja es por una responsabilidad 'in vigilando' por la actuación de un tercero, cuando antes era la imputación, lo cual ya era una temeridad” y recuerda que él mismo estuvo un año investigado por la denuncia del propietario de un local de ocio ubicado en la Marina de València que le acusó de impedir la apertura de su negocio, algo que quedó en nada.
Elisa Valía, concejala socialista en el Ayuntamiento de València adscrita al sector 'abalista', también considera “injusta” la situación de Ábalos ya que “no está imputado en nada y ha dedicado toda su vida al partido, no se merece acabar así”. Valía, eso sí, reconoce que “los datos biográficos de Koldo con sus antecedentes no ayudan en este caso”.
“El límite ahora ya no es tu actividad personal, es la responsabilidad política por el nombramiento de un tercero, pero nadie explica cómo se vigila o cómo se controla a esa persona o cómo se accede a sus cuentas corrientes”, afirma Cano.
La batalla política y la judicial
El congreso de Benicàssim se preveía tranquilo en contraste con las batallas campales internas que sufrió el PSPV desde que Joan Lerma perdió la Generalitat Valenciana en 1995 frente a Eduardo Zaplana. Las guerras internas de los socialistas valencianos fueron especialmente crudas mientras el PP gobernó durante dos décadas. Una vez desactivado el sector 'abalista' tras la caída de su jefe de filas, Morant se encuentra en un nuevo escenario.
El 'abalismo' trata de mantener posiciones en la trinchera interna. “José Luis Ábalos, que yo sepa, no se presentaba a nada en el congreso ni tenía ambición de entrar en la ejecutiva regional, no entró en esa operación, nada de eso”, afirma Mercedes Caballero.
Las fuentes consultadas en el PSPV, por su parte, aseguran que el exministro “ha perdido la batalla política” y enmarcan su estrategia en el ámbito judicial del 'caso Koldo'. Aunque Ábalos no figura como investigado (su nombre ni siquiera aparece citado en la querella de la Fiscalía Anticorrupción), las posibles salpicaduras de las intervenciones telefónicas de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de otros elementos del sumario son un escenario a tener en cuenta.