“Esta obra no es un capricho, probablemente sea la primera infraestructura que se hace como consecuencia de la existencia de demanda, muchas veces se hacen primero las infraestructuras y luego se genera la demanda, pero esto es al revés, aquí la demanda existe, es una necesidad real; de hecho el puerto está trabajando en franjas de congestión”. El ministro de Transportes, Óscar Puente (PSOE), se pronunció así el pasado 18 de enero en una conferencia en Madrid en Nueva Economía Forum en relación a la polémica terminal norte de contenedores del Puerto de València, cuya aprobación anunció el mes pasado con un brindis en el Edificio del Reloj junto al presidente del Gobierno valenciano, Carlos Mazón (PP), y la alcaldesa, María José Catalá (PP).
Los datos oficiales, sin embargo, desmontan este argumento del ministro, uno de los más utilizados por los defensores de la ampliación que tratan de trasladar la sensación de riesgo de colapso si no se ejecuta la infraestructura.
Y es que, según el último boletín estadístico publicado por la Autoridad Portuaria de València (APV), el pasado año se cerró con un movimiento de 4,7 millones de contenedores (TEU), lo que supone un descenso del 5,16% con respecto al año 2022 y del 14,5% con respecto al año 2021, cuando se alcanzó el récord con 5,5 millones de contenedores gestionados. Además, el dato del pasado ejercicio es el más bajo en los últimos seis años.
A todo esto se une que el estudio de viabilidad de la ampliación norte estimó un volumen total en el Puerto de València de 8 millones de contenedores en el año 2023, cuando la realidad es que se han movido un 40% menos de lo previsto para justificar la necesidad de la infraestructura. La capacidad actual de las tres terminales del Puerto de Valencia es de 7,5 millones de contenedores (TEU).
En cuanto al tipo de movimientos, de los 4,7 millones de contenedores, un 24,2% estaban vacíos, un 41,7% fueron de tránsito, es decir, pasaron de un barco a otro, y el 34,1% restante fueron de importación y exportación.
En términos generales, en cuanto a toneladas de mercancías se refiere, la APV cerró el año medio punto por encima de la media de resultados del Sistema Portuario Español con un descenso de tráficos del 2,81%. Esta evolución a la baja en 2023 tanto de los muelles valencianos como del resto de puertos españoles se explica como consecuencia de la contracción del comercio internacional y el descenso generalizado de carga gestionada en todos los puertos, consecuencia de la crisis económica provocada por los conflictos en Ucrania y Palestina y la incertidumbre derivada del conflicto del Mar Rojo.