Jesús Gordillo, exasesor del PP de València y testigo clave del 'caso Taula', se ha desdicho de todo en su declaración en el juicio por la pieza separada A, relativa a la presunta financiación ilegal de la formación que lideraba Rita Barberá. El testigo, que aportó documentación clave para la causa a la Fiscalía Anticorrupción y a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, ha alegado que un misterioso hombre le amenazó por la calle para que aportara documentación incriminatoria contra Alfonso Grau, exvicealcalde de València y su jefe en el PP. El propio Grau, principal acusado en el juicio, sonreía en el banquillo. Al igual que José María Corbín, cuñado de Rita barberá y letrado que ejerce la defensa de María del Carmen García Fuster, exsecretaria del grupo municipal y también acusada.
El magistrado que preside el tribunal le ha advertido reiteradamente sobre el deber de los testigos de decir la verdad durante su declaración, a tenor de las manifiestas contradicciones con su declaración ante la UCO el 1 de diciembre de 2016 (ratificada pocos días después ante el juez instructor).
Gordillo ha cambiado toda su declaración y le ha echado la culpa a un muerto. Concretamente al empresario Vicente Sáez, propietario del entramado Laterne que participó en la presunta financiación en B de la campaña electoral de 2007. El testigo ha aludido a la los supuestos “vicios, por ejemplo las cocaínas y las prostitutas” del empresario fallecido.
Si bien ante la UCO aseguró que Grau le entregó 350.000 euros en metálico para abonar a Vicente Sáez gastos electorales del PP, ante la sección segunda de la Audiencia Provincial de València ha dicho exactamente lo contrario. Gordillo, según su nueva versión, sostiene que fue el fallecido Sáez quien le entregó el dinero para supuestamente pagar unas facturas. Los letrados de la defensa, especialmente Corbin y su hija, no disimulaban su satisfacción.
A la salida de su declaración, elDiario.es le ha preguntado a Gordillo si había hablado recientemente con Grau o con los letrados de la defensa. El testigo ha respondido que no y ha salido rápidamente de la Ciudad de la Justicia. Se trata de un testigo clave en el 'caso Taula' pero también en la investigación del 'caso Azud', en el que Corbín figura como uno de los principales investigados.
“Lo que dijo en su momento no se corresponde a lo que dice hoy, dijo una cosa completamente distinta de lo que está diciendo”, le ha recordado el presidente del tribunal. Gordillo ha alegado que estuvo seis horas declarando ante la UCO, en el cuartel de la Guardia Civil de Patraix, e incluso ha insinuado que los agentes encargados de la investigación transcribieron mal su declaración. De hecho, su declaración es exactamente la contraria a la que ha mantenido como testigo.
Supuestas “presiones a testigos”
El exasesor popular se ha referido a supuestas “presiones a testigos” por parte de la UCO. “Ellos ponen lo que ponen”, ha dicho. También ha reconocido que cuando, días después, acudió ante el juez instructor a ratificar su declaración, no dijo nada sobre las supuestas presiones que alega ahora.
Además, Gordillo ha asegurado que cuando declaró estaba en proceso de divorcio y con depresión. “El dinero era de Saez”, ha repetido varias veces ante la mirada divertida de los letrados de la defensa. “Toda la declaración es contradictoria”, ha recordado el fiscal anticorrupción Fernando Maldonado.
El testigo ha asegurado que un misterioso hombre, del que no ha aportado más datos, le amenazó por la calle mostrándole una foto de sus hijos para que supuestamente entregara una documentación clave a una periodista. “Estuve seis meses sin salir a la calle por mis hijos, la seguridad de mis hijos está por encima de todo”, ha agregado.