Francisco Camps dice que no estaba ilocalizable ni en paradero desconocido. Aunque el juzgado de instrucción de Palma que investiga el caso Nóos ha decidido suspender la declaración del expresidente de la Generalitat, que se debía producir el domingo, al no encontrarle, Camps ha pasado el fin de semana en su domicilio, “haciendo vida normal”.
Así lo ha asegurado a última hora del domingo en declaraciones al diario ABC. “Me he quedado en Valencia todo el fin de semana”. Según este periódico, el juzgado habría fracasado al localizarle porque, a efectos de notificación, la policía tiene la dirección del Consejo Juridico Consultivo, el órgano asesor de la Generalitat al que Camps está adscrito, y no la de su domicilio.
Camps, de todas formas, tampoco habría hecho grandes esfuerzos para ponerse a disposición del juez. El sábado por la mañana el Tribunal Superior de Justicia de Baleares ya había difundido sus dificultades para encontrarle advirtiendo de que su declaración podría ser suspendida, tal como reflejaron la mayoría de medios de comunicación.
Aunque su citación como testigo trascendió hace ya dos semanas, fue el pasado martes cuando la policía le localizó en el Consejo Jurídico Consultivo para informarle de la posibilidad de que declarara por escrito. Según ABC, Camps informó al juzgado el día siguiente, miércoles 13, de que se acogía a su privilegio de no comparecer en el juzgado.
Lo hizo por fax y fijando su domicilio en el Consejo Jurídico Consultivo, lo que explicaría que la policía –siguiendo normas o por falta de iniciativa- no pudiera localizarle en su casa. Según desliza el expresidente al periódico conservador, Camps pensó que la declaración no tendría lugar este fin de semana ya que el juez del caso Nóos concedió el pasado jueves cinco días a las partes que para hicieran llegarle por escrito sus preguntas al antiguo número 1 del PP valenciano.
Declaración suspendida
Sin embargo, según el juzgado, después de todo un fin de semana de pesquisas frustradas, vía telefónica y a través de la policía, el juez José Castro decidió suspender y aplazar la declaración de Camps, que manifestó su voluntad de declarar por escrito acogiéndose a la prerrogativa que le concede su condición de expresidente autonómico de acuerdo con la Ley de Enjuiciamiento Críminal.
Camps y Barberá, testigos
Camps y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, son testigos en la investigación del caso Nóos. Ambos tienen relación con la supuesta trama delictiva tras encargar a Iñaki Urdangarin actos por valor de casi 4 millones de euros sin concurso público o estudio que lo justificara. Por una parte, la empresa de Urgandarin cobró unos 3,6 millones por organizar tres ediciones de la Valencia Summit, un congreso relacionado con los grandes acontecimientos deportivos. Además, Noos se embolsó 382.000 euros del contribuyente por un estudio sobre unos eventuales Juegos Europeos que, por supuesto, nunca se celebraron.
Barberá si declaró el sábado ante el juez Castro en los juzgados de Valencia. Camps, por el contrario, tal vez para evitar ser fotografiado volviendo al Palacio de Justicia, optó por declarar por escrito. El juez intentó emplazarle a hacerlo en las 11.30 del domingo en el lugar que él designase y en presencia de la secretaria judicial, que debía certificar, entre otras cosas, que contestaba a las preguntas de las partes sin consultar a terceros.Tras esta rocambolesca historia, la comitiva judicial presidida por el juez Castro y desplazada a propósito desde Palma a Valencia se ha vuelto a las islas con el trabajo a medio hacer.
Un expresidente aislado
El expresidente de la Generalitat, defenestrado por su partido antes de ser juzgado (y absuelto) por el caso de los trajes, apenas hace vida pública. Casi nunca ocupa su escaño en las Cortes Valencianas y, aunque es miembro del Consell Jurídic Consultiu no se le conoce actividad relevante alguna. Es el único expresidente autonómico que no ha renunciado al coche oficial y los asesores que, por ley, puede disfrutar.