Stephane Dion fue el impulsor de la llamada Ley de Claridad, una iniciativa legislativa para solucionar el conflicto en Canadá después del referéndum de Quebec en 1995. La citada norma estableció los criterios, condiciones y cautelas por los cuales Quebec podría, bajo determinados requisitos, ser independiente.
Ante el proceso quebequense, el primer ministro de Canadá Chrétien designó al politólogo como Ministro de Asuntos Intergubernamentales en 1996, con la intención de apaciguar el clima. Dion desafiaría las afirmaciones de los soberanistas quebequenses sobre la validez jurídica de la pregunta del referéndum de 1995 en tres cartas abiertas al primer ministro de Quebec. Dion ha viajado a Valencia para pronunciar la conferencia inaugural del Congreso de Derechos Humanos de la Universitat de València titulada 'Democracia y derechos humanos ante el desafío de los populismos'.
Pregunta: En España tendemos a comparar la situación soberanista en Cataluña con el proceso llevado a cabo en Quebec, debido a los paralelismos culturales e históricos. ¿Cree que existen similitudes entre ambas situaciones?
Respuesta: Bueno, están los movimientos nacionalistas, la gente queriendo elegir entre sus identidades y gente que quiere mantener sus identidades. Sí, hay similitudes con el debate que vivimos en Quebec. Había un grupo de gente que argumentaba que serían más felices no perteneciendo a Canadá y disfrutando únicamente de su identidad quebequense. Había también quien quería disfrutar de ambas identidades. Sé que vosotros tenéis una discusión similar en Cataluña.
Para conseguir esta independencia hay sectores que han apuntado al modelo de Quebec como un modelo deseable. Recientemente el presidente de Cataluña (Quim Torra) apuntó a la posibilidad de una “vía eslovena” para conseguir la independencia. ¿Cree que esto sería lo más adecuado?
Como diplomático no puedo comentar las declaraciones de un representante electo. Pero si me hicieran la pregunta de forma directa...
¿Cree que la vía eslovena es un escenario deseable para Cataluña?
Creo que no lo es. Fue un proceso no democrático en el contexto de la completa disolución de Yugoslavia y el nacimiento de distintas repúblicas después de conflictos sangrientos. En un país democrático, una secesión debe hacerse de forma legal, debe hacerse pacíficamente a través de negociaciones y España no se encuentra en un escenario comparable. Este tipo de comparación (entre la situación eslovena y la catalana) es discutible.
¿La Ley de Claridad nació con el espíritu de facilitar las vías a los referendos de independencia o, por el contrario, pretendía reforzar la unión de los países?
No pretendía facilitar o complicar las cosas, sino dejar claro cuales eran las reglas. Que las leyes sean claras es lo que hace que la gente las respete. Lo que el gobierno de Canadá argumentaba es que sí es posible llevar a cabo un acto secesionista en Canadá, pero únicamente a través de un marco constitucional. El Gobierno finalmente mostró un claro apoyo a la posibilidad de una secesión, pero sólo a través de la negociación y de los marcos constitucionales para garantizar los derechos de cada uno. Esto fue difícil de hacer, pero nuestra Constitución no impide que eso se lleve a cabo.
Estamos viviendo en España una radicalización del discurso en los distintos partidos a raíz del conflicto. ¿Cómo afectó a la vida política canadiense el referéndum?
Una vez aclaradas las normas a través de las cuales se podía llevar a cabo el referéndum eso tuvo un efecto muy positivo en la política. Cuando está claro qué tienes que hacer para irte y cómo será esa salida, empiezas a ver que las cosas no son tan sencillas y que será difícil. No es fácil disociar una relación construida a través de décadas de democracia y, además, empiezas a valorar más los lazos comunes. En ese sentido creo que aclarar las cosas ayudó mucho y es por eso que no hemos tenido otro referéndum en Canadá. Tuvimos dos y el partido secesionista trató de llevar a cabo un tercero, pero no lograron convencer a la población, que aprecia más la unidad ahora que entiende lo complicado que sería todo el proceso.
Entonces, una condición importante para que se pueda llevar a cabo un proceso es que el país en su conjunto acepte que una parte de él tiene el derecho a abandonarlo si lo desea...
No es que tengan el derecho, es una posibilidad que aceptamos contemplar siempre y cuando sea negociada de acuerdo a la Constitución. La Constitución en Canadá debe ser respetada y no puede hacerse nada en su contra. En muchos países como España, Francia, Alemania o Italia, se consideran a sí mismos indivisibles. Son democracias consolidadas pero no contemplan la posibilidad de una secesión por el mero hecho de que sería inconstitucional privar a alguno de sus ciudadanos de ser español.
También estamos viendo el auge de partidos de extrema derecha (al estilo Le Pen) y existen ciertas voces que atribuyen esta situación al referéndum.
Desconozco si puede haber conexión entre el auge de la extrema derecha y el secesionismo, pero me gustaría señalar que lo que estáis viviendo en España está ocurriendo también alrededor de toda Europa y EEUU. Creo que hay gente asustada del diferente, gente que teme que se pueda perder el control sobre las fronteras, de la inmigración sin control y los gobiernos están sobrepasados. Estos movimientos se están aprovechando de ello y creo que es algo que debemos tener muy presente. Hay que preservar que los valores de diversidad, tolerancia e inclusión prevalezcan. Hay que trasladar que es posible hacer de la diversidad la fuerza de un país.
Volvamos a la Ley de Claridad. Cree que la ley consiguió detener el auge soberanista en Quebec?
La Ley no pretendía ir en contra de los secesionistas, pero sí dejar claro qué se podía y qué no se podía hacer. Creo que a la larga eso ha sido beneficioso para la unión, porque hemos podido ver cómo de difícil sería el proceso y lo que perderíamos de llevarlo a cabo.
Es un poco como con el Brexit ahora.
Sí, sí. Lo que vemos que ha ocurrido en el Reino Unido es que desde la ratificación del Brexit el apoyo a la Unión Europea ha aumentado según los barómetros. Cuando empiezas a ser consciente de las dificultades de separarte, empiezas a valorar más la unidad de tu entidad.
¿Cree que se puede extrapolar esta ley al contexto español?
Eso lo tienen que decidir los españoles. Verás, nosotros no tenemos el artículo 2 en nuestras constituciones, no podéis enfocar el debate en los mismos términos. El artículo 2 da derecho a los ciudadanos. No es una cuestión sólo de gobiernos y obligaciones, el artículo te da derecho, como español, a ser ciudadano español y a que tus hijos lo sean. Si en un momento dado los españoles consideran que esto no es algo positivo, lo que deberían hacer es cambiarlo a través de una reforma de la Constitución. En Canadá el contexto era diferente.
¿Cree que la respuesta del Gobierno no permitiendo el proceso fue la correcta?
Es muy difícil para un gobierno ignorar y no proteger la Constitución. Es por eso que al ver la situación otros países del mundo han comprendido que esto es algo que tienen que solucionar los españoles. En Canadá decidimos negociarlo de forma pacífica y llevar a cabo decisiones de acuerdo con la constitución, porque la constitución permitía ese debate. Todo el mundo, incluidas las Naciones Unidas, deben respetar la constitución de un país, especialmente si es un país democrático.
¿Fueron acertadas las cargas policiales del 1 de octubre o con ellas el Gobierno dio alas de alguna forma al movimiento secesionista?
Bueno, manejar esa situación no hubiera sido fácil para nadie. Pero el Gobierno no puede decidir ignorar el marco constitucional, basándose en el cual el Gobierno puede imponer su soberanía sobre la población. Si esto hubiera ocurrido en Quebec y el presidente de Quebec hubiera decidido ignorar la Constitución e imponer su autoridad, estaría imponiendo su autoridad y dividiendo a la propia gente de Quebec. Si el presidente de Cataluña elige ignorar la Constitución e imponer su autoridad, ¿cómo puede estar seguro de que toda la gente de Cataluña aceptará esto? Creo que es muy difícil exigir la obediencia de tus ciudadanos cuando tú mismo no obedeces la Constitución, que es la fundamentación de tu autoridad.
¿Cree que debe celebrarse un referéndum vinculante acordado con el Gobierno español?
La UE respetará la Constitución Española, eso está fuera de toda duda porque ir contra la Constitución Española sería ir contra la propia UE. Eso no significa que todas estas autoridades internacionales no simpaticen con Cataluña, pero sin el respeto a las leyes no puede haber democracia.
¿Cree entonces que debería haber referéndum?
No me corresponde a mí contestar. En Canadá el contexto era distinto, las provincias allí tienen el derecho a preguntar lo que quieran. Pero allí el referéndum es solo una consulta, lo que pasó en España con el referéndum queda fuera de las posibilidades de nuestra Constitución. Los españoles tienen que decidir si quieren permitir o no estos tipos de referendos. Pero estas consultas sobre separación no están permitidas en la mayoría de países democráticos.
Basándose entonces en los resultados del 1 de octubre, ¿Cree que una mayoría del 50+1 es suficiente para legitimar la independencia?
El 50+1 es un baremo que nosotros normalmente aplicamos a medidas que no son existenciales y que son reversibles. Para situaciones en las que eliges el futuro de las próximas generaciones y que serán casi imposibles de revertir, en Canadá diríamos que se necesita una fuerte mayoría. Es por eso que los líderes secesionistas en Canadá deben plantear los referéndos sólo si se sienten muy respaldados y están seguros de que no dividirán a la población y la enfrentarán a los que se quieren quedar.