Reconozcámoslo. No somos capaces de entendernos. Cualquier propuesta será rechazada por la oposición aunque sea perfecta y maravillosa. Da igual el color. No dejamos ni un resquicio para el consenso. Comprendería que se dejen fuera del gobierno las propuestas extremistas, antidemocráticas o separatistas, por motivos obvios. ¿Pero dónde están los puntos de encuentro? ¿No coincidimos en nada? ¿Nada de nada?
No me lo creo.
Tenemos retos importantes que no afrontamos. Si observamos la pirámide de población española es evidente que tenemos un problema. No es posible mantener el sistema de pensiones en los términos actuales.
En el pasado año 2015, el número de personas fallecidas ha superado al número de nacimientos como consecuencia de la simple evolución de nuestra gráfica demográfica. El grueso de la población española está entre los 30 y 50 años. Este grupo es necesario para sostener el sistema de pensiones de nuestros mayores. Pero por debajo de los 30 años la población se reduce. ¡Son la mitad!
Nuestros políticos saben que en pocos años los españoles seremos más viejos. Tendremos muchos más ancianos que mimar y muchas menos personas en edad laboral. ¿Quién pagará la sanidad y las pensiones?... Nada, este tema no consigue votos, mejor lo dejamos para más adelante.
¿Y un proyecto energético a 10 ó 20 años? Imposible, la legislatura acaba en 4 años, como mucho en 8, el que venga detrás que lo arregle. Y la contaminación del medio ambiente, bueno, eso, eso es cosa de los verdes…
¿Educación? No, esto tampoco es importante, solo es la base de nuestro futuro. Nuestros hijos son todos “los últimos de la clase”, reciben una formación lamentable, politizada y anticuada. La clase de informática es la hora del recreo. Otra cuestión banal. Me enfada tanto este tema que ni la ironía consigue servirme de escape.
¿Y cómo salir del modelo económico de deuda? ¿Con más burbujas? ¿Nos mojamos o se lo dejamos a los economistas? Deberíamos dejarnos de inventos financieros. Pisar el suelo con soluciones de economía real en lugar de propuestas irresponsables de modelos fracasados, por los dos extremos, que se tocan. Siempre se tocan.
La separación de poderes es uno de los soportes de nuestra democracia. El poder judicial es uno de ellos. Pero uno. ¿Cómo se permite el enfrentamiento de los jueces en dos grupos politizados?
Pero además la justicia no es justicia si llega tarde. ¿Pedimos productividad? Existen desde hace años unos “aparatos” que vinieron en un OVNI, llamados ordenadores, capaces de gestionar automáticamente, con rapidez y eficacia, gran cantidad de información. ¿Dan calambre? Seguimos viendo toneladas de papel en los modernos despachos de los abogados y jueces de este nuevo y flamante 2016.
Es un tormento para las personas y las empresas, la gestión de pagos, registros, modelos de impuestos y en general la “burrocracia” de toda la administración del Estado.
Son cuestiones reales, terrenales. No entiendo por qué la política se aleja tanto de las personas. Necesitamos salir con solidez de la crisis. Que nadie se esconda. Necesitamos apoyarnos en un consenso amplio para superar problemas.
Mientras discutimos si nuestros políticos nos representan o no, mientras discutimos si somos España o no, mientras nos enfrentan con argumentos fabricados, mientras derivamos votos protesta a formaciones de dudoso carácter democrático, mientras la corrupción es el “y tú más” y “Mañana se me ha olvidado” ¿Dónde quedan las soluciones?
Tantas horas de debates televisivos. Tantos políticos y periodistas. ¿Y de los temas trascendentes? Nada de nada… ¡A discutir!
Pero en todos los temas compartimos un espacio en el que todos estamos de acuerdo. Es el mejor cimiento para construir. Nadie pone el acento en ello, no interesa. No vende. No consigue votos. Prefieren enfrentarnos destacando las diferencias y si no existen se las inventan.
El consenso es noble y honesto. Es el broche de la democracia y el triunfo del sentido común. Es complicado porque es necesario escuchar y seleccionar las coincidencias de todas las sensibilidades. Pero claro, para conseguirlo los políticos tienen que tener buena voluntad y trabajar.
¡Si trabajar! ¡Que ya está bien!
Trabajar en interés de todos con simplicidad, ilusión, con ganas de ser los mejores, siendo más competitivos. ¡Que no es pecado! Valorar nuestras ventajas que sin duda las tenemos. Y afrontar con ambición la revolución digital.
No es que arrime el ascua a mi sardina. Es que el reto digital empezó hace años y no podemos perder un minuto en lamentaciones. Los avances tecnológicos son nuevas soluciones para muchos de esos problemas diarios de las personas y de las empresas, en todos los campos. ¡En todos!
El descubrimiento del grafeno es un ejemplo por su enorme potencial. Este nuevo material presenta unas propiedades increíbles. Es fino, superconductor, transparente y fuerte. Poca gente sabe que los doctores Andre Geim y Konstantin Novoselov de la Universidad de Manchester, recibieron por ello el premio Nobel de Física 2010.
No tenemos que trasladarnos muy lejos. La alicantina Graphenano, se convirtió en la primera empresa fabricante mundial de grafeno a escala industrial. Y la última noticia que protagoniza Graphenano no es menos espectacular. Junto a Grabat Energy y la Universidad de Córdoba han colaborado para la creación de baterías basadas en el grafeno que tienen unas características sorprendentes:
Estas novedosas baterías para coches eléctricos son capaces de cargarse en 8 minutos y dotarles de una autonomía de 1000 Kmts.
Pesan la mitad que las convencionales y son un 77% más baratas. No generan gases, no explotan y su calentamiento es menor. ¿Quién da más? Pueden suponer el impulso definitivo a la tecnología de automoción eléctrica.
Casi nadie las conoce, ni las comparte en las redes sociales. ¡Y son españolas!
«Va a suponer un gran salto hacia adelante para industrias como la aeronáutica, la automoción, la computación o el suministro de energía, mejorando la eficiencia y ofreciendo posibilidades que, hasta ahora, tan solo podían ser imaginadas» comenta José Antonio Martínez, vicepresidente de Graphenano.
La certificación del polímero de grafeno se ha realizado en colaboración con los prestigiosos institutos independientes Dekra (en España AT4 Wireless) y TuV (en Alemania). En dichas pruebas han superado los 1.000 Wh/kg, cifras que multiplican por cinco las tecnologías de baterías actuales.
Graphenano comienza la fase fabricación de las baterías y ya tiene cerrados acuerdos con “multinacionales punteras” en sectores como el aeroespacial, la automoción o las energías renovables. Con dos de los cuatro fabricantes más importantes de la industria automotriz alemana están ya en fase de pruebas.
La primera fábrica de baterías de grafeno del mundo no se ha ubicado en Silicon Valley, sino en la localidad murciana de Yecla. La infraestructura albergará 20 líneas de ensamblado y fabricación de baterías de alto valor añadido, se espera en plena producción, superar los 80 millones de celdas.
Las empresas promotoras esperan producir las primeras unidades a principio de este año entrante 2016 y que se encuentre a pleno rendimiento en el segundo semestre.
¿No es una noticia digna de abrir los telediarios? No esperen verla.
Somos los principales productores y exportadores de grafeno del mundo. (Graphenano) junto con otras compañías con proyectos emocionantes como la vasca Graphenea Nanomaterials, la compañía riojana Avanzare o la burgalesa Granph Nanotech.
Y en general tenemos empresas que son líderes en tecnología de infraestructura y transporte (ACS, FCC, OHL), en investigación y desarrollo de energías renovables (Iberdrola), pioneras en el uso y desarrollo de tecnología sanitaria (Indra, Telefonica, Oesia o Everis), destacadas en el panorama tecnológico aéreo y espacial (Indra), en la investigación de la lucha contra el cáncer (Zeltia,…).
No conocemos casi nada sobre sus proyectos tecnológicos pero no se nos escapa ningún detalle de la interesante vida privada de Messi o CR7 cuando van a comprar al supermercado.
Como españoles, tenemos que reconocer nuestros defectos, algunos propios de Rinconete y Cortadillo, pero también valorar nuestras virtudes. Tenemos un enorme potencial humano y emprendedor.
¿De qué seríamos capaces con una formación de nivel?
¿De qué seríamos capaces con una formación de nivel?La tecnología no es de izquierdas, ni de derechas, ni nacionalista, ni de la vieja política, ni de la nueva política. Es una oportunidad única para resolver problemas concretos, para todos y la tenemos delante. No encontraremos mejor inversión. Deberíamos ponernos de acuerdo y conseguir nuestro primer consenso. El consenso digital.
Seríamos los primeros de la clase
* * FELIZ AÑO NUEVO TECNOLÓGICO 2016 * *
