Trabajadores de Bankia presumen de que, al contrario que en Caixabank, con ellos no coló la estafa a la EMT de València
Los trabajadores de Bankia han sacado pecho frente a Caixabank por su actuación en el robo a la EMT de València. El primer día de la estafa, el pasado 3 de septiembre de 2019, Celia Zafra, la jefa de Administración de la empresa pública y única imputada en la causa que investiga el fraude, intentó realizar la primera transferencia a través del centro de empresas de Bankia, situado en la calle del Pintor Sorolla de la ciudad. Fernando S., el gerente del centro de empresas de Bankia, “cumplió la normativa y no admitió la operación solicitada, evitando así en primera instancia el fraude”, señala una revista interna de la entidad bancaria a la que ha tenido acceso elDiario.es.
“Aunque el gerente resta méritos a su actuación, indicando que se limitó a cumplir con la normativa aplicable en estos casos, lo cierto es que la intervención de Fernando evitó un importante daño reputacional a Bankia”, añade el mensaje interno distribuido a los trabajadores del banco. Hoy en día, Bankia y Caixabank están en pleno proceso de fusión.
Tras la negativa del gerente del centro de empresas de Bankia a realizar el primer pago del fraude, la jefa de Administración de la EMT recurrió a Caixabank, la entidad bancaria que acabó tramitando las ocho transferencias, por una valor global de cuatro millones de euros, a una cuenta de Bank of China a pesar de que la empresa municipal no podía operar en el gigante asiático. La alerta interna de Caixabank, tal como reconoció el gestor de la cuenta de la EMT en su declaración ante el juez, tardó más de dos semanas en saltar. La entidad bancaria descarta cualquier tipo de responsabilidad por estos hechos y rechaza devolver el dinero, mientras que la EMT considera que fue responsable subsidiaria del robo.
El viernes 27 de septiembre, la empresa pública reconoció que había sufrido un fraude del CEO, por el que se habían esfumado cuatro millones de euros (aproximadamente un 3,5% de su presupuesto anual). La semana siguiente, Somos Bankia publicó una reseña sobre la espectacular estafa en la que felicitaba a tres trabajadores por no haber caído en la trampa. La revista, que ha sido reconocida como la mejor plataforma online de comunicación interna, recordaba a los trabajadores de Bankia que el fraude a la EMT “empañó incluso el acto de inauguración de una oficina especial de Caixabank en la capital valenciana, y los titulares negativos eclipsaron la posible repercusión positiva en prensa de la inauguración, generando un grave impacto reputacional a la entidad”.
Y es que el consejero delegado de Caixabank tuvo que responder sobre el fraude en una rueda de prensa de presentación de resultados: “Fueron nuestros controles los que permitieron detectar la situación”, dijo Gonzalo Gortázar. Apenas dos semanas después, el gestor de la cuenta de la EMT en Caixabank confirmó ante el juez que la alerta interna de la entidad tardó 17 días en saltar, cuando ya se habían transferido los cuatro millones de euros a pesar de que la empresa pública no tenía firmado un documento necesario para operar en China.
La revista interna, que tiene el objetivo de poner en valor el trabajo en equipo y la “cultura de Bankia”, también felicita a otras dos trabajadoras del centro de empresas 9651, situado en el edificio de la entidad en la céntrica calle del Pintor Sorolla de València, por su actuación frente a otros intentos de fraude cometidos en la misma época que la estafa a la EMT. Así, señala la revista interna, dos comerciales de apoyo “evitaron varias transferencias fraudulentas a través de correos electrónicos 'piratas', gracias al conocimiento y a la relación cercana con los equipos de administración de otros clientes, lo que permitió la detección precoz de la operativa irregular”.
La trabajadora “recibió dos correos electrónicos personalizados, aparentemente desde la dirección de correo del cliente, con un PDF coincidente con el formato de carta que utiliza el mismo”. La mujer “aplicó la norma de Bankia y llamó directamente al cliente, quien le confirmó el intento de fraude”. Al día siguiente, el director financiero de la empresa que a punto estuvo de ser estafada envió a la trabajadora de Bankia un imponente ramo de flores junto con una carta de agradecimiento.
En otra ocasión, el director financiero de una empresa picó en el fraude del CEO y dio la orden de realizar una transferencia, pensando que se lo ordenaba su jefe. La actuación de otra comercial de apoyo de Bankia “permitió abortar el intento de fraude”. “Dos ejemplos que ponen de manifiesto la importancia de la labor de prevención del fraude que, en su primera línea de combate, realizan los comerciales de todos los centros de empresas”, señala la revista Somos Bankia.
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