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La tragicomedia del 'yonqui del dinero' como personaje teatral': “Sólo pensábamos en hacernos ricos”

Marcos Benavent, autodenominado 'yonqui del dinero', en una comparencia en ellas Corts Valencianes.

Lucas Marco

6 de junio de 2022 22:12 h

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“Nosotros empleábamos el 20% de nuestro tiempo en gestionar y el resto, el 80, en robar. Para nosotros y para el partido. A eso nos dedicábamos y para eso nos esforzábamos, conspirábamos, maquinábamos y vivíamos. Era como una droga, una adicción. El dinero pasa... y lo coges. Mejor dicho, te lo dan en sobres”. Así empieza una obra de teatro inédita cuyo autor, un periodista valenciano que prefiere no ser identificado, escribió tras mantener una entrevista con Marcos Benavent, autodenominado 'yonqui del dinero'. El manuscrito del monólogo, al que ha tenido acceso elDiario.es, retrata desde dentro la trama del 'caso Taula' con pelos y señales. Una tragicomedia, supervisada por Benavent según confirman varias fuentes, cuyo primer juicio se celebra estas semanas en la Audiencia Provincial de Valencia.

Primer acto

Un Marcos Benavent de ficción, afiliado al PP desde 1992 “asqueado por la corrupción del PSOE”, aterriza gracias a un tal “Alfonso Sur” en una fundación pública para “vigilar de cerca” al gerente. “Mi nuevo jefe era un exalto cargo de la Generalitat. Lo habían apartado por problemas con las drogas y mi misión era controlarlo”, dice el personaje de Benavent en el monólogo.

Fue el gerente de la fundación, identificado como “Soria” (el apellido real de su personaje corresponde a otra ciudad castellana), quien introdujo a Marcos Benavent en el papel de “cobrador de comisiones”. La obra describe la atmósfera iniciática del 'caso Taula': “Soria es quien me explicó cómo se hace. Es muy fácil. Sólo tienes que echarle valor y atreverte a hacerlo por primera vez. (...) Ellos, los empresarios que colaboran, están acostumbrados. No encontré ninguno que se sorprendiera o que me dijera que no entraba en el juego. (...) La entrega del sobre es muy rápida. ¡Pam! ¡Pam! Tanto el que lo entrega como el que lo recibe están muy tensos. Casi no te miras a los ojos. Preguntas si está la cantidad y, enseguida, escondes el sobre”.

El monólogo, escrito en valenciano, describe con precisión la compleja naturaleza de la corrupción. “Aparte del dinero negro, una comisión se puede cobrar también en especies: obras, apartamentos, viajes. (...) Modalidades hay muchas, pero lo que más le gusta a la gente son los billetes, y en negro, claro”.

Las comisiones se repartían entre el gerente “Soria” y su mujer “María José Halcón” en el primer destino del 'yonqui del dinero'. “Como él estaba cada vez más enganchado, ella me pedía que no le diera nada (...) El dinero nos lo repartíamos básicamente ella y yo. Al partido no le daba nada. La tierra para el que la trabaja y yo, en esto, me lo curraba mucho”, continúa el personaje de Benavent.

Segundo acto

“Cuando el faraón se fue a Madrid, lo pasó un poco mal con Paco. (...) Alfonso Sur quería ser más. No se conformaba con ser alcalde. Ambicionaba, sobre todo, poder”. En el segundo acto de la tragicomedia, el personaje del 'yonqui del dinero' aterriza en su segundo destino: la Conselleria de Cultura. “Así, como asesor del conseller, tendría más tiempo para dedicarme a trabajar para Alfonso. Por cierto, allí estaba también de asesora una jovencita que se hacía llamar la Thatcher de la Vall d'Uixó”.

Marcos Benavent, en la ficción teatral y en la realidad, siempre estuvo entre bambalinas. “Alcaldes, concejales, técnicos, cuando pasaban por allí, todos preguntaban lo mismo: ¿Qué hay de lo mío?”. “¡Me gustó tanto la frase que la puse de nombre a una peluquería y tienda de ropa vintage que inauguré en el centro de València!”.

A pesar de una primera fase distante entre “Alfonso Sur” y el president, finalmente “Paco le da su bendición” y lo coloca al frente del partido en la provincia de Valencia. “En ese momento se plantea cómo empezar a recaudar dinero para el partido. El hombre clave es uno de la guardia pretoriana de Alfonso: Max”. El nuevo personaje, consejero delegado de la empresa que gestionaba la construcción de colegios, deja 1.000 millones de deuda en la empresa pública: “El negocio está en la adjudicación y modificación de la obra”.

El 'yonqui del dinero' continúa interpretando su papel en el monólogo: “Moverme dentro del partido para conseguir apoyos para Alfonso y hacer de intermediario de la financiación. Iba al despacho de Max, recogía el dinero o me enviaban a cobrar a los empresarios, llevaba los sobres, se los daba a Alfonso y después él nos repartía el dinero entre el petit comité”. 

El personaje de Marcos Benavent desvela en la obra de teatro el motivo por el que grabó las conversaciones de la banda del 'caso Taula', unos audios que sirvieron para armar la investigación de la trama por parte de la Fiscalía Anticorrupción y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de los que el 'yonqui del dinero', siguiendo su nueva estrategia de defensa, reniega. “Había que tener los pies en la tierra y estar protegido. Por eso grabé las conversaciones. (...) Yo no las he llevado al juzgado. No las he manipulado. Están como las dejé en casa de mi suegro. Lo que he hecho ha sido corroborar que las grabé yo e identificar quiénes son los otros que están conmigo. (...) Al principio llevaba una grabadora de esas pequeñas en el bolsillo de la chaqueta. Después, cuando los móviles ya podían grabar, lo hacía con mi teléfono”.

Tercer acto

En 2007, el PP mantiene una hegemonía absoluta en las instituciones valencianas. “Alfonso Sur” destina a Benavent como gerente de Imelsa, empresa pública de la Diputación de Valencia, “un nido de enchufados y un colador de colocados de todos los partidos”. Pero el personaje del 'yonqui del dinero' no ve un duro: “A partir de ese momento no rasco bola. (...) Me quedo fuera de juego pero decido comenzar a hacer dinero por mi cuenta. Ya sé cómo funciona y tengo un lugar desde el que influir en para ciertas adjudicaciones. Era el lugar ideal para blanquear para mis negocios”.

La trayectoria de Marcos Benavent se va al garete la tarde del 18 de diciembre del 2014. “Alfonso Sur” cita a Benavent a las 22.30 en un aparcamiento subterráneo cerca del Palau de la Generalitat: “Apaga el móvil y métete en el maletero”. La obra de teatro narra escenas desconocidas sobre los primeros momentos de la investigación del 'caso Taula' que dirigía en secreto la Fiscalía Anticorrupción. Un secreto a voces, más bien: “Sur me cuenta que la Guardia Civil está siguiéndonos y tenemos, él y yo, los teléfonos pinchados desde hace unos meses. Según me dice, es una filtración que le llega de la investigación”.

En la obra, su jefe le habla de unas grabaciones que ha entregado el exsuegro del 'yonqui del dinero' a la Fiscalía: “Un escalofrío me atraviesa la espalda (...) Al mismo tiempo tuve que callar y fingir que no sabía nada de lo que me estaba hablando. Había, además, una denuncia de Esquerra Unida”.

“Alfonso Sur” ordena destruirlo todo. “Era la primera vez que veía en sus caras la sensación de miedo, el rictus blanco del pánico, la sequedad de la boca cuando tienes la seguridad de que te han pillado y de que se acerca el fin de todo”. El protagonista de la obra pasa la noche en vela “destruyendo documentos”.

Durante una comida navideña del PP en un restaurante de Cullera, Benavent llega “hecho polvo”. “Alfonso Sur” se lo lleva a un reservado. Ambos lloran: “Fue un momento muy íntimo, sincero”. “Mi historia con Sur era de amor-odio”, dice el personaje del 'yonqui del dinero' en el monólogo teatral.

“Le dije que no se preocupara, que me comería yo el marrón, que iba a intentar apañar todo lo que pudiera y que en enero me iría. Él me contestó que no lo hiciera así porque cantaría mucho. (...) Le dije que tenía decidido que lo dejaba y que no quería nada a cambio. Ni indemnización ni nada y que me daba de baja del partido y lo abandonaba todo. Se había acabado”.

En un “ambiente de mucha preocupación”, varios de los principales protagonistas de la trama del 'caso Taula' evalúan los daños (uno “maldecía”, otro “intentaba calmar la situación y analizarla” pero todos tenían “mucho miedo”). “La comida fue más de funeral que de Navidad, claro. (...) Era la última comida de Navidad de la legislatura y algunos sabíamos que sería la última que celebraríamos juntos”.  

La obra de teatro alcanza su clímax. “La comida se acabó y volví al despacho, a destruir documentos”, dice el personaje de Benavent.

Cuarto acto

El lunes 24 de diciembre del 2014, tres dirigentes del PP llaman al timbre de la casa de los padres del 'yonqui del dinero' sabiendo que Benavent quería poner tierra de por medio. “Lo tenía decidido, ya había comprado los billetes a Panamá. (...) Me despedí sabiendo que ya no los volvería a ver”. Para el aún gerente de Imelsa quedaba otro mal trago: “Mis padres eran muy mayores y no les dije nada. Después de cenar reuní a mis hermanos y se lo conté”.

El personaje de Marcos Benavent aún no se había autodenominado públicamente 'yonqui del dinero' y ni siquiera era un cargo del PP conocido fuera del área de confort del partido pero aquella noche ya sabía que su vida se había torcido definitivamente. “El día de Navidad del 2014 comenzaba la segunda parte de mi vida. Sabía que tenía que huir para poner distancia, alejarme de todo sin huir de mí”, cuenta en el monólogo.

El destino inicial a Panamá fue anulado en el último momento: “En principio, volaba hacia Panamá. Tenía un contacto y había pensado instalarme allí. La noche antes cambié de opinión. No quería que nadie pensara que iba a Panamá para evadir dinero. Cambié el vuelo, perdiendo pasta, y saqué un billete a Quito. Ecuador no tiene convenio de extradición con España. Desde la distancia, podía contemplar cómo evolucionaba todo”.

El protagonista del monólogo estaba “cagado de miedo” por si era detenido en el aeropuerto. Pero, nada más lejos de la realidad, Benavent aterriza en Ecuador para pasar un mes. Allí visita una ecoaldea que resulta ser una “comunidad Hare Krisna” (en la obra se queja reiteradamente de los medios de comunicación españoles, que llegaron publicar que asistió a rituales chamánicos). 

Después de un “mes de relax”, el protagonista pretendía viajar a la India, a Nepal y al Tíbet atraído por el budismo aunque finalmente se decide por Japón para iniciarse en el reiki. (“una medicina alternativa que me ayudó a abrir la mente”). “En Kyoto dormía en templos budistas. Durante 15 días me levantaba a las cinco de la mañana y hacía meditación con los monjes”, relata el personaje de Benavent en el monólogo inédito. 

Su último destino fue Amsterdam, cada vez más cerca de su tierra natal. “Podía haber estado 15 años perdido en Nepal sin aparecer y con una orden internacional de busca y captura. Pero yo ya era otro. Era mejor volver, asumir lo que había hecho y colaborar”.

Quinto acto

A su vuelta, el 'yonqui del dinero' pasa de los despachos de las instituciones al ambiente de la espiritualidad: “Me apuntaba a talleres de búsqueda personal, de agricultura ecológica. El que más me abrió la mente fue el de los eneagramas. Es una herramienta de conocimiento personal muy potente. Allí conocí gente y abrí mi mente”.

En un taller de jabones naturales en un “centro de educación alternativa en Alicante” conoció a Mónica Nita Brezniceanu, quien tras una relación con el 'yonqui del dinero' que acabó por una disputa a cuenta de la inversión en un “domo” geodésico (una esfera poliédrica de moda en ambientes espiritualistas) se vengó publicando una novela, trufada de planteamientos conspiranoicos, en la que desvela algunas de las delirantes salidas que se planteó su amante.

En el monólogo, tras describir una suerte de crisis existencial (“a veces pienso que la denuncia me salvó la vida, me hizo huir para reencontrarme”), el personaje de Benavent pregunta al público si ha visto la película El reino, dirigida por Rodrigo Sorogoyen. Al final del celebrado film, rodado en Valencia, una periodista pregunta al protagonista interpretado por el actor Antonio de la Torre: ¿Qué pensabais cuando robabais?

El protagonista de la obra de teatro lanza una respuesta: “Éramos unos inconscientes totales. Sólo pensábamos en hacernos ricos, llevarnos la pasta. Por eso estábamos en política: por el robing. Hay una frase que Sur utilizaba mucho: ese no está por el interés, está por el capital”.

El diálogo de la obra de teatro bien podría ser un fragmento de la película El reino. “Eso definía muy bien el ambiente interno. Robábamos, queríamos cada vez más, nos movíamos por el ansia de hacer obras, adjudicar contratos... para pedir comisiones. En algunos casos para el partido. No lo olvidéis: desde la estructura más alta se sabía todo... y se esparcía a los altos cargos. Todo era un magma de intereses, influencias, confabulaciones, batallas por el poder... para dominar y ser quien, al final, se llevara la pasta. Ese era el objetivo. 80-20...”.

Quien se hacía llamar Marcos Benavent en política se convierte en el 'yonqui del dinero': “Todos los que estábamos en esa movida estábamos enganchados”. “No sé qué haría el resto, si lo escondían, lo blanqueaban o lo invertían. Yo lo derroché todo. Me lo gasté todo. En la noche, en negocios de la noche que no fueron demasiado bien; en una empresa de energía eólica, una inversión buena que nos soplaron a algunos del partido; en un dúplex en Xàbia que era una maravilla; en una nave industrial cerca de mi pueblo, en la que quería empezar una negocio cuando dejara la política”.

Sexto acto

El 'yonqui del dinero' aterriza en el aeropuerto de l'Altet (Alicante) el 17 de marzo del 2015. Se instala en un chalet propiedad de su familia en Benigànim y pasa sus días practicando “agricultura ecológica, tantra, gongs, biodinámica”. A su nuevo domicilio no llegan las notificaciones de la UCO. A las cuatro de la madrugada, mientras pernoctaba en una pensión en Almería durante una de las formaciones en las nuevas disciplinas en las que se volcó, escucha un “¡toc, toc!”. Dos agentes de la Guardia Civil le espetan: “Venimos a comunicarle que tiene varias citaciones (...). ¡Hombre, haga el favor y lea el correo!”, según cuenta el personaje en la obra de teatro.

El primer letrado de Benavent “había contactado ya con el juez y le había avanzado que iba a colaborar”. Se iniciaba así la larga etapa de colaboración del 'yonqui del dinero' con la Fiscalía Anticorrupción y con la UCO. Su personaje advierte en el monólogo: “También tengo miedo, no lo escondo. Vivo solo y soy consciente de que un día, quien quiera, puede entrar aquí y pegarme un tiro”.

“He aportado todo lo que sé y he corroborado que las grabaciones son ciertas y que las hice yo”, dice el protagonista del monólogo, quien también se refiere a la documentación que la UCO intervino en el despacho de su letrado con la que se inició la investigación del 'caso Erial' por el que el exministro Eduardo Zaplana, con un botín en paraísos fiscales de 15 millones de euros en mordidas, ha sido procesado recientemente: “Un simple concejal de pueblo, un espabilado, un simpático 'yonqui del dinero' ha provocado que un número uno como él haya sido imputado”.

La obra de teatro narra la entrega de la documentación clave para investigar a Zaplana por parte de un empresario sirio. “Le conté la verdad al juez. El empresario sirio tenía una relación de amistad conmigo (...). Vino a mi despacho con los papeles que, según él, había encontrado en el famoso piso que había sido del president. Era evidente todo. Estaba detallado el modus operandi con nombres y apellidos”.

El primer juicio del 'caso Taula'

La obra de teatro, basada en una entrevista biográfica con el 'yonqui del dinero', nunca fue estrenada a pesar de que el creador ya contaba con el nombre del actor protagonista. Más allá de la adaptación teatral, Marcos Benavent se ha sentado estas últimas semanas en el banquillo de los acusados por la pieza separada J del 'caso Taula', el primer juicio de la trama.

Tras seis años de colaboración con Anticorrupción y la UCO, el 'yonqui del dinero' ha dado un vuelco a su estrategia jurídica y sostiene que las grabaciones fueron manipuladas y que el registro de la UCO en el que aparecieron los papeles del empresario sirio sobre la fortuna en el extranjero de Eduardo Zaplana fue ilegal. La defensa del exgerente de Imelsa lo tiene crudo: uno de los testaferros reconoció los hechos y explicó con todo detalle cómo blanqueaba los fondos saqueados de la empresa pública de la Diputación de Valencia. El fiscal anticorrupción pide ocho años de cárcel para Marcos Benevant.

La escenografía de la obra de teatro incluye al principio un rótulo que reza: “Esta es una ficción basada en hechos reales”.

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