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Toque de queda y “vacunación social”: el modelo contrario al de Madrid que ha hecho que la Comunitat Valenciana domara la pandemia

Ximo Puig y Mónica Oltra durante una reunión de la Mesa Interdepartamental.

Adolf Beltran / Laura Martínez / Carlos Navarro Castelló

15 de mayo de 2021 21:56 h

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“El pueblo valenciano ha dado una lección, un modelo, con humildad, para el resto de España, para toda Europa. Ahí están los resultados. Somos el territorio más seguro de España desde hace dos meses. No hay ningún país de Europa que esté mejor que la Comunitat Valenciana. Tenemos una incidencia cinco veces inferior a la media estatal y la media de hospitalizaciones y de casos activos hoy es como en agosto. Los valencianos y las valencianas hemos estado a la altura de este momento histórico, el peor de todo el siglo. Podemos sentirnos orgullosos por saber cuándo toca hacer fiesta y cuando toca salvar a un vecino o a un hermano”.

El presidente de la Generalitat valenciana, el socialista Ximo Puig, describía así en una declaración institucional el pasado 8 de mayo el éxito de la lucha contra la pandemia de la COVID-19. En su alocución, Puig anunció “una nueva etapa” en la que se podrá volver a “un estado de actividad casi plena”. Lo anunciaba tras una reunión de la Mesa Interdepartamental, donde están presentes, entre otros, los dos vicepresidentes, Mónica Oltra y Rubén Martínez Dalmau, de Compromís y Unides Podem, respectivamente, socios de gobierno en el Pacto del Botánico. En esa reunión se adoptaron medidas de desescalada tras decaer el estado de alarma que mantienen, aunque se suavicen, el toque de queda, las limitaciones del número de personas que pueden reunirse y otras restricciones.

La Comunitat Valenciana pasó en un mes y medio de liderar el ranking de incidencia acumulada cuando alcanzó el pico de 1.459 contagios a situarse en riesgo bajo por primera vez el 16 de marzo, es decir, con menos de 50 contagios por cada 100.000 habitantes en dos semanas, la autonomía menos afectada de España.

Dos meses después, se mantiene en estos parámetros y se ha confirmado como la comunidad, no solo española, sino también europea, con menor incidencia de la COVID-19. En concreto, este viernes era de 31,22 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas (la media española está en 166). Los hospitales valencianos tienen en estos momentos 155 personas ingresadas con COVID-19, 35 de ellos en la UCI. Se trata del 1,27% de la ocupación hospitalaria y del 3,67% de la ocupación de las unidades de cuidados intensivos, una décima parte de las cifras que presenta Madrid en ambos casos.

La claves sanitarias

¿Pero cuáles son las claves que han hecho posible esta situación a diferencia de lo que ha sucedido en otras comunidades? Para la subdirectora general de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, Herme Vanaclocha, hay algunas diferencias, si bien es cierto que “con este virus hay situaciones que aún son difíciles de entender porque ha habido comunidades como el País Vasco, Navarra o Aragón que han sido muy serias en todas sus medidas y, sin embargo, les cuesta mucho más bajar la incidencia”.

Según Vanaclocha, teniendo en cuenta que la estrategia de la vacunación es la misma en todas las autonomías y que las variantes del virus también son muy parecidas, con predominio de la cepa británica, la clave principal ha sido que “desde que los contagios empezaron a bajar en la Comunitat Valenciana, se han mantenido medidas restrictivas muy duras que siguen vigentes en estos momentos”.

Así, comenta que mientras en muchas comunidades los sectores en los que la gente se relaciona y socializa como la hostelería se mantenían abiertos hasta la noche, en la Comunitat Valenciana hasta hace poco se cerraban a las 18.00 horas: “Eso es lo que nos ha diferenciado, mantener cerrados o con restricciones fuertes los sectores en los que la gente socializa, puesto que el objetivo es mantener un nivel muy bajo de circulación del virus mientras avanza el proceso de vacunación; eso a su vez hace que haya menos hospitalizados y, por tanto, menos fallecidos”.

La subdirectora descarta que la baja incidencia tenga que ver con una menor realización de pruebas PCR. “Cuando fuimos los que más contagiados teníamos éramos los que más hacíamos, es normal, porque se incrementan exponencialmente los contactos de los positivos a los que hay que testear”, explica. Sin embargo, “ahora con 100 contagios al día es normal que se hagan menos pruebas, pero la estrategia que llevamos es la misma, salvo que por una nueva resolución ahora a los contactos de los positivos se les dice que se queden en casa y se les hace la prueba a los siete días si tienen síntomas, puesto que si se hace antes puede salir un falso negativo”.

Vanaclocha insiste en que todos los indicadores de hospitalizaciones y análisis en aguas residuales van en la misma dirección que los resultados de las PCR y es que hay una circulación muy baja del virus.

Por último, lanza un advertencia ya que “el estado de alarma es solo una herramienta jurídica que ya no está vigente, pero la pandemia sigue ahí y hay que seguir tomando mendidas porque esto no acabará hasta que todos estén vacunados”. En esta línea considera el toque de queda “una herramienta muy útil para controlar la pandemia porque evitas socialización en sitios públicos y privados”. Se muestra sorprendida de que “justamente las comunidades que mejor están son las que lo han pedido y lo han podido mantener, aunque a otras se lo han denegado los juzgados, pero otras que no están muy bien ni lo han pedido”. En esta línea, explica que “la Comunitat Valenciana mandó un informe razonado al Tribunal Superior de Justicia con datos epidemiológicos que demuestran que es una herramienta clave para el control de la pandemia y que es imprescindible que se mantenga mientras avanza la vacunación”. El TSJ validó las medidas, que incluyen el toque de queda a partir de medianoche.

Controlar el virus

En la misma línea, el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene y jefe de Preventiva del Hospital Clínico de València, Rafael Ortí, comenta que no le sorprende la situación de la Comunitat Valenciana. “Antes de Navidad dijimos que teníamos una incidencia de 200 casos y dijimos que había que hacer un confinamiento corto para llegar a las fiestas por debajo de 50; no se hizo y cada semana se duplicaban los casos”, recuerda.

Sin embargo, “luego hubo un cambio de estrategia, hubo un semiconfinamiento de 6 o 7 semanas y la incidencia bajó de 50, lo que permite mantener el virus controlado porque de esa forma los servicios de Salud Pública pueden hacer un seguimiento exhaustivo de cada contagio y sus contactos y cortar la transmisión, que es lo que está sucediendo ahora”.

Añade Ortí: “Es una pena que por dos o tres semanas no se mantengan los cierres perimetrales, porque ahora con la movilidad que va a haber puede ser más complicado, pero estamos en buena situación porque no es lo mismo partir de una incidencia de 31 casos que de 200, como pasó antes de Navidad”.

Pero el éxito de la estrategia valenciana se ha basado en un sacrificio colectivo que hacía impresindible la creación de una red de cobertura social y económica.

La “vacunación social”

La vicepresidenta Mónica Oltra pone en valor lo que denomina la “vacuna social” del Gobierno valenciano. Desde marzo de 2020, el Consell trabajó por “sostener a la gente”, que nadie cayera de la red, aprobando una serie de ayudas de emergencia, desde las ayudas a domicilio hasta agilizar los trámites, pasando por las ayudas a los ayuntamientos para reforzar los servicios sociales municipales, con atención a la infancia y a las familias. Se reforzaron las redes LGTB, las unidades de discapacidad y salud mental –de cara a la prevención en la pospandemia– y la 'xarxa jove' con un equipo de psicólogos. El año pasado se aprobó una partida de 12 millones de euros para el sector residencial privado, del que el 50% fue a parar al personal, así como 100 millones de euros de refuerzo fueron para la red de servicios sociales y la atención primaria municipal.

La vicepresidenta primera y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas puso en marcha su particular escudo social, aumentando las ayudas a colectivos vulnerables y reforzando la renta valenciana de inclusión, subsidiaria del ingreso mínimo vital. En 2020, la renta se amplió en varias ocasiones hasta los 230 millones de euros y para 2021 parte de 255 millones de presupuesto base y establece complementos e itinerarios para mujeres prostituidas o víctimas de trata. Además, se aprobaron subvenciones extraordinarias para entidades sociales dirigidas a personas en situación de exclusión social agravada por la COVID-19, con un gasto de 220.000 euros, se reforzaron los servicios de atención LGTBI para el confinamiento y los centros para mujeres víctimas de violencia machista. En los presupuestos de 2021 se incluye una partida de 54 millones de euros como complemento salarial para el personal sociosanitario de servicios sociales y residencias.

Ayudas a la vivienda

La vicepresidencia segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática, que dirige Martínez Dalmau, ha aprobado ayudas de emergencia para el pago del alquiler para personas en situación de vulnerabilidad derivada de la COVID, principalmente para personas afectadas por un ERTE, que hayan perdido su empleo o hayan reducido su jornada de forma “sustancial”. La ayuda implica una cuantía de entre el 40% y el 100% del alquiler mensual, con un máximo de 650 euros al mes y un presupuesto global de 6 millones de euros, al margen de las ayudas de alquiler y alquiler joven ordinarias.

En las viviendas en alquiler del parque público, se exonera del pago mediante la bonificación de tres mensualidades a partir de la cuota de abril de 2020. La bonificación está destinada a personas inquilinas que hayan perdido el trabajo o ingresos por la crisis sanitaria o económica. Para los locales comerciales, se aprobó una bonificación extraordinaria del 100% de las cuotas de alquiler de locales comerciales durante tres meses del parque público de la Generalitat Valenciana.

El Plan Resistir

El Gobierno valenciano aprobó durante 2020 más de 223 millones de euros en ayudas directas a los sectores afectados por la pandemia y en 2021 un paquete de ayudas de mil millones, de los que 650 corresponden a ayudas del Estado. El escudo social valenciano incorporó en el primer año de la pandemia ayudas a autónomos, empresas, proyectos de I+D, transformación para la reconversión de sectores al clúster sanitario y apoyo a afectados por ERTE.

En 2021, acordados con la patronal y los sindicatos, se han aprobado los planes Resistir –con fondos de la Generalitat– y Resistir plus –con fondos del Estado pero de gestión autonómica–. El plan Resistir incorpora una serie de préstamos bonificados y ayudas directas por valor de 400 millones de euros, de los que el Ejecutivo ha abonado ya los 160 millones de ayudas directas. El plan incluye ayudas al sector hostelero, el ocio nocturno, la artesanía y el sector del taxi, así como los préstamos bonificados que ascienden a 150 millones de euros, con una ayuda media por negocio de 58.000 euros –de los que se bonifican 14.000–. En breve se iniciará el pago de 30 millones de euros de ayudas a afectados por ERTE. El conjunto del Plan Resistir inicialmente beneficiaba a 22.000 empresas, 44.000 autónomos y 136.000 trabajadores por cuenta ajena; sin contar las ayudas al sector turístico. Este sector recibirá 18 millones de euros entre diversos planes.

Respecto al plan Resistir plus, podrán beneficiarse de estas ayudas los empresarios y empresarias, profesionales y entidades más afectados por la pandemia con domicilio fiscal en la Comunitat Valenciana, siempre que sean solventes en 2019. Las empresas y autónomos deberán cumplir con la condición de haber tenido una caída superior al 30% de sus operaciones entre 2019 y 2020 y no haber presentado resultados negativos durante el ejercicio 2019, una información que se contrastará con la Agencia Tributaria.

Según recuerda la Generalitat Valenciana, las cuantías máximas que permite conceder el decreto en el que se ampara son las siguientes: hasta 3.000 euros para aquellas personas físicas (personas que trabajan por cuenta propia o profesionales) que presenten sus actividades económicas en el IRPF en el régimen de estimación objetiva (módulos) y entre 4.000 y 200.000 para el resto de autónomos o autónomas o entidades, siempre que tengan una caída superior al 30% en sus operaciones, dato que proporcionará la Agencia Tributaria a través de la información del IVA.

Cobertura económica para la recuperación

“El Gobierno valenciano ha reaccionado de forma ágil y contundente al desafío que ha supuesto la crisis sanitaria por la COVID-19. Desde un primer momento, en marzo y abril de 2020, ya se pusieron en marcha medidas para frenar el impacto de la pandemia sobre la economía, las empresas y los autónomos de la Comunitat Valenciana y en 2021 continuamos ampliando el abanico de ayudas desde el mismo momento en que las medidas sanitarias para frenar la pandemia supusieron la restricción de la actividad de numerosos sectores”, explica el conseller de Hacienda, Vicent Soler.

Según Soler, las ayudas de la Generalitat Valenciana han ido dirigidas, en primer lugar, a aquellos sectores y empresas más vulnerables, con el objetivo de garantizar que todas las empresas viables en 2019 y cuyas cuentas se han visto directamente afectadas por la COVID-19 pudiesen resistir durante los meses más duros de la pandemia y mantener su actividad hasta que comience la recuperación en el segundo semestre de 2021“.

“En estos momentos estamos satisfechos por la acogida que están teniendo las iniciativas puestas en marcha en base a las solicitudes recibidas. Estamos cubriendo la dotación de todas las líneas que hemos abierto y además en tiempo récord para que nadie se quede sin ayuda por agotamiento del crédito”, comenta el responsable de Hacienda.

“Para el Consell es prioritario mantener el tejido productivo valenciano y por ello nuestros esfuerzos han ido dirigidos a impulsar distintas líneas de ayudas con características y objetivos diferentes”, añade Soler. “Desde el Institut Valencià de Finances (IVF) y la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR)” se está garantizando tanto la liquidez en el corto plazo y el mantenimiento de los puestos de trabajo como el refuerzo de la solvencia de las empresas“.

“Tras la puesta en marcha del Plan Resistir, se está desarrollando, fruto de nuestro compromiso y el del Gobierno central, el Plan Resistir Plus para que todas aquellas actividades económicas que han sufrido una caída significativa de su volumen de negocio puedan acceder a ayudas que les permitan hacer frente al pago de facturas pendientes o deudas con entidades bancarias hasta el 31 de mayo de 2021”, señala el conseller. “El Plan Resistir Plus permitirá inyectar 647 millones de euros a empresas de 184 sectores de actividad, lo que supone duplicar la cifra inicial de sectores beneficiarios que estaban incluidos en el decreto del Gobierno. De este modo, las ayudas llegarán a sectores como el del textil, el calzado, la cerámica o el plástico, con el fin de apoyar su actividad y mantener el empleo, así como de posibilitar su adaptación a la digitalización, la sostenibilidad y la resiliencia, en línea con los objetivos de la Unión Europea”.

Debate en el seno del Pacto del Botánico

Todo el enfoque de la lucha contra la pandemia en la Comunitat Valenciana se ha orientado desde una perspectiva de máximo rigor sanitario y con una perspectiva de izquierdas. Las mayores discusiones de han producido en el seno del propio Pacto del Botánico. La apertura que se ensayó de cara a las fiestas navideñas y que causó una inquietante tercera ola, con algunos de los picos de incidencia más altos de España, enfrentó a Puig y a Oltra; es decir, a los socialistas, más sensibles a las quejas de los sectores económicos afectados, con Compromís y Unides Podem, partidarios de restricciones más duras, pero se recondujo la situación y los resultados han sido llamativos.

Políticamente, la oposición ha jugado un papel desangelado. PP y Ciudadanos –de Vox nadie esperaba otra cosa– han secundado todas las protestas y manifestaciones contra las medidas que limitaban la movilidad o los horarios, contra los cierres de la hostelería o del ocio nocturno. Aunque concurren otras circunstancias, no deja de ser sintomático que en este momento las dos formaciones principales de la oposición en las Corts Valencianes estén descabezadas, tras la espantada de Toni Cantó como portavoz de Ciudadanos y la dimisión de la líder del PP valenciano, Isabel Bonig, derribada desde la dirección nacional del PP para poner al frente del partido a Carlos Mazón, un hombre de la confianza de Pablo Casado.

“Hemos vivido seis meses muy difíciles, seis meses de esfuerzo colectivo para frenar el virus, de sufrimiento por las personas que perdían la salud, y también de orgullo valenciano por todo aquello que hemos logrado juntos, con responsabilidad, con 'trellat' (sentido común), sin enfrentamientos ni crispación”, ha proclamado Ximo Puig a modo de resumen. “El pueblo valenciano ha dado una gran lección”.

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