Desde agosto de 2023, el verde y el negro tiñen paredes de la ciudad de Valencia. Más de medio millar de sombras destacan en las callejuelas más estrechas del casco antiguo y también en las calles más contemporáneas y bulliciosas de la ciudad.
Es un grafiti, representado a través de una silueta con forma de fantasma, que llama la atención de miles de viandantes y usuarios en las redes que se atreven a indagar sobre su origen y su significado.
¿Qué simboliza la sombra?
Según fuentes del movimiento social, la idea surgió el pasado verano de la mano de un/a artista con una amplia experiencia en el arte urbano y que se centró en buscar inspiración y en “la necesidad incansable” de participar de una manera eficaz en la sociedad.
“Representa al conjunto de la ciudadanía. El logotipo se ha hecho con la intención de atraer, y a la vez, ser entendible por todo el mundo, incluidas las pequeñas infancias”, explican desde 'La Sombra'.
Con ello, el “simbolismo cromático” es clave para otorgarle una interpretación precisa y que personifica a cada ser humano que la observa: el verde de los ojos “se asocia al veneno” que muestra “la toxicidad” de unos ojos infectados que no actúan frente a las desigualdades que se producen en la sociedad moderna.
Siguiendo en esta línea, la parte negra intenta enfatizar el lado oscuro que todos los individuos poseen, es decir, “la sombra de cada persona” cuando se ve reflejada en los distintos inmuebles. Cabe destacar que la ausencia de la boca y las manos representan la imposibilidad de “actuar frente a lo que se observa”.
Tal y como destacan desde el proyecto, la pintada de la sombra se realiza a una altura casi rozando el suelo, como ocurre en la realidad y, además, permite que los niños y niñas puedan jugar con ellas.
Propósito de la iniciativa
La finalidad es generar algo innovador y que esté presente entre la cotidianeidad de la gente, pero especialmente persigue un principal objetivo: la obtención de fondos benéfica y altruista para destinarlos al área de la salud mental.
Así es como lo manifiestan a este medio, y añaden que también tienen la intención de “devolver algo a la sociedad después de 'ensuciar' las calles porque no todo el mundo acepta o entiende el arte urbano”.
“Se ha pensado en la salud mental por el auge de las cifras a lo largo de los años y, especialmente porque siempre se ha tratado como un tema tabú que evidencia la necesidad de trabajar sobre ello. Las desigualdades, las redes sociales o el consumo exacerbado son algunos de los motivos que desencadenan un bienestar inestable”, destacan.
Ejecución de las donaciones
Las ganancias de esta iniciativa proceden de donaciones altruistas de personas que deciden apoyarlos.
“Hay quienes dan dinero a la causa y reciben merchandising para difundirlo por todas las calles posibles”, explican.
En su cuenta de Instagram y cómo han podido trasladarnos, anuncian la venta de gorras con el diseño de la silueta, pintadas a mano y financiadas por ellos mismos. El anonimato es clave en el significado del proyecto, por ello, las entregas de los pedidos las realiza un representante, y no un miembro de forma directa.
“Próximamente dispondremos de más artículos para vender, como camisetas. Estamos en proceso de elaborarlas”, manifiestan.
Además, las recaudaciones actuales se destinarán a pagar a los docentes que impartirán un taller de arteterapia para el alumnado de la Unidad Educativa Terapéutica (UET) de Valencia, recurso público y multidisciplinar dirigido a adolescentes con trastornos psíquicos graves y, en principio, matriculados en centros educativos públicos situados en un ratio de aproximadamente 30 kilómetros de la UET/HDIA, tal y como se recoge en el Decreto 95/2023, de 29 de junio, del Consell, por el que se regulan las unidades educativas terapéuticas/ hospitales de día infantil y adolescente en el sistema educativo valenciano.
“Durante mayo y junio, aquellos y aquellas que formen parte de esta Unidad cursarán una asignatura impartida por profesores del Máster en Arteterapia de la Universitat Politècnica de València (UPV)”, subrayan, y añaden que posiblemente se replanteen constituir una asociación con el fin de ser transparentes con los datos administrativos.
Según fuentes de la Unidad, afirman que tienen constancia de estas donaciones: “Acogimos la propuesta desde un primer momento porque actividades relacionadas con las artes son efectivas para los adolescentes que atendemos”.
En España, no existe la obligación legal de formar una empresa o asociación a la hora de recibir donaciones de forma habitual, pero existen varias normativas que regulan este procedimiento, como la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de Asociación; la Ley 49/2002, de 23 de diciembre, de Régimen Fiscal de las Entidades sin Fines Lucrativos y de los Incentivos Fiscales al Mecenazgo; y la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.
La colaboración ciudadana, clave en su difusión
El anonimato es una parte intrínseca del significado de la silueta. “Detrás de la sombra existe un número indeterminado de artistas de género indefinido. No importan las personas que estén detrás ni tampoco centrarnos en personalizar la sombra, eso sería perder la noción de ella como concepto, restándole protagonismo y misterio”, aclaran.
Asimismo, destacan que reciben multitud de mensajes de apoyo y agradecimiento por la labor que están llevando a cabo: “Es increíble la aceptación social que está teniendo el proyecto. También hay quien no está de acuerdo al tratarse de una iniciativa social representada a través del arte urbano. De todos modos, se atiende especialmente a quienes se ponen en comunicación directa con La Sombra para trasladar una queja o descontento. Lo último que se pretende es entrar en conflicto con alguna persona, establecimiento o institución”.
Para descubrir en qué zonas de la ciudad se encuentra este diseño, la ciudadanía ha creado un mapa colaborativo en el que cualquiera puede añadir un punto con las coordenadas exactas de dónde se encuentra: la parte universitaria (Blasco Ibáñez), El Carme o Benimaclet son las zonas en las que más abundan los marcadores.
El arte urbano como símbolo de incidencia social
La Sombra se representa especialmente mediante el arte urbano, dado que las calles son el espacio con más posibilidades de “generar un mayor impacto y ser más susceptible a la hora de formar parte de la gente”.
Sin embargo, otra de sus intenciones es que trascienda al ámbito digital en formato transmedia: “Sería un auténtico movimiento social y se lograría algo revolucionario. Pero quizás eso ya es divagar demasiado. No nos olvidemos de que hablamos únicamente de una sombra inerte, con ojos para ver pero sin capacidad de tomar acción”.
Añaden que el arte urbano permite ejercer la denuncia social siempre que se sustente basándose en un “mensaje sólido y claro”, pero con esta iniciativa, aseguran que existe una intención, y no solo un lema.
“Al ser tan llamativa, se genera una disonancia cognitiva y la necesidad de entender y saber más sobre el concepto”, manifiestan, y afirman que hay personas curiosas e interesadas que investigan sobre la procedencia de este grafiti: “Suelen buscar o preguntar en foros, tiendas, etc. A nuestras redes han llegado muchas personas que celebraban haber encontrado el perfil oficial. El ser humano tiene una necesidad inherente de encontrar el significado de las cosas”.