La segunda jornada del juicio por las agresiones del 9 d'Octubre de 2017, celebrado ante la sección primera de la Audiencia Provincial de València, se centró en las declaraciones de los testigos solicitados por las acusaciones. Un profesor de la Facultad de Derecho de la Universitat de València afirmó ante el tribunal que “nunca en la vida había vivido algo así”.
El testigo aseguró que asiste a la tradicional manifestación de la tarde del 9 d'Octubre desde la Transición. Sin embargo, la marcha de 2017 estaba irremediablemente condicionada por la alta tensión política tras el referéndum celebrado en Catalunya apenas ocho días antes. “Era un ambiente muy agresivo”, dijo el académico en referencia a los cientos de ultras que trataron de impedir el desarrollo de la manifestación. El hombre incluso aconsejó a su hijo adolescente que abandonara la marcha debido al “ambiente hostil” y “peligroso”.
La corresponsal de TV3 en el País Valenciano también coincidió en que se vivió un “ambiente muy tenso” de “pelea”. La periodista reconoció que pasó miedo mientras ejercía su trabajo aquella jornada. Un fotoperiodista del diario Levante-EMV documentó varias agresiones, entre ellas la que sufrió otro profesional de El País, acorralado y agredido por varios ultras que trataron de robarle la cámara. “Son imágenes bastante traumáticas”, agregó.
Un periodista de elDiario.es presenció la misma escena. Tras la agresión al fotógrafo, intervino el joven Vicente D. para tratar de repeler a los ultras que actuaban en manada. Ante el arrojo del joven, “siete u ocho” ultras “prácticamente se turnaban” para agredirlo, relató el testigo.
El informador también confirmó que el despliegue policial era muy reducido. De hecho, los ultras consiguieron romper el precario cordón policial desplegado inicialmente. Tras las agresiones más graves, la manifestación pudo desfilar por la calle de Colón aunque, tal como recordó el testigo, los integrantes fueron constantemente insultados y amenazados. La marcha no pudo acabar en la plaza de Alfons el Magnànim, como cada año, debido a la presencia de ultras.
Una mujer que no acude habitualmente a la manifestación, convocada por la Comissió 9 d'Octubre, coincidió en que era un “ambiente enrarecido y agresivo”. La testigo aseguró que, tras comer por el centro de la ciudad, pasó por la zona en plena refriega. “Teníamos un poco de miedo”, afirmó en el juicio. La mujer dijo que el cordón policial era “muy escaso” y fue rápidamente desbordado por los ultras.
“Ni se me ocurrió entrar en la plaza porque había muy poca policía, sabía que iba a pasar algo y pasó”, declaró en referencia a las agresiones. El fotoperiodista describió un “ambiente muy tenso desde el primer momento” en la plaza de San Agustín y en las calles aledañas. Poco antes de la manifestación, el despliegue policial no consiguió contener a los ultras, especialmente a los más violentos. En pleno caos de carreras y persecuciones, un ultra “se equivocó y le pegó a otro de manifestante de extrema derecha”, dijo el fotógrafo.
Videos y fotos permitieron la identificación de los acusados
Los videos y fotografías de aquella jornada permitieron identificar sin género de dudas a los 28 ultras acusados. Todos menos dos alcanzaron un pacto de conformidad con las acusaciones y asumieron penas de entre uno y dos años de prisión, además de indemnizaciones a las víctimas, por un total de 46.000 euros, y medidas de alejamiento.
Los únicos dos acusados que permanecen en el banquillo son Pepe Herrero, que retransmitió en directo los ataques (mientras los jaleaba) y Francisco Moreno Moreno, quien presuntamente participó en las agresiones.
En la sesión de este martes, además de la declaración de la primera tanda de testigos de periodistas y manifestantes, el tribunal también visión el video grabado por Pepe Herrero, autodenominado comunicador fallero.
La Brigada de Información de la Policía Nacional de València analizó 1.200 documentos gráficos para acreditar la participación de los ultras en las salvajes agresiones, que en algunos casos fueron retransmitidas en directo en televisión.