“No ayuda nada que las estrellas del fútbol hagan publicidad de casas de apuestas online, cuando además está prohibida la publicidad de alcohol y tabaco junto centros escolares o deportivos, algo totalmente contradictorio”.
Así de contundente se ha mostrado el jefe clínico de psiquiatría del hospital Doctor Peset, José Martínez, ante el aumento de tratamientos de adicciones a Internet registrados en las Unidades de Conductas Adictivas (UCA) dependientes de la Conselleria de Sanidad.
Fuentes del departamento que dirige Carmen Montón han informado a eldiariocv.es que en el año 2015, cuando empezó a contabilizarse este fenómeno, fueron 80 los pacientes que acudieron a pedir tratamiento por este motivo, mientras que el año pasado, fueron 85 los valencianos que se trataron por adicción a todo lo relacionado con las nuevas tecnologías.
Sin embargo, según Martínez, “estas cifras son bajas para la prevalencia que existe actualmente de este problema, no reflejan la demanda real”. Esto puede deberse a varios motivos: “Primero hay que reconocer que existe un problema y luego hay que saber dónde se puede acudir a pedir ayuda”.
En este sentido, el responsable de psiquiatría del Peset ha comentado que “en ocasiones, aunque se sepa que en las UCA se trata este tema, los afectados o las familias se resisten a acudir al mismo sitio que van drogadictos o alcohólicos”.
Sobre los perfiles de los pacientes y el tipo de adicción más habitual, Martínez ha destacado que el perfil suele ser de un varón de 20 a 25 años, incluso más joven, enganchado a los juegos en red de todo tipo (no solo de azar o de apuestas).
Al respecto, ha exlicado que no le gusta la denominación de “adicción a Internet o a nuevas tecnologías o al móvil, porque son términos muy genéricos; la gente se engancha a algo en concreto, como es el caso de los juegos”.
Pero, ¿cómo se llega a identificar que una afición pasa a convertirse en un problema y qué tratamiento requiere?
Según Martínez, cuando la afición empieza a alterar los hábitos de vida y crea otros problemas como ansiedad, insomnio o depresión, empieza a ser un claro síntoma: “Hay jóvenes que están ocho o diez horas delante del ordenador jugando y dejan de relacionarse con la familia, los amigos o la novia; esto afecta a sus estudios y les hace estar irritables cuando no pueden conectarse y jugar, si por ejemplo, se ha caído Internet”.
Esa dependencia, como sucede con cualquier otra adicción, es el síntoma más habitual de que existe un problema.
En cuanto al tratamiento, “en el caso de estas adicciones que son más comportamentales, tienen una vertiente más psicológica, aunque si va acompañada con episodios de ansiedad o compulsividad, puede requerir de medicación”.
Martínez ha explicado que suelen tener una duración de 12 a 18 meses y que como en el resto de adicciones, hay un riesgo importante de recaída.
Preocupación por el cannabis y la heroína
Según han informado fuentes de Sanidad, las 28 UCA que hay repartidas en la Comunitat Valenciana atendieron el pasado año a 12.285 pacientes, por los 11.956 de 2015 y los 12.449 del año 2014.
De ellos, destacan los 1.289 que fueron tratados por heroína (1.343 en 2015 y 1.224 en 2014), los 3.835 por alcohol (3.845 en 2015 y 4.132 en 2014), 2.162 por cocaína (2.023 en 2015 y 2.115 en 2014), los 1.656 por cannabis (1.731 en 2015 y 1.937 en 2014) o los 1.718 por tabaco, que suponen un considerable incremento con respecto a los 1586 de 2015 y los 1.656 de 2014.
Además, destaca también el aumento de los casos de ludopatía con un total de 482, superando los 419 de 2015 y los 439 de 2014.
Sobre estos datos, Martínez ha mostrado especial preocupación por la heroína: “Está causando de nuevo problemas graves en Estados Unidos y aquí también está empezando a rebrotar otra vez, ya no dentro de ese perfil marginal, sino de un perfil más cotidiano”.
Por último, también ha alertado del problema del cannabis, “una sustancia que quizás, de forma errónea, la gente no considera excesivamente nociva, pero que tiene un gran poder adictivo y graves consecuencias físicas y mentales, incluso mermando el coeficiente intelectual”.
De hecho, ha asegurado que “allí donde se ha legalizado su consumo ha aumentado considerablemente la adicción a esta sustancia”.