No es que no haya movido ni un ladrillo, sino que no ha presentado ni un papel en el Ayuntamiento de València en 14 meses. El propietario del València Club de Fútbol, el magnate singapurense Peter Lim, evidencia una vez más que no tiene intención de acabar las obras del nuevo Mestalla, una promesa que fue clave para que la fundación del club permitiera que se hiciera con la mayoría accionarial. Desde que compró el club en octubre de 2014, Lim ha pasado de puntillas por el tema del nuevo estadio y solo el proyecto fallido de la cooperativa ADU le ha permitido ganar tiempo ante la afición. Pero esta vez, el vencimiento de los plazos urbanísticos va ha hacer saltar por los aires su crédito público en esta materia y, sobre todo, acabará con los privilegios que los Gobiernos del PP dieron al principal equipo de la ciudad.
Y es que, según el documento de propuesta de acuerdo para archivar la reparcelación del viejo Mestalla, un paso fundamental para facilitar la venta del solar que debe pagar las obras nuevas, el València CF no ha presentado ni un papel ante el Ayuntamiento de València desde el 5 de julio de 2019. El fin de este trámite urbanístico provoca que decaiga la propuesta de ADU, que ya había perdido su sentido al no conseguir la suficiente financiación, y por lo tanto el club deberá empezar de cero si presenta una nueva propuesta. La vicealcaldesa Sandra Gómez calcula que si entregaran un nuevo proyecto urbanístico para el solar tardarían un mínimo de dos años en tramitarlo. “Es una muestra de que no han tenido interés en desarrollar la Actuación Territorial Estratégica”, concluye.
Así, este mismo viernes 11 de septiembre se dará por cerrado el expediente en el Ayuntamiento de València y se dará por finiquitado el proyecto de ADU. El club tendrá que volver a empezar.
Esta actuación del València CF le deja en muy mala situación ante la reunión que el presidente Anil Murthy tiene con el alcalde Joan Ribó y la propia Gómez este miércoles. De hecho, desde el Ayuntamiento de València ya se le ha dejado caer en varias ocasiones que se pedirá a la Generalitat de que no prorrogue la ATE. Entiende el Gobierno de Compromís y el PSPV que 11 años paradas las obras del campo ya son una muestra de que el club no quiere -o no puede- finalizar el proyecto emblemático del nuevo Mestalla que iba a situar al equipo valencianista entre los grandes de Europa.
El otro frente abierto para el València CF es la caducidad de la propia ATE, en mayo del año que viene. Esta figura urbanística se creó para agilizar los trámites de los grandes proyectos y debía haber permitido al club dar un pelotazo de 397 millones con la venta del suelo del viejo Mestalla para viviendas, hoteles y un centro comercial. Si le caduca la ATE, el Valencia se quedará con suelo deportivo para el nuevo Mestalla, donde no podrá hacer nada que no sea acabar el campo y con un terciario en el suelo del viejo campo, pero sin centro comercial.