El Cecopi, como el camarote de los hermanos Marx

La jueza exige saber quién ordenó la alerta

Mazón intenta enterrar en el caos la responsabilidad del mando único de Emergencias en la DANA

La jueza de Catarroja hizo una pregunta muy sensata, inducida por abogados de algunas de las vícitimas: ¿Quién decidió lanzar la alerta telefónica masiva la noche del 29 de octubre? Nuria Ruiz Tobarra, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja, que asume la investigación de la tragedia de la DANA, pidió al Centre de Coordinació d'Emergències de la Generalitat Valenciana información de todas las actuaciones llevadas a cabo el 29 y el 30 de octubre y a la Conselleria de Interior y Emergencias que comunique quién tomó la decisión de emitir la alerta masiva a los móviles a las 20.11.

El Consell que preside Carlos Mazón ha respondido al juzgado con más de 1.000 folios de documentación en los que no se identifica a la persona responsable de la decisión de enviar el mensaje con el sistema Es-Alert. Dicho de otro modo, oculta al juzgado quién ordenó enviar aquella alerta que llegó demasiado tarde para salvar a los 227 muertos en las inundaciones. La vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Susana Camarero, lo justificó alegando que la decisión no corresponde a una sola persona, sino a todo el Cecopi por ser un “órgano colegiado”.

Ocurre que hace apenas una semana se supo que el conseller de Emergencias, Juan Carlos Valderrama, en una carta que había remitido al Ministerio de Transición Ecológica, sostenía que no hay actas ni audios de las reuniones del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) precisamente porque “no es un órgano colegiado”. No hay que decir que la vicepresidenta ha tratado de matizar posteriormente su afirmación alegando que ella se refería a que había consenso entre los asistentes a la reunión de ese fatídico día para enviar la alerta. Camarero, sin embargo, lo que pretendió remarcar es que al frente del Cecopi figura una codirección que incluye a la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, sin especificar quién hizo de mando único por parte de la Generalitat Valenciana.

Porque la pregunta de la jueza, tan sensata, busca establecer quién ejercía el mando único que prevé la ley. Y el propio teniente general Gan Pampols, flamante vicepresdente para la Reconstrucción, ha rectificado a la número dos y portavoz del Consell al afirmar que las decisiones del Cecopi, dependiente de la Generalitat, las toma una única persona. Como la santísima trinidad, que son tres personas y un solo Dios verdadero, Gan Pampols dijo que hay “dos codirectores y un mando único que finalmente toma la decisión”, consciente de que según la ley autonómica de Protección Civil el conseller de Emergencias o el presidente de la Generalitat son quienes pueden asumir el mando único.

Para cualquiera con dos dedos de frente, está claro que el mando único de la emergencia el día de la DANA correspondía a la entonces consellera Salomé Pradas mientras no llegara al Cecopi el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que acudió a la sede del Centre d'Emergències en L'Eliana pasadas las 19.30 tras una larga y polémica sobremesa. Una y el otro tuvieron el mando único en aquella reunión del Cecopi que se convocó tarde (a las 17.00) y estuvo suspendida mientras la consellera Pradas trataba de localizar al jefe y, al mismo tiempo, desde la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) se publicaban alarmantes datos de caudal en el río Magro y en el barranco del Poyo que, al parecer, nadie atendió debidamente. De hecho, la alerta de la CHJ sobre el caudal desbocado del barranco del Poyo llegó al Cecopi cuando Emergencias había suspendido la reunión.

Como es lógico, la jueza de Catarroja no está dispuesta a que le tomen el pelo y ha exigido al Gobierno de Mazón que le diga “antes de cinco días” quién decidió enviar la alerta masiva por la DANA. El sentido del humor de la judicatura está limitado por sus obligaciones, más en un caso con tantas víctimas mortales en el sumario.

Si no fuese tan patético, sería de risa el intento del PP y el Gobierno de Mazón de convertir el Cecopi de aquel día en una especie de camarote de los hermanos Marx, en el que nadie sabía qué ni quién hacía o dejaba de hacer. Forma parte de ese intento, apoyado en la difusión de un audio del presidente de la CHJ, Miguel Polo, debidamente mutilado, la denuncia de un supuesto “silencio letal”, como lo calificó la vicepresidenta Camarero, de un periodo de dos horas y media en las que asegura que la Confederación no informó de lo que ocurría en el barranco del Poyo. Una excusa imposible de sostener cuando hay constancia documental de que la CHJ mandó 62 avisos a Emergencias de la Generalitat mientras Mazón estaba de comida.

Va a tener la jueza, con el apoyo de cinco fiscales que se han incorporado a la instrucción de la causa, que desenredar la caótica escena que Mazón y los suyos tratan de crear para eludir responsabilidades. No me pregunten quién hace de Harpo y quién de Chico en este incipiente camarote de “Una noche en la DANA”. Apostaría a que Gan Pampols -que ahora hemos sabido que sí que cobra el sueldazo (de 101.000 euros al año) con el que, en una nueva mentira, el Gobierno valenciano del PP nos había hecho un trile- quedaría bien en el papel de Groucho con la famosa frase: “¡Y además dos huevos duros!”.

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