La mayoría de personas que trabajan a través de plataformas digitales perciben una cuantía inferior a la del salario mínimo interprofesional. Un estudio de la Universitat de València, realizado a petición del servicio autonómico de empleo Labora, apunta que más de la mitad de estos trabajadores no alcanzó el SMI en 2022, descontando los costes del trabajo a la remuneración recibida por hora.
El informe sobre plataformas digitales, realizado por segundo año por los profesores Adrián Todolí y José María Peiró, presentado por el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedeu, se refiere a las personas que hayan trabajado a través de plataformas digitales al menos una vez al mes, tanto si el trabajo es digital como presencial. El análisis acota la definición a aquellas empresas online, sin oficinas en las que realizar el trabajo, que permiten encontrar trabajos o tareas a través de páginas web o aplicaciones móviles, y que cobran al cliente para pagar a quien realiza el trabajo. Entre los ejemplos, cita empresas como Uber, Glovo, Upwork, Freelancer, Fiver o TaskRabbit, aquellas que conectan a demandantes con ofertantes de empleo para cuestiones muy concretas, desde la comida a domicilio hasta servicios de montaje de muebles o limpieza.
El perfil de este tipo de trabajadores es joven, de área urbana, con al menos una persona dependiente económicamente de ellos, de nivel socioeconómico medio-alto, con estudios superiores, de trabajo cualificado, con estatus laboral de autónomo predominantemente y que trabaja en plataformas con una dedicación secundaria. El informe apunta que la pandemia ha incrementado el acceso a estos servicios: más de dos de cada cinco trabajadores actuales a través de plataformas comenzaron esta situación a partir de marzo de 2020.
El informe apunta a varias prácticas cuestionables por las plataformas. Observa “indicios de infrarremuneración, horarios y jornadas poco deseables, así como la exclusividad con la plataforma de trabajo, la existencia de horas de espera no remuneradas y la práctica de pagar para trabajar”.
Sobre el salario, cerca del 50% de los trabajadores sostiene que perciben menos de 8 euros (tras restar los gastos) por hora de trabajo. “Es reseñable el bajo porcentaje de personas bien remuneradas, y es que solamente el 3% de trabajadores de plataformas obtiene más de 20 euros la hora de trabajo”, apunta el documento, que incide en la brecha salarial de esta modalidad de empleo: mientras que los hombres que perciben menos del SMI son el 45,4%, en el caso de las mujeres se alcanza el 57,7%. Esta infrarremuneración es especialmente llamativa en el sector del transporte, donde el 71,4% se encuentra por debajo del SMI.
Entre las malas condiciones de trabajo, el informe destaca el nivel de riesgo al que se exponen los empleados y constata “un aumento generalizado de los factores de riesgo asociados a las plataformas digitales”, entre ellos, cita el acoso sexual, la aparición de problemas de salud, los accidentes y la falta de asistencia por parte de las plataformas en situaciones de emergencia, además de la exposición a ataques físicos.
Teletrabajo y derecho a la desconexión
El secretario autonómico también ha presentado las conclusiones del estudio sobre teletrabajo, coordinado por el mismo equipo., que señala que un 29,5 % de las personas encuestadas teletrabajan. Extrapolando los datos, ello implica que casi un millón de personas en la Comunitat Valenciana teletrabaja y más del 90% lo hace desde su domicilio.
El estudio apunta la necesidad de instaurar protocolos para garantizar el derecho a la desconexión digital, inexistente en el 60% de los casos registrados. En este sentido, más del 56% de los encuestados han manifestado haber recibido correos fuera del horario de trabajo, un 35,2% han recibido llamadas telefónicas y casi un 40% mensajes de texto o de audio -a través de aplicaciones de mensajería instantánea- fuera de su jornada de trabajo.
Además, el análisis global de los diferentes riesgos psicosociales muestra que los más frecuentes se ubican en el bloque de tareas y actividades del trabajo, en el correspondiente a las relaciones interpersonales y sociales y en el de la conciliación. Las actividades directamente afectadas son las del sector científico, técnico, educativo, y el de información y telecomunicaciones.